BETANIA

BETANIA


DOS PALABRAS


Siempre me han cautivado, de especial manera estas dos figuras femeninas del EVANGELIO, sencillamente admirables. MARÍA MAGDALENA es única y no hacen falta palabras para demostrarlo. A su vez , MARTA tiene como ama de casa, solícita y hacendosa, un encanto delicioso. Al lado de estas dos hermanas, JESÚS se encontraba, a sus anchas, feliz del todo, amado entrañablemente, creído, comprendido y agasajado mimosamente.
La frase del discípulo amado:"JESÚS amaba a MARTA y a su hermana" es bellísima, emocionante en grado sumo y reveladora de que el DIVINO ^MAESTRO, hombre en verdad como nosotros, cabal, completo, tema un corazón sensible, el más hermoso, el que mejor ha latido..

En este breve opusculito, he tratado de plasmar en verso deas y sentimientos que me han sugerido la aldea de BETANIA y la casa acogedora, oasis de paz de MARTA, MAGDALENA Y LÁZARO, amigo de JESÚS, felizmente resucitado por ÉL, broche de oro de tantos milagros suyos.

B E T A N I A

Hay un lugar que el EVANGELIO cita,
cálido hogar, a la amistad abierto;
oasis  apacible en el desierto,
en día  de calor sombra bendita.

Viandas selectas, siempre el pan más tierno,
con el vino mejor de la bodega
son para EL, cuando a BETANIA llega;
el fuego se acrecienta si es invierno.

Si MARTA le ama, adórale MARÍA;
su amor es tan ardiente, fiel y puro
que JESÚS otro igual no ha conocido.

Con esa deliciosa compañía,
a sus anchas se siente y tan seguro
que  penas y temores da al olvido.

BETANIA II


Era BETANIA, humilde y blanca aldea,
un oasis de paz y de ventura
para el dulce RABÍ de Galilea,
en medio de su lucha, diaria y dura.

Allí había un hogar que le ofrecía
la ansiada paz con el amor más puro.
¡En el hogar de MARTA y de MARIA
se sentía a sus anchas y seguro!
 
Apenas traspasados los umbrales,
como una pompa de jabón al viento
se esfumaba su gesto preocupado.

¡Y allí pasaba días ideales,
con muchísima paz  y gran contento,
plenamente querido y adorado!


UN  REMANSO  DE  PAZ....

Un remanso de paz, apetecido
Por el joven RABI de Galilea,
Era BETANIA, una pequeña aldea,
En la cual, a sus luchas daba olvido.

Y en el hogar de MARTA y MAGDALENA,
Creído, comprendido, agasajado,
Se sentía JESÚS afortunado,
Sin sombra de la más ligera pena.

Muy sensible al cariño de la gente,
Fiel, servicial, purísimo y ardiente
Se lo brindaba MARTA con MARIA.

¡Dáselo tu también, alma, sin tasa,
siempre que, al comulgar, seas su casa.
Lo sigue precisando todavía¡




BETANIA III

No llega aquí el fragor de la batalla
que con JESÚS sostienen los judíos;
tanto sincero amor en ella halla,
que olvida penas y recobra bríos.

Para EL se guarda la mejor estancia.
perfumada de espliego levemente.
La comida, excelente; el pan, crujiente.
MARTA en su vaso el vino añejo escancia.

De ambas hermanas solo amor recibe.
Una, por regalarle se desvive,
pues el amor como servicio entiende.

MARÍA, mientras, a sus pies rendida,
de su boca de oro suspendida,
a ser mujer contemplativa aprende.



JESÚS EN BETANIA
 Hacia una pequeña aldea
Por Betania conocida,
Camina a la atardecida
El RABÍ de Galilea

Antes que llegue el ocaso
quiere estar en el poblado
y aunque se le ve cansado
aligerando ya el paso.

Cierto, más lo hace también
por llegar presto ala casa
donde, de huésped, lo pasa  
siempre que llega muy bien.

Es la casa donde moran
LÁZARO, MARTA y MARÍA
tres hermanos que a por fía
más que quererle, le adoran

De su existencia terrena
en la mar algo agitada
es como una islita aislada
de amor y sosiego llena.

Oposición fuerte crea
su doctrina y vida santa
como el viento olas levanta
en el mar de GALILEA

Le persigue la vesania
de un pueblo recalcitrante
pero EL la olvida al instante
en este hogar de BETANIA

MARTA, siempre muy activa
trajina mucho y se afana
mientras que su hermosa
hermana aspira a contemplativa

Y a los pies acurrucada
oye al MAESTRO DIVINO
y aprende un nuevo camino
en su saber embebida

MARTA, experta cocinera
le hace exquisitas comidas
de JESÚS las preferidas
cual si el HIJO de DIOS fuera

En cuanto a repostería
con postres muy excelentes
todos ellos diferentes
le sorprende cada día.

LÁZARO su amigo fiel
le reserva añejo vino
y en vaso de cristal fino
tiene a gala servirle él.

En la alcoba más hermosa
y en rico lecho mullido
JESÚS, que llega rendido
dichosamente reposa

Sensible al afecto humano,
pues hombre completo era
El RABÍ se recupera
en este ambiente tan sano

Que mucho amor le rodea
respira un aire muy puro
y se siente muy seguro
en la quietud de esta aldea.

Cuando vuelva a su misión
repuesto de sus fatigas,
¡a esas tres almas amigas
llevará en su corazón!



MARTA

(..."JESÚS amaba a MARTA y a. su hermana)
Juan,21-5

Es un ama de casa diligente;
su amor es de servicio y es de entrega.
MARTA es feliz, inmensamente
cuando el RABÍ JESÚS a su hogar llega.

Con un cariño maternal se esmera
en complacerle, porque .mucho le ama:
platos sabrosos, vinos de solera,
regalado diván, mullida cama,

Cree en EL firmemente. Y se estremece
al oír los peligros que padece..
¡Moriría por El de buena gana!

Su gran suerte la, pone de relieve
esta frase de JUAN., por más que es breve
"JESÚS  AMABA A MARTA Y A SU HERMANA".


-III-
"Una mujer, llamada MARTA, le (JESÚS)
recibió en su casa." S. Lucas, 10, 36…

Un aplauso merece y encendido
junto a una entusiasta enhorabuena
la hermana de MARÍA MAGDALENA,
que al MAESTRO en su casa ha recibido.

Trajina preparando la comida,
con (mucho amor, con interés muy vivo.
MARÍA, aparte, en plan contemplativo,
escucha a su JESÚS, embebecida).

Del horno casi extinto, el pan libera;
y. dos coloca en rústica panera
que crujirán, calientes, en la mesa.

Fruto de añejas y selectas parras,
el vino que reposa ya en las jarras,
será, para JESÚS una sorpresa…



(..."JESÚS amaba a MARTA y a. su hermana)
Juan,21-5

Es un ama de casa diligente;
su amor es de servicio y es de entrega.
MARTA es feliz, inmensamente
cuando el RABÍ JESÚS a su hogar llega.

Con un cariño maternal se esmera
en complacerle, porque .mucho le ama:
platos sabrosos, vinos de solera,
regalado diván, mullida cama,

Cree en EL firmemente. Y se estremece
al oír los peligros que padece..
¡Moriría por El de buena gana!

Su gran suerte la, pone de relieve
esta frase de JUAN., por más que es breve
"JESÚS amaba A MARTA y a su hermana".



MARÍA de MAGDALA


Reina, entre las cortesanas de MAGDALA,
de espléndida belleza deslumbrante,
de gran carácter, siempre tuvo a gala
Como esclavo tratar a todo amante.

Pero aquella vida de placer y lujo
ocultaba un enorme, espiritual vacío;
cansada al fín, un profundo hastío
al RABÍ de GALILEA la condujo.

Halló en JESÚS la dicha apetecida,
y a EL le consagró toda su vida,
nadie como ella le lloró, ya muerto.

EL, por tan puro y gran amor emocionado,
muy galante, recién resucitado,
lleno dé luz, se le mostró en el Huerto...



MARTA    Y     MARÍA

Dulce oasis de paz, cálido nido,
donde amar solamente se sabía,
era el hogar de MARTA y de MARIA,
por el RABI de Nazaret querido.

Mientras MARTA se afana, diligente,
por brindarle un banquete suculento,
MARÍA, amante, gusta otro alimento,
a los pies de JESÚS, ávida oyente.

Me gusta MARTA por trabajadora,
por mística MARÍA me enamora,
a tu amor, en su amor, las dos cercanas.

De entramabas el ejemplo copiar quiero:
Y servirte, JESÚS, y amarte espero
de corazón, como las dos hermanas...



BETANIA -IV-


Las dos hermanas a JESÚS adoran
con un amor purísimo y rendido,
tiernamente por EL correspondido;
por eso tanto su presencia añoran.

MARTA entiende su amor como servicio,
que algo sus ansias maternales llena.
Es total el amor en MAGDALENA
"que ya solo en amar es su ejercicio."

Tal amor por JESÚS será premiado,
aureolando a las dos con tanta gloria
que ni una ni otra sospechar podría.

JUAN, el apóstol, dejará anotado,
-con honda fruición- para la Historia
"JESÚS AMABA A MARTA Y MARÍA."



DIÁLOGO I

(Marta y María)

Estás triste MARÍA ¿Qué te pasa?
¿Cómo no voy a estarlo hermana mía,
si el amado RABÍ ya no esta en casa
y sin EL para mi ya no hay alegría?

Me sorprendes; en otras despedidas
jamás te pasó esto. – Ciertamente,
porque fueron normales, distendidas;
pero la última ha sido diferente.

¿No viste la tristeza en su mirada,
clavada en ti y en mi con insistencia
y eternizar su adiós la mano al viento?

Nunca ésta casa se verá ya honrada
-me dice el corazón- por su presencia
ni oiremos más,¡ay! MARTA, aquí su acento.



DIÁLOGO -II-


¿Y el gesto aquél del frasco que rompiste
por qué fue motivado? –Muy sencillo.
Siendo un recuerdo del pasado triste
quise darle un destino de más brillo.

Roto mi corazón de inmensa pena,
rompí el frasco y vertí el aroma todo.
Daba gracias así tu MAGDALENA
al buen RABÍ que la sacó del lodo.

No imaginé que embalsamado había
el cuerpo santo del SEÑOR querido
para su ya cercana sepultura.

No vivo –MARTA-ya desde aquel día;
que su recuerdo vivo y dolorido
me oprime el corazón y me tortura.



OTRO    DIALOGO

Pronto vendrá JESÚS.- ¡Cómo deseo
tenerle nuevamente en nuestra casa!
-Vibra mi corazón cuando lo veo.
-El mío se convierte en una brasa-

-¡Es tan bueno JESÚS! –Jamás he visto
un hombre tan perfecto y tan profundo.
-Yo creo de verdad que es EL es el CRISTO.
-¡Es el HIJO de DIOS venido al mundo!

-Somos dichosas. Ahora con esmero
preparémosle todo.-Sí, yo quiero
hacerle inolvidable esta estadía...”

Lo lograrán! Que en este tibio nido,
el amado JESÚS dará al olvido
cuanto a su corazón sufrir hacía-



EN BETANIA (Lucas, 10-36)

Con gran complacencia mía,
te veo-JESÚS" entrar
en el apacible hogar
que forman MARTA y MARÍA
con LÁZARO.  Compañía
tan grata a tu corazón,
que a la menor ocasión
tu vida publica dejas
y de las gentes te alejas,
corriendo hacia su mansión.

***

¡Muy bien-JESÚS! Ahí hallas
el amor mas verdadero;
ahí, te olvidas, guerrero,
de tus constantes batallas.
Meditas, conversas, callas,
comes y duermes tranquilo.
En ese apacible asilo
se ven lejanas las luchas
que son duras y son muchas
y a ellos los tienen en vilo.

***
 Es un remanso de pazla morada de BETANIA
frente a la abierta vesania
de un pueblo»rebelde asaz.
Y aunque tu estancia es fugaz,
en esa callada aldea
tal cariño te rodea,
las atenciones son tales,
que de allí animado sales
para seguir la pelea.

***
Las dos hermanas te quieren
con un amor tan ardiente
que, a la amistad con la gente,
la amistad tuya prefieren.
Y, aunque en algo ambas difieren,
tu amor mantiene sus vidas
ilusionadas y unidas.
Y son felices así,
pues de su amado RABÍ
se sienten correspondidas,

***
¡0h JESÚS! Hace un instante
visiblemente cansado
he visto que te has sentado
en un diván elegante.
Veo que tienes delante
como alumna aventajada,
a tus pies acomodada,
a tu querida MARÍA.
¡Cómo tu sabiduría,
RABÍ, la tienes ganada!

***

¡Oh MAESTRO! quién pudiera
escuchar hora tras hora
tu palabra bienhechora
como lluvia en sementera!
¡Quién otra MARÍA fuera
para gozar la dulzura
de tu voz, cálida y pura,
que da magistral lección,
vertiendo en el corazón
luz y amor, paz y ventura!

***
Embobada y embebida
en tus palabras de cielo,
sentada en el santo suelo
pudiera pasar la vida.
¿Qué le importa la comida
si el amor es lo que cuenta;
y si su amor se alimenta
-al fin, alma enamorada-
con tu presencia, inflamada,
y a tus palabras atenta?
***

Mientras-MARTA-en la cocina,
como mujer hacendosa
un poco inquieta y nerviosa,
de aquí para allí trajina.
En un momento, mohína,
le dice a; JESÚS: “SEÑOR,
di a mi hermana, por favor,
que a echarme una mano acuda;
¿o no ves que, sin su ayuda,
no podré hacer mi labor?”

***

-MARTA, MARTA. En demasía
por mil cosas te interesas,
cuando ninguna de esas
tiene la menos valía.
Mira a tu hermana MARÍA,
que a una sola aspira ya;
y que progresando va
de amar en la ciencia y arte.
¡Escogió la mejor parte,
nadie se la quitará!

***
¡MARTA, MARTA! La inquietud
no es prudente consejera,
 ni tierra de sementera
donde 'brotar la virtud.
Mi más cordial gratitud
tu solicitud merece;
pero esto-MARTA-no empece
a que diga sin ambages
que son nada esos tus viajes
si amor no los embellece.

***

¡MARTA, MARTA! El amor soy
que ahora está hablando contigo;
y el amor como un mendigo
buscando en el mundo voy.
Aquí me lo han dado hoy;
ayer, la SAMARITANA.
Y no pierde sino gana
quien en darme amor se empeña
como tu hermana pequeña,
-ioh MARTA! como tu hermana. .'*

***

¡OH BUEN JESÚS, que cansado
por tantas duras fatigas,
de esas mujeres amigas
fuiste huésped bien tratado!
Ya sabes que te he brindado
por morada el alma mía.
No tardes en demasía.
Que tienes amor y azucenas...
¡Para que olvides tus penas
como con MARTA y MARÍA!

******



JESÚS y M. MAGDALENA

¿Quién hizo que MARÍA MAGDALENA,
 aquella refinada cortesana
pasara de la noche a la mañana
a ser una mujer del todo buena?

¿Y que dejara amores y amoríos,
que al vicio la tenían retenida
y llorara del todo arrepentida,
roto su corazón, sus desvaríos?

Quien a buscar vino a los pecadores
 mostrándole, paciente, sus errores
y el amor puro, que a la dicha lleva.

Solo JESÚS pudo tener a gala,
haber hecho a MARÍA de MAGDALA
una mujer feliz, del todo nueva.
***



COPLILLAS a STA. Ma  MAGDALENA

Si era tu cara. el día,
noche tu pelo
y tus ojos hermosos
trozos de cielo.
Y en tu belleza,
la seducción nefasta
de las sirenas.
         ***
Mariposas volubles
de lindas galas
una luz engañosa
quemo tus alas.
De amor vacío,
tu corazón quedóse
lleno de hastío.

           ***
Hasta que un claro día
¡bendito sea!
al RABÍ tu encontraras
de Galilea.
A su mirada,
de EL tu alma, para siempre
quedó prendada.
de penitencia,
recobraste el encanto
de la inocencia.
MAGDALA olvidas;
y serás simplemente
solo MARÍA.
               ***
Sus pies que se cansaron
tras tus excesos
los cubrieron tus labios
de tiernos besos.
Su cuerpo pulcro
lo preparó tu ungüento
para el sepulcro,
             ***
Tu amor apasionado
fue su consuelo
frente a tantas envidias,
odio y recelo.
Y el postrer día
endulzaste las hieles
de su agonía.
                ***
Hortelano le viste
allá en el huerto
cuando tu suponías
que estaba muerto.
!Feliz instante,
cuando dijo tu nombre
cual tierno amante!
             ***

Tu, que a JESÚS amaste
como ninguna,
vela sobre mi guagua
que está en la cuna.
¡Que sea buena!
Mira que lleva el nombre
de MAGDALENA!



A MARÍA MAGDALENA

Llora, llora, MARÍA MAGDALENA,
con lágrima de pena
tu triste condición de cortesana;
y enjuga con tu hermosa cabellera
los pies que a la madera
agudos clavos fijarán mañana.

Rompe tu frasco de perfume caro
y no tengas reparo
en rociar con el su cuerpo pulcro.
Cercana ya su prematura muerte,
sabe que de ésta suerte
ungido quedará para el sepulcro.

No te importen MARÍA las miradas,
de odio e ira cargadas
que te clavan algunos convidados.
Y sí, la de JESÚS, profunda y pura,
que amable te asegura
perdón y comprensión a tus pecados.

Llora, llora, MARÍA MAGDALENA;
pero estate serena,
que ÉL nunca a los que lloran abandona.
¡Y otra vez sé feliz con tu inocencia,
porque EL, todo clemencia,
pues mucho amaste, todo te perdona!


LA DEL ALBA SERÍA

La del alba sería... MAGDALENA
acariciada por la fresca brisa,
llega al sepulcro, andando muy aprisa,
roto su corazón de inmensa pena.

¡Tremenda decepción! ¡Está vacío!
MARÍA, consternada, llora y llora;
y contagiada la rosada aurora
llora también su llanto de rocío.

Por un amor tan grande conmovido,
al SEÑOR, de hortelano revestido,
se presenta de pronto ante MARÍA.

La llama por su nombre, acariciante;
ella lo reconoce y al instante
la noche de su pena se hace día.


MARÍA de MAGDALA


Reina, entre las cortesanas de MAGDALA,
de espléndida belleza deslumbrante,
de gran carácter, siempre tuvo a gala
Como esclavo tratar a todo amante.

Pero aquella vida de placer y lujo
ocultaba un enorme, espiritual vacío;
cansada al fín, un profundo hastío
al RABÍ de GALILEA la condujo.

Halló en JESÚS la dicha apetecida,
y a EL le consagró toda su vida,
nadie como ella le lloró, ya muerto.

EL, por tan puro y gran amor emocionado,
muy galante, recién resucitado,
lleno dé luz, se le mostró en el Huerto...


DESVELADA


Pasó la noche entera, desvelada;
llorando por JESÚS, su amado DUEÑO;
nada hacer pudo el implacable sueño
con aquella mujer enamorada.

Se hizo eterna la espera de la aurora,
poniéndola nerviosa e impaciente.
Pero al fin, insinuóse. levemente
¡Suspiró! Se acababa la demora.

Tal como estaba, abandonó su casa
con decisión. Y aun con la luz escasa,
fue al sepulcro, deprisa, MAGDALENA...

¡No sabía que pronto barrería
el esplendente Sol de la alegría
la noche, sin estrellas, de su pena.!

EN VIGILIA...

En vigilia pasó la noche entera,
sumida, en el dolor, llora, que llora;
así que apenas despunto la aurora,
salió para el Calvario muy ligera,

De amor y de dolor enloquecida,
vacía contemplo la sepultura;
más negra aun se hizo su noche oscura.
y más sangró su dolosa herida.

Todo se cambiaría en un instante:
su noche oscura en un día radiante
y su pena en la máxima alegría,

cuando en el huerto de JOSÉ, aromado,
JESÚS, de jardinero disfrazado
muy dulcemente la. llamó; ¡MARÍA!



APARICIÓN DE JESÚS
A MARIA MAODALBNA

. Mas madrugado había
MARÍA MAGDALENA que no el día,
y más que el alba aljófar en las flores»
llanto amargo vertía
al no bailar al amor de sus amores.

Ni los perfumes suaves
del huerto aquel, con árboles floridos,
ni el regalado canto de tas aves
halagan para nada sus sentidos.

¿Qué le importan los trinos y el perfumé
que el huerto de JOSÉ, gentil, ofrece,
si su alma se consume,
porque su dulce AMADO no aparece?

Dos Ángeles le han dicho ¿Por qué lloras?",
dejándola perpleja y contrariada.
-¿O no saben que un alma enamorada
solo piensa en su AMADO a todas horas?

-¿Por qué Ilotas» mujer?, oye de nuevo..
(Será, sin duda alguna el jardinero)
“Dime dónde lo has puesto y me lo llevo,
señor, que es todavía muy temprano.

Mas, ¿qué dices? ¿Llevarte un cuerpo muerto?
¿Adonde y sola? ¡Pobre MAGDALENA
¡Qué bien dejas, amante, al descubierto
el desvarío de tu amor y pena!

 Con un tono dé voz que conocía
-aquella voz que, a veces, miel derrama-
oye su nombre pronunciar:¡MARÍA!
( Al punto, ¡RABÍ! exclama.

Y loca de alegría,
ruda a las plañías de JESÚS se arroja
y abraza y besa y con su llanto moja
aquellos pies, como en BETANIA un día.

A través de sus lágrimas, ¡qué hermoso
JESÚS resucitado se veía
(Ahora sí, que el perfume es delicioso
igual que de los trinos la armonía)
-RABÍ, voy a los tuyos. Sepan ellos
que TU has resucitado. Corro aprisa,
(Con su espléndida mata de caballos
jugueteaba a placer la fresca brisa)

***
Mi querida MARÍA MAGDALENA,
nadie en la audacia de tu amor te iguala
ni en la hondura, sin fondo, de tu pena
 Bien puedes, con razón, tener a gala
que a JESÚS, viste vivo, la primera.
 Su confidente fuiste y mensajera.
(YO TE ENVIDIO, MARÍA DE MAGDALA!

APARICIÓN DE JESÚS

A
MARÍA MAGDALENA II

Apenas la luz del día
sobre el CALVARIO brillaba,
y ya en el sepulcro estaba
de su MAESTRO, María.
El alma herida tenia
por esos finos dolores
que tienen los amadores.
¡Que estaba el sepulcro abierto,
pero ni vivo ni muerto
el AMOR de sus AMORES!
                 ***
Sin que en su empeño desista,
vuelve la mirada atrás.
Ahora es un hombre no más
lo que descubre su vista,
Magdalena se despista...
O es JESÚS mismo, mejor,
quien con mañas de amador
-un momento solamente-
sus ojos ciega y su mente
para calibrar su amor.
                  ***
-"¿Á quien buscas, porque lloras?"
pregunta. Y ella, a su vez,
le dice con sencillez
y humildad conmovedoras:
"Si tu, hortelano, aquí moras
y su cuerpo tu escondiste,
dime donde lo pusiste
y yo me lo llevaré,
porque vivir no podré
si no se donde EL existe."
                  ***
¡Que cercano lo tenía!
Sigue rumiando su pena,
cuando oye la Magdalena
decir su nombre: MARÍA!
¡Si es JESÚS! iOh, que alegría,
 qué amoroso frenesí!
¡Qué dulce mirarle así!
Sus emociones son tantas
que, rendida ante sus plantas,
tan solo dice: ¡RABÍ!
                ***
Se alegran con los destellos
de un sol, sin par, los olivos.
¡Ya está vivo entre los vivos
Aquel que sangró entre ellos!
Con los colores más bellos
brilla entonces toda flor
y exhala el mas suave olor
para embellecer la escena
de JESÚS, con Magdalena,
arrebatada de amor.
Mas no hay tiempo que perder;
que hay que dar la buena nueva,
aunque esto consigo lleva
renunciar  a tal placer.
Cuando se ama, obedecer
no causa ningún pesar,
porque es un modo de amar,
y complacer al AMADO.
¡Así MARÍA el recado
de JESÚS. se apresta a dar!
            ***
-"Suéltame- dice,-MARÍA;
a mi DIOS subo y DIOS vuestro.
Ya sabes que tu MAESTRO
resucito en este día.
Lleva esta gran alegría
a mis amigos que están
con un angustioso afán
y su esperanza flaquea.
Y diles que en GALILEA,
en "mi monte" me verán."
            ***


El cielo en su alma, el viaje
emprende MARÍA y vuela
más veloz que una gacela
para llevar el mensaje.
Nade le dice el paisaje
primaveral, todo en flor...
Porque ella, allí en su interior,
por el sendero callado,
rumia su gozo extremado:
¡HE VISTO, HE VISTO AL SEÑOR!



NOLI ME TANGERE-NO ME TOQUES
 (Cuadro de Correggio)

"Suéltame ya, MARÍA MAGDALENA,
y renuncia a tu gozo y tu caricia.
Por ti deben saber la gran noticia
los míos, muertos de vergüenza y pena.

Que vayan, -les dirás—a GALILEA;
allí me verán todos. Parte, MARÍA."
Ella, sumisa, deja su compañía
por cumplir tan gratísima tarea.

Radiante va, camina muy deprisa,
acariciada por la suave brisa
en la mañana azul de primavera...

¡Emocionante! JESÚS, al que ella adora,
escoge a una mujer.¡la pecadora!
por su fiel confidente y mensajera.



MAGDALENA – SAMARITANA - JUAN

 Sí tengo envidia de la MAGDALENA
que vertió el frasco caro y perfumado
sobre JESÚS, rota el alma de pena,
gesto que fue por EL muy alabado.

También de la mujer samaritana
con ansias de volar, pero cautiva,
y que en JESÚS, al sol de una mañana,
hallo para su sed un agua viva.

Y del doncel aquel, que la cabeza
en la CENA, cargada de tristeza,
reclinó sobre CRISTO dulcemente.

Porque en esos momentos especiales.
el MAESTRO le hizo confidente
de altísimos misterios celestiales.



COMO   EN   BETANIA


¡Con qué esmero. JESÚS, las dos mujeres
su mansión te dejaban preparada,
suavemente de  espliego perfumada,
todo ordenado y limpios los enseres!

Un tantico impacientes y nerviosas,
tu llegada esperaban. Y, hospedado,
te sentías feliz, viéndote amado
y ellas también, sirviéndote, dichosas.

Como MARTA y MARIA, yo procuro
tener, SEÑOR, el corazón muy puro
al comulgarte todas las mañanas.

Yo me siento feliz de estar contigo.
¿Y TU, JESÚS, lo estás también conmigo,
como en BETANIA,. con las dos hermana



COMO MAGDALENA

"MARÍA, sentada a los pies de JESÚS,
escuchaba sus palabras" (S. Lucas, 10,39)

Abstraído de todos y de todo.
me llego a mi JESÚS frecuentemente.
Lo hago con gusto y hallo que es el modo
de mantener mi corazón caliente.

Ya no soy mariposa volandera
por engañosas luces atraída;
gracias a EL, de todo lo de fuera
tengo mi independencia conseguida.

Cierro los ojos y a los pies sentada
me veo al punto del MAESTRO amado,
escuchando en actitud contemplativa

Como hacia MARÍA MAGDALENA.
¡El me habla, me instruye, me serena
y más la llama de mi amor aviva!

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