A Jesús










      AL NOMBRE DE JESÚS

Tan solo con oírlo o verlo escrito.
el alma se me  llena de contento;
y de ningún  empeño necesito
para evocar su imagen, al momento.

  La del dulce RABÍ de Galilea,
que pasó haciendo el bien y predicando;
del pobre, amigo; con los niños blando,
mas duro con la clase  farisea.

  Nombre -JESÚS- gratísimo a mi oído,
más suave aún que “aceite derramado”.
y más dulce que todas las dulzuras.

  ¡JESÚS, JESÚS, mi nombre preferido.
¡JESÚS, JESÚS, el nombre del AMADO.
¡No hay  otro  igual entre las criaturas!

SEGURIDAD  EN  EL  AMOR

  Yo sé que TU me quieres, JESÚS mío;
Lo sé con la certeza y la alegría
Con que mis ojos ven la luz del día
Y se baña la flor en el rocío.

 Podrás manifestarme tu desvío,
Siendo insensible a la llamada mía;
Podrá mi alma, sin TI, quedar vacía,
Mas no mi corazón quedarse frío.

 Fuertes como la muerte son los lazos
Que hace el amor. Y en buenos amadores
No es vencido el amor por la demora.

 Y por eso, yo espero tus abrazos...
¡Que el rocío jamás falta a las flores
y no hay noche tan larga, sin aurora¡  


ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO”


   Sé, JESÚS, cuánto me amas,
puesto que a mi puerta llamas
con la humildad de un mendigo,
pidiendo un poco de abrigo,
TU, que en amores te inflamas.

 Yo te abriré, JESÚS mío,
,al escuchar tu llamada.
No quiero moje el rocío
tus cabellos o que el frío
te haga sufrir de la helada.

 Entra, sí, en el alma mía,
¡oh DIVINO PORDIOSERO!
y acepta con alegría
esta limosna que ansía
tu pecho, de amor sincero.

 Para TI todo mi amor,
mi amor ardoroso y tierno.
¡Bien te vendrá su calor
para calmarte el rigor
de las heladas de invierno!


 De qué paz dulce y serena
sentiráse el alma llena
JESÚS, en tu compañía
.¡Qué bien nos sabrá la cena
de amor, en la noche fría!

 A todo exterior ruido
mi alma he de tener cerrada..
HUÉSPED mío preferido,
prestar quiero atento oído
para escuchar tu llamada.

 De toda humana quimera
el alma. JESÚS, vacía
y ardiendo de amor la hoguera,
puedes venir cuando quieras...
¡Yo anhelo tu compañía!


         ¡SEÑOR, ATRAEME!

  Yo no quiero sentir el atractivo
-SEÑOR-de las humanas criaturas;
quiero sentirme libre y no cautivo,
aunque sea de dulces ligaduras.

  Quiero que seas TU, TU solamente
el verdadero imán del alma mía
para que así me sea indiferente
cuanto atraerme, a mi pesar, podría.

  Alzado en CRUZ, atraes a TI todo,
imán de irresistible poderío,
ante quien nadie indiferente queda.

  ¡TU me atraes! Mas, hazlo de tal modo,
que de tu amor cautivo, AMADO mío,
nada ni nadie separarme pueda.    


M I   U N I C O   D U E Ñ O

  Pompa y orgullo de los jardines,
flores hermosas de grato olor,
yo solo os miro de pasadita...
¡que tiene dueño mi corazón!

   Oro que brillas, gloria que halagas,
cáliz de goces embriagador,
sois espejismos que no me engañan...
¡que tiene dueño mi corazón!

   Aves canoras, alondra, mirlo,
trinos dulcísimos de ruiseñor,
yo solo os oigo, no os escucho...
¡que tiene dueño mi corazón!

   Bellas mujeres, cabellos de oro,
labios-rubíes-;ojos-carbón,
serían vanos vuestros empeños..
¡que tiene dueño mi corazón!

  -¿Quién te seduce, quién te enamora?
¿Quién es tu amo, rey y señor?
-¡JESUS se llama! ¡A EL solamente
tiene por dueño mi corazón!
                 *****

A N H E L O


Al modo de las almas más ardientes,
querría amarte, AMOR de los amores.
Darte tan solo amor, como las fuentes
dan agua solo y solo olor las flores.
   
¡Cómo lamento el tiempo que he perdido
de las cosas terrenas preocupado
y haberte hecho sufrir con el olvido,
que tanto o más te duele que el pecado!

Me urgen las prisas por amarte, pero
¿lo haré de la manera que yo quiero
y ese tu amante CORAZÓN espera?

Lo lograré, si a mi deseo atiendes.
Y TU, en el mío, tal amor enciendes,
que lo conviertas en ardiente hoguera.

¡ A  T  R  A  E  M  E ¡

 “TODO hacia MI lo atraeré- dijiste
cuando sobre la tierra alzado sea.”
Aquí estoy yo, SEÑOR...¡Pues que se vea,
atrayéndome a TI, que no mentiste!

 En las florestas de este mundo ameno
hay muy hermosas y variadas flores;
y oigo cantos muy dulces, seductores,
que parecen de míticas sirenas.

Mariposilla incauta, tengo miedo
Centellean mil luces...¿Cómo puedo
resistir a la acción de hechizos tantos?

Si TU me atraes, estaré segura,
y te amaré, prendida en tu hermosura
¡como los santos, si, como los santos!

A LA LLAGA DEL COSTADO


¡Oh llaga del costado, que la lanza
abrió, del centurión, violentamente,
de sangre y agua convertida en fuente,
que a todo el mundo, con su bien, alcanza!

Bocana tú del más seguro puerto
- el CORAZÓN DIVINO lacerado-
dejando atrás el mar alborotado,
mi esquife, en él, quedar quiere a cubierto.

Quiero olvidar definitivamente
tempestades, bajíos y sirenas
de belleza fatal y dulce canto.

Y en ese CORAZÓN, manso y clemente,
que sabe bien de amores y de penas,
hallar la paz por que suspiro tanto.

(¿VIENES –DIME- CONTENTO...)

¿Vienes –dime- contento, JESÚS mío
cuando te hago bajar hasta mis manos?
De pensamientos y deseos vanos
¿hallas del todo el corazón vacío?

TU, que todo lo ves, ves que procuro
de cualquier ambición tenerlo libre,
menos de una: que solo por TI vibre
y como tu HOSTIA blanca sea pura.

¿Vienes feliz -de nuevo te pregunto-
cuando en mis manos, a mi voz, reposas
y en la FORMA a tus fieles te presento?

No me contestas. . . Pero yo barrunto,
porque el amor atisba ciertas cosas,
que te llegas contento, muy contento... 

 (Y SEGUIRÁ MI CORAZÓN...)

Y seguirá mi corazón latiendo
y correrá la sangre por mis venas,
aunque no gozaré ni tendré penas
cuando en brazos del sueño esté durmiendo.

Sin posible control, la fantasía
de sueños los más variados será fuente
y dejará de ser certera guía
la conciencia, dormida totalmente.

Triste es la noche que la luz me roba
y al silencio me empuja de la alcoba,
en la que sin querer, al sueño cedo.

y demasiado larga, SEÑOR mío,
que en tanto tiempo para el baldío
ni en TI puedo pensar ni amarte puedo.


¡FELICIDAD!

Soy feliz, muy feliz, porque temprano
viene hasta mi JESÚS cada jornada;
siendo REY de los cielos soberano,
hace -huésped- de mi alma su morada.

Yo procuro llevarla siempre llena
de amor y de ilusión para esas citas;
pienso que así MARIA MAGDALENA
esperaba en BETANIA sus visitas...

Alimentada con el PAN de VIDA
y en sagrario viviente convertida,
los Ángeles me envidian en loa cielos.

Rebosa de contento el alma mía,
pues JESÚS en su blanca EUCARISTÍA
mis esperanzas colma y mis anhelos.

¡GRACIAS, SEÑOR!

Gracias, SEÑOR, por esa tu venida,
de la humana pelliza revestido;
y gracias por habernos redimido
y darnos con tu muerte nueva vida.

Y gracias por tu blanca EUCARISTÍA,
de amor prodigio y de humildad portento,
prenda de gloria y celestial sustento,
y amorosa presencia y compañía.

Por tu MADRE también, puerta del cielo,
salud de los enfermos y consuelo
del afligido en todas sus desgracias.

T por tu IGLESIA, acogedor Aprisco,
cuna de JUAN, TERESA y de FRANCISCO
y otros SANTOS sin fin, rendidas gracias,

EUCARISTÍA

Gracias -JESÚS- porque tu amor al hombre
te hizo inventar la santa EUCARISTÍA,
prodigio sin igual, pues no hay nombre
con que pueda expresarse su valía.

Por ella, TU te has hecho mi vecino
que no se va jamás, siempre a mi vera;
y el maná celestial para el camino
en busca de la Patria verdadera.

En ella, eres amigo que me invitas
a contarte mis penas y mis cuitas
con la promesa de una paz segura.

¡Gracias -JESÚS- pues tu presencia en ella
hace mi vida luminosa y bella
como día con sol, sin noche oscura!

ESPERAS Y SILENCIOS...

 

Esperas y silencios, noche y día

porque es tu amor perennemente vivo,
tejen fu vida, en esa cárcel fría
de los Sagrarios, donde estas cautivo.

No por condena alguna. Es tu albedrío
el que te oculta en la prisión oscura.
¿O es delito tal vez, AMADO mío,
ese tu amor rayando en la locura?

Prisionero de amor, siempre a la espera,
no has de esperar más, porque a tu vera
voy a estar en vigilia permanente.

Llenando tus silencios mi plegaria
y aromando fu vida solitaria
-rosa de amor- mi corazón ardiente.


C O M U N I Ó N

Yo creo -JESÚS mío- firmemente
por esta FE eme TU me has regalado,
que en la HOSTIA consagrada estás presente
convertido en JESÚS SACRAMENTADO.

Eres MANA del CIELO y PAN de VIDA
para el hombre, cansado peregrino,
que, hambriento y bajo el sol, va de camino
en busca de la TIERRA  PROMETIDA.

PAN partido, que a todos se reparte:
al bueno, malo, rico o pordiosero,
pues no quieres que a nadie se le excluya,.

Yo, que comulgo, quiero así imitarte:
¡dándome a mis hermanos por entero
en entrega de amor como la tuya!


COMO LA HEMORROISA



“Si la orla de su manto a tocar llego,
-se dijo la mujer- ya estoy curada”;
y entre la muchedumbre, apretujada,
abrióse paso hasta el RABÍ de fuego.

Rozóla sólo de esperanza llena;
y al punto una apacible mejoría,
su enfermizo organismo recorría,
sintiéndose del todo sana y buena.

SEÑOR, tu Cuerpo toco diariamente
y aún tengo enferma el alma, pues se siente
proclive al mal y a la virtud remisa.

¡Dame fe, dame amor, dame confianza;
y sáname del todo y sin tardanza,
SEÑOR, SEÑOR, como a la hemorroisa!


ASOMBRO


¿Pero es verdad que en el sagrario habita
el que es DUEÑO y SEÑOR d e cielo y tierra
y qué con su majestad que es infinita,
en oblea minúscula se encierra?

¿Pero es verdad que permanentemente
ofrece a todos dulce compañía
y es el mejor amigo y confidente
para quien, apenado, alivio ansía?

-Cierto; pero además se da en comida,
haciendo de los hombres más hermanos
en un mismo pan y en un cáliz unidos.

¿Y yo no soy aún ascua encendida?
¿Y no se han vuelto locos los cristianos,
por tan sublime amor enriquecidos?


A JESÚS EN EL SAGRARIO

Ya sé -JESÚS- que en el sagrario moras,
en vecino perpetuo convertido,
y que esperas las almas, horas y horas,
con la paciencia del amor sufrido.

Y aunque percibo, a veces, la valía
del regalo, sin par, de tu presencia
confieso con pesar que todavía
no es muy grande en mi vida tu influencia

Yo te ruego -SEÑOR- que en adelante
seas TU, en el sagrario, el sol radiante
que ilumine mi vida toda entera.

¡Y a tráeme como un imán, de modo
que, siempre que lo pueda, deje todo
para volar veloz hasta tu vera!.

(YA ESTOY AQUÍ...)

 

Ya estoy aquí para el encuentro diario

a brindarte -JESÚS- mi compañía,
irresistible imán del alma mía,
prisionero de amor en el sagrario.

El mundo enloquecido quedo ahí fuera,
con sus luchas, sus prisas y sus gritos...
¡Que bien los dos -JESÚS- aquí solitos,
TU, en tu cárcel de amor y yo a tu vera!

Ya sabes mi saludo: "Buenas tardes"
y mi ruego encendido: "Que me guardes;
y cada día que mi amor aumente."

Y ahora hablemos los dos, sin decir nada
y amémonos también, con la mirada,
sin prisa alguna sosegadamente.



  ¡DE RODILLAS!...(III)

¡De rodillas!, oh alma, de rodillas
que estás ante JESÚS SACRAMENTADO,
de muchas y brillantes lucecillas
y de oloroso incienso rodeado.

Es el mismo JESÚS, a quien dio vida
en su seno purísimo MARÍA,
cuya carne de NIÑO fue nutrida
con leche virginal, pura ambrosia.

ELLA, ostensorio del recién nacido,
lo mostró –PAN del CIELO descendido-
para ser adorado, a los pastores.

¡Tenlo presente siempre! ¡Y tu, ahora,
con el mayor fervor y amor, adora
a su HIJO, el AMOR de los AMORES!

 

 

QUISISTE ANONADARTE

 

Quisiste anonadarte hasta el extremo

de no mostrar ni tu apariencia humana
en la HOSTIA diminuta, soberana
demostración de amor, de amor supremo.

Aunque el amor humano hace locuras,
pues razonar y calcular no sabe,
¿mayor locura que la tuya cabe
cuando te ocultas en las HOSTIAS puras?

Pasmo me causa humillación tan grande
y rubor, por mi orgullo desmedido
en su avidez de glorias y de incienso.

No te sorprendas, pues, que te demande
humildad, humildad y amor subido,
profundo como el mar, como él inmenso...

 

SACRIFICIO (III)


Sacrificado, de la CRUZ pendiente
el CORDERO PASCUAL, el verdadero,
con su sangre purísima, inocente
los pecados lavó del mundo entero.

Tal sacrificio se repite ahora
en todo el mundo, en todos los altares;
no se vierte su sangre redentora,
mas son en eficacia similares.

Ruego, gracias encendidas, alabanza
que ha vivos, muertos y hasta en el cielo alcanza
con profusión la SANTA MISA vierte.

Al verse así, la IGLESIA, enriquecida,
se da a DIOS –como CRISTO- agradecida,
por completo, sin miedo ni a la muerte.


PRESENCIA (V)

Siendo el hombre más libre que ha existido
estás en el sagrario prisionero;
puesto que libremente lo has querido,
siendo el amor tu propio carcelero.

Olvidas por los hombres tu albedrío,
a fin de estar con ellos, noche y día,
brindándoles tu amor y compañía
y tu dulce y constante compañía.

Siempre hallaren en TI tierna acogida
y serás el amigo y confidente
de cuanto el corazón humano encierra.

TU eres ahí el SOL de nuestra vida,
DIOS del amor... !Por eso ciertamente
no es tan valle de lágrimas la tierra!

 (POR LAS NOCHES...)

Por las noches –SEÑOR– y ya en el lecho,
el alma se me llena de alegría,
pensando que se acerca el nuevo día,
en que otra vez vendrás hasta mi pecho.

Toda imagen se borra de mi mente
y se queda la tuya en solitario:
el dorado compás en tu sagrario
y en él el PAN del horno más caliente.

Siempre porque llegue la mañana
y deseo pasar la noche en vela,
desplegando –SEÑOR- todo mi empeño.

Pero, ¡ay! mi frágil condición humana
por desgracia mía se revela
¡y al fin sucumbo, sin querer, al sueño!

 

 

 

(PENSANDO EN MI...)


PENSANDO EN MI, TE HICISTE PRISIONERO
del círculo nevado de una oblea
y me diste la fe para que crea
que en ella estás, entero y verdadero.

Milagro de tu amor omnipotente,
en que ocultas tu gloria y tu grandeza,
no pudiste mostrar mayor grandeza
ni estar presente más humildemente.

Hiciste de la tienda del sagrario
tu morada habitual, siempre a la espera
de un amigo leal, de una visita...

¡Yo pienso en TI, SEÑOR! Por eso, a diario,
en alas del amor vuelvo a tu vera
sin que nunca jamás falte a la cita.

 

 

OSCURA LA CAPILLA

 

Oscura la capilla silenciosa

en las últimas horas de la tarde;
con débil luz, a veces temblorosa
la lamparilla del Sagrario arde.

El silencio y la paz que en ella anidan,
la suave oscuridad amparadora
a recogerse en oración convidan
junto al que, oculto, en el sagrario mora.

Me arrodillé. sé que JESÚS me espera.
¿O es que no ha dicho con pasión sincera
que con 1os hombres, por estar, suspira?

En el Sagrario clavé mi mirada;
y sin decirle ni decirme nada,
¡yo LE MIRO, LE MIRO. . .y EL ME MIRA!

 

 

(OBRA DE TU PODER...)

 

Obra de tu poder omnipotente

y de tu inmenso amor, la EUCARISTÍA,
con ella TU le ofreces al creyente
tu constante presencia y compañía.

TU Majestad excelsa -¡que portento
de humildad!- a una oblea reducida
se convierte del alma en alimento,
porque es maná del cielo y pan de vida.

En la cárcel oscura del sagrario
habitas, prisionero voluntario,
de noche y día. con calor y frío.

¿Y que logran tu entrega y tu presencia?
-Ingratitud, Ovidio, indiferencia...
¡Así tu amor pagamos, JESÚS mío!


!NUNCA    SOLA!

¡Que dichosa -SEÑOR- fui aquellos días
cuando TU, en el sagrario recluido
de mi lindo oratorio reducido,
día y noche conmigo convivías!

¿Lo recuerdas, JESÚS? -Siempre a tu vera,
unos momentos MARTA, otros MARÍA
con toda mi ilusión yo pretendía
que mi hogar para TI Betania fuera.

Hoy no te tengo ya en el SACRAMENTO;
pero lo mismo que a la luz te siento,
de manera cordial, intensa y nueva.

Y percibo que dentro de mi moras;
y así puedo decirte a todas horas:
¡CONMIGO ESTAS; MI CORAZÓN TE LLEVA.


(MI CORAZÓN, LLEVADO...)

Mi corazón, llevado por mi mente,
vuela hasta tu Sagrario, JESÚS mío,
como van los arroyos hacia el rió
inexorable y jubilosamente.

Si TU eres el imán de mis amores
que me atrae más fuerte cada día,
yo gozo con hacerte compañía
al lado de la lámpara, y las flores.

¡Siempre quisiera estar! Para aliviarte
esa tu soledad, para pagarte
ese tu amor tan fino y sin medida.

Como lámpara fiel que se consume,
como flor que te ofrece su perfume
y a tu vera, de amor, muere rendida.

 (ME 1PARECE -SEÑOR...)

 Me parece -SEÑOR- que te pasaste

cuando, llevado de tu amor ardiente,
HOMBRE cabal y DIOS omnipotente 
en un trozo de pan fe disfrazaste.

En un trozo de pan te disfrazaste
para darte a los hombres en comida
antes de que en la CRUZ dieras la vida,
con lo que de la muerte los libraste.

Y,¿qué te ha dado el hombre agradecida?
 Bastante desamor y mucho olvido,
AMANTE fino, que de amor te abrasas...

Deja, pues, y perdona mi osadía
que yo te diga, al ver tu EUCARISTÍA,
¡QUE TE PASAS EN ELLA, QUE TE PASAS!


(LLAMA DE AMOR...)

LLAMA de amor, pequeña compañía
del solitario HUÉSPED a la vera,
centinela perpetua que no espera
relevo algún, al despuntar el día;

Infalible RADAR, LENGUA de fuego
que, sin hablar, proclamas su presencia;
TESTIGO fiel de tanta confidencia:
dolor y amor y lágrimas y ruego...

¡Cómo deseo, al verte, que mi vida
en amorosa llama compartida
sea la copia exacta de tu ejemplo!

Igual que tu, prodigio de fervores
al lado del amor de los amores,
LÁMPARA fiel, en la quietud del templo...

 (VOLTEAN ALOCADAS...)

 

Voltean alocadas las campanas

y atruenan los cohetes y trompetas;
engalanan balcones y ventanas
colgaduras, banderas y macetas.

Esmaltadas de flores, con donaire,
son las calles alfombradas policromas;
a romero y a juncia huele el aire
del incienso a la par con los aromas.

¡JUEVES del CORPUS, más que el sol luciente!
La Custodia de oros reluciente
avanza en compasado movimiento.

Y los fieles dan rienda a sus fervores
alabando al AMOR de los AMORES
en la humildad total del SACRAMENTO...

 

YO DESEO –SEÑOR-

 

Yo deseo –SEÑOR- que hasta dormido

sólo por TI mi corazón palpite
y en cada latido te musite
un TE QUIERO, sincero y encendido.

Llevo tiempo perdido en demasía,
dispersa mi atención en muchas cosas
y el corazón volando por las rosas
que solo aroman lo que dura un día.

Recuperar el tiempo que he perdido
amándote de prisa, intensamente
ha de ser, desde hoy, mi ardiente empeño.

Y pues resulta el día reducido,
no te extrañes –AMOR- que amarte intente
también de noche, mientras dura el sueño...



NO HABRÍA EN EL AMOR... (VIII)


No habría en el amor separaciones
si impedirlas pudieran los amantes;
juntos quieren estar sus corazones,
que -!ay!- con frecuencia se hallarán distantes.

ALGUIEN hay, amador por excelencia,
y que es el mismo AMOR y omnipotente
que brinda a los que ama una presencia
tan amistosa como permanente.

Es el AMIGO fiel, que nunca falla;
al que siempre dispuesto se le halla
para oír, consolar y dar favores.

En el sagrario está, vive doquiera;
acepta su amistad corre a su vera
¡y sed inseparables amadores!


NO HAY ANONADAMIENTO... (VII)

No hay anonadamiento semejante
SEÑOR JESÚS, el de tu EUCARISTÍA,
más completo, total y rebajante
que a tu encierro en el seno de MARÍA.

Hombre te vieron, en prodigios largo,
no tu Divinidad siempre latente;
en la HOSTIA consagrada, sin embargo,
ni un rasgo tuyo humano esta presente.

Todo ahí estas, pequeño e infinito,
invisible y real es tu presencia,
la maravilla de tus maravillas.

Yo soy dichoso cuando te visito;
y TU ves que con toda reverencia,
te venero y te adoro, de rodillas.



VIENES A MÍ –SEÑOR-...

 

Vienes a mí –SEÑOR- cada mañana

en el VINO y el PAN del SACRAMENTO,
lo mismo si a tu altar acude hambriento
como si llego con escasa gana.

Podré tener el corazón caliente,
tibio a veces -¡qué pena!- y hasta frío;
vendrás humilde, hecho alimento mío
con tal de que a tu mesa yo me siente.

El que te come –dices- por TI vive
y TU moras en él el en TI mora,
uno del otro, por amor, cautivo.

Pues mi alma cada día te recibe,
¿porqué me ha de notarse ya desde ahora
que en TI mora –SEÑOR- y por TI vive?

 

 

(UNA GRAN ALEGRÍA...)


Una gran alegría experimento

cuando abro –JESÚS mío- tu sagrario,
te libro de tu encierro voluntario
y a las almas te doy en alimento.

Y con pena, que el alma me lacera,
cuando de dar la comunión concluyo,
de nuevo a tu sagrario te recluyo
para seguir tu vida carcelera.

Mas ya ves que obro despaciadamente,
con estudiada lentitud, de suerte
que cuando puedo, tu presión difiero.

Porque no eres –SEÑOR- un delincuente;
y aún que tu amor es grande y TU eres fuerte
¡me duele a mí que vivas prisionero!

TREMENDA SOLEDAD -SEÑOR-

 

Tremenda soledad -SEÑOR- 1a tuya

en tu cárcel oscura del sagrario,
desde siglos cautivo voluntario
hasta que el mundo actual por fin concluya,

En silencio total sumido te hallas,
cuando eres la mismísima PALABRA;
y aunque la portezuela se te abra
para darte a los fieles, siempre callas.

Eres tesoro, !oh DIOS! pero escondido
en esa soledad de tus prisiones,
en que ocultas tu gloria y poderío.

Y pues eres el DIOS desconocido
para tantos y tantos corazones,
¡que te conozca y no te olvide el mío!


 

SI MIRO TU SAGRARIO...

 

Si miro tu Sagrario solitario

y a su lado, la lámpara encendida
-palpitación minúscula de vida,
en la augusta quietud del santuario-

brota en mí siempre, con intenso brío,
el anhelo de ser tu centinela,
en permanente y amorosa vela,
AMOR de los AMORES, DUEÑO mío.

Como lámpara fiel que, noche y día,
es a veces la sola compañía
en fu sufrida vida carcelera.

Como esa llama, viva y palpitante,
que arde de amor hasta el postrer instante
¡a tu vera -SEÑOR- siempre a tu vera!


YO DESEO –SEÑOR-...

 

Yo deseo –SEÑOR- que hasta dormido

sólo por TI mi corazón palpite
y en cada latido te musite
un TE QUIERO, sincero y encendido.

Llevo tiempo perdido en demasía,
dispersa mi atención en muchas cosas
y el corazón volando por las rosas
que solo aroman lo que dura un día.

Recuperar el tiempo que he perdido
amándote de prisa, intensamente
ha de ser, desde hoy, mi ardiente empeño.

Y pues resulta el día reducido,
no te extrañes –AMOR- que amarte intente
también de noche, mientras dura el sueño...

 

A LAS LLAGAS DE LAS MANOS


¡Oh manos de JESÚS, fuertes, pulidas,
que al mundo modelaron sabiamente:
yo os, contemplo con ánimo doliente
por sendos clavos en la CRUZ cosidas!

Manos para los niños cariñosas,
para tantos enfermos milagrosas;
y en la niña de doce primaveras
manos sobre la muerte victoriosas.

Manos que hicieron florecer los panes;
y en cuyos imperiosos ademanes
la cólera del mar trocóse en calma,

acariciadme una vez siquiera;
y agarradme la mía, de manera
que nunca más se me desmande el alma.



A LAS LLAGAS DE LOS PIES


Déjame que te bese, JESÚS mío,
las llagas de tus pies ensangrentados,
tanto día en mi busca fatigados
y ahora clavados al madero frío.

Quiero besarlos con amor rendido
y enjugarlos al tiempo con mi llanto,
que a quien, un día, te ofendiera tanto
bien le estará llorar arrepentido.

¡Benditos pies, un día peregrinos,
que marcados dejasteis los caminos
con sangre pura del PASTOR más tierno;

quiero seguir vuestras rojizas huellas.
Pues sé muy bien que al caminar tras ellas,
he de llegar hasta el redil eterno.


JESÚS EN LA CRUZ (I)

Ante la cruz, hincado de rodillas,
con los ojos clavados en el suelo,
roto mi corazón de desconsuelo
y humedeciendo de llanto mis mejillas.

Vienen a mi memoria mis desvíos,
con que, rebelde, me atreví a ofenderte
que fueron causa de tu injusta muerte
y no el odio feroz de los judíos.

De todo estoy –SEÑOR- arrepentido
e igualmente del todo decidido
a desterrar  de mi todo pecado.

Y ya que mueres por los pecadores
yo te brindo una ofrenda y no de flores;
¡MI CORAZÓN CONTRITO Y HUMILLADO!



   JESÚS EN LA CRUZ (II)


Innumerables veces yo te había
contemplado pendiente del madero,
y un sufrimiento de piedad sincero
brotaba en mi, pero flor de un día.

Un día, yo no sé de que manera
contemplaron mis ojos tu figura
que una intensa, dulcísimo ternura
bañó como una ola mi alma entera.

Caí a tus pies; con lágrimas de pena
te los ungí como otra MAGDALENA
cuando quebró su frasco perfumado.

Desde entonces tu imagen va conmigo.
Y muerto al mundo que era ayer mi amigo
¡yo te amo a TI, a TI crucificado!


JESÚS EN LA CRUZ (III)

Anonadado de momento y mudo
al mirarte en la Cruz –SEÑOR- me quedo;
quisiera hablarte, pero nunca puedo,
que en la garganta se me forma un nudo.

Es tu CUERPO, destrozado, inerte,
hasta el fondo del alma me impresiona,
en las sienes me punza tu corona
y me muero de pena con tu muerte.

Mis pecados recuerdo, compungido,
que causaron tu muerte, mas no olvido
que tu –SEÑOR- la misma BONDAD eres.

Se ablanda el alma como cera al fuego,
Y en abundantes lágrimas me anego
¡por mí y por TI, que por mis culpas mueres!

 

TENGO SED DE TI (I)


Ese grito que lanzas, abrasado
de sed –oh buen JESÚS- en tu agonía,
golpea mis oídos a porfía
y el corazón me deja lacerado.

¿Qué tienes sed? –paréceme chocante...,
¿No eres acaso de agua viva fuente
y no la diste milagrosamente
al pueblo aquel por el desierto errante?

Ya sé cual es la sed que te devora,
distinta de esa que te quema ahora,
que no es de agua de fuente ni de río.

Yo te daré –JESÚS- las aguas puras
de mi total amor, pues me aseguras
“que tienes sed de mi y del amor mío”.

 

 

 

TENGO SED (II)

 

Era hermosa la mañana;

descansabas – JESÚS- junto a una fuente
y de beber pediste humildemente
a la pobre mujer samaritana.

¡Tengo sed! La tarde era morada...,
y de la cruz pendiente en el madero
lanzabas este grito lastimero,
seca de sed la boca y abrasada.

Yo apagaré tu sed, oh JESÚS mío,
no con agua de fuente ni de río,
porque no es para mí desconocida.

¡TU quieres sólo amor! Pues; yo te digo
solamente, mi adorado AMIGO,
¡qué te he de dar amor y sin medida!


A JESÚS AGONIZANTE  Y RESUCITADO

 En la cumbre del GÓLGOTA me veo,
herido el corazón por honda pena,
al lado de MARÍA MAGDALENA,
donde más me conviene, según creo.

A través de mis lágrimas te miro,
compasivo, JESÚS AGONIZANTE.
Y mi alma se desgarra, en el instante,
en que exhalas el último suspiro.

Me alejo... Y deprimido y desolado
y a solas con mi pena desvelado
hasta el DOMINGO, en la mañana, sigo.

¡Y todo se convierte en alegría,
cuando me dice tu sin par MARÍA
que en el huerto te vio y habló contigo!


EL ÚLTIMO BESO

Infinidad de veces he besado
y lo haré mientras viva —CRISTO—mío,
las llagas de tus pies, manos, costado
y tu semblante, demacrado y frío.

Clara señal de mi arrepentimiento,
con mis besos piadosos y encendidos
yo quiero suavizar tu sufrimiento,
por mis culpas causado y mis olvidos.

Darte pruebas de amor en cada beso
que en tus llagas bermejas dejo impreso
y en tu rostro, de encanto desprovisto.

¡Y la definitiva, la postrera
yo te la quiero dar, cuando me muera,
mi dulce REDENTOR, mi amado CRISTO!



¡JESÚS MÍO TE AMO!

Cuando te digo: JESÚS mío te amo,
—y mil veces lo hago por el día—
creo proporcionarte una alegría
y en tu divino amor, mi pacho inflamo.

Con esas cuatro voces te saludo,
al comenzar —SEÑOR— cada jornada
y son el colofón, finalizada,
pues al ir a dormirme, a ellas acudo.

Son las jaculatorias, que derecha,
va hasta tu CORAZÓN como una flecha,
mi amor te dice y te repara agravios.

Palabras tantas veces repetidas,
siempre sinceras y jamás manidas...
¡quiero morir con ellas en los labios!


EL POSTRER “TE QUIERO”


Yo te quiero—JESÚS—.TU me conoces
y sabes bien que la verdad te digo.
TU eres mi fiel y verdadero amigo,
que comparte mis penas y mis goces.

Joven, te amé, JESÚS. por eso, apenas
sentí el hechizo del amor humano
y el canto seductor de las sirenas
si acarició mi oído, lo fue en vano.

Soy muy feliz, porque de amor tejida,
ha sido para TI toda mi vida,
ya que sólo tu amor he conocido.

Yo deseo por eso y así espero
que, broche de oro, mi postrer latido
selle también mi último: ¡TE QUIERO!



CENA ÍNTIMA

“Estoy a la puerta y llamo.  Si alguien oye mi voz
 y me abre la puerta, entraré a él
y cenaré con él y él conmigo.”
(Apocalipsis, 3-20)

Tendré —SEÑOR— la casa enjalbegada
y aromada con un poco de espliego;
en los días de invierno, vivo el fuego,
por si acaso acaece tu llegada.

Con el oído atento, estaré alerta
viviendo con la espera y la esperanza
para abrirte, al momento, sin tardanza,
cuando escuche tus golpes en la puerta.

Cerrada a cal y canto, a lo de fuera,
inundará de luz la casa entera
tu presencia —JESÚS— mi dulce amigo.

Y solitos los dos, dichosamente,
—envejecido el vino, el pan caliente—

“TU CENARÁS CONMIGO Y YO CONTIGO”


CONFESIÓN DEL ALMA

Te confieso, SEÑOR, que no soy nada
 y no poseo nada y nada valgo.
¡Qué ciega estaba y cuan equivocada,
creyendo en tiempos que valía algo.

Nada puedo sola; caigo, vacilo
y así que TÚ me ayudes necesito.
TÚ, que me amas cual soy
- ese es tu estilo con un amor, eterno e infinito-.

Has hecho tuyos los pecados míos.
y por ellos la muerte has padecido,
lo que mi mente a comprender no alcanza.

Quieres que no recuerde mis desvíos
y sí que humilde, pobre, mas no triste
ponga yo en TI mi total confianza.


“...El grito de JESÚS moribundo: ¡TENGO SED!,
resonaba a cada instante en mi corazón
y lo  encendía en  un ardor divino, hasta entonces
 para mí desconocido...” (STA. TERESITA)

Es sed de almas la que te devora
al decir, ¡TENGO SED!, en el madero;
grito que escucho como nunca, ahora,
sed que aliviarte, desalada, quiero.

¡ALMAS, ALMAS! amado Jesús mío;
¡ALMAS, ALMAS! es mi oración y grito.
¡ALMAS, ALMAS! es lo que necesito;
¡ALMAS, ALMAS! es lo único que ansío.

Ganarlas para TI —JESÚS— intento
con instante oración y el sufrimiento,
que me causa la cruz de cada día.

Muy lejos, ¡ay! , lo de JAVIER me queda;
¡pero —otra TERESITA— tal ves pueda
la sed calmarte y a la par, la mía!


¡TENGO SED!,


Alma mía, yo no quiero que grites:
HOSANNA, con las turbas, ni que agites
como ellas una palma en este día.
Deja ya, por favor, tu hipocresía

y sigue al NAZARENO en su victoria
en silencio y llorando... EL te lo exige:
¡Rememora los vítores de gloria
que desmintió después tu CRUCIFIGE!

Alma mía, silencio... No, no imites
a esa turba que, loca, vocifera.
Alma mía silencio... No, no agites

hipócrita, tu ramo de palmera,
¡Y llora tus traiciones, llóralas, alma
y el llanto sea tu único lenguaje!
Que prefiere JESÚS ese homenaje
a todos tus HOSANNAS y a tu palma...


JUEVES SANTO  (II )
(Ante el Monumento)
Constelación de ardientes corazones
quemándose en las llamas de los cirios
férvida emulación de tus delirios,
pelícano, que anidas en copones.

Mueren de amor, vertiendo exhalaciones
aromadas, las rosas y los lirios
para endulzar la hiel de tus martirios
en esa soledad de tus prisiones.

Así, de esta vida, hasta hoy helada,
cirio y flor, a la vez, hacer quisiera
porque fuese una vida enamorada.

¡Porque fuese en tu vida carcelera
una rosa, a tus plantas deshojada,
como un cirio, quemándose a tu vera!


VIERNES SANTO  (III )

 

Innumerables veces yo te había
contemplado, pendiente del madero;
y un sentimiento de piedad sincero
brotaba en mí, pero era flor de un día.

Cierta vez, yo no sé de qué manera
mirarían mis ojos tu figura,
que una inmensa, dulcísima ternura
bañó como una ola mi alma entera.

Caí a tus pies; con lágrimas de pena
te los ungí como otra Magdalena
cuando quebró su frasco perfumado...

Desde entonces, tu imagen va conmigo.
Y muerto al mundo, que era ayer mi amigo,
¡yo te amo a TI y a TI, CRUCIFICADO!

 

 


SANTIFICA


Mi amadísima grey se santifica
por medio de los Santos Sacramentos,
que son maravillosos instrumentos
por los que DIOS su gracia comunica.

MINISTRO de estos dones excelentes,
“en la persona de JESÚS actúo”;
los dos formamos entrañable dúo
y en Él, por mí, santifica a los creyentes.

La santidad de mis ovejas quiero
—el peculiar adorno de su TEMPLO”—
y se la pido en mi oración instante.

La misma y mucha para mí requiero,
para que, siendo de la misma ejemplo,
vaya de mis ovejas por delante.


“EL SACERDOTE, OTRO CRISTO”
                   (San Pablo)

Icono de JESÚS, por sacerdote,
yo no soy de este mundo, aunque en él vivo;
mi amor para con ÉL es exclusivo
“y ÉL sólo es mi heredad el lote.”

El me llamó y le seguí al momento;
y cuando, al fin, amaneció el gran día,
gozosa y libremente asumiría
las exigencias de su seguimiento.

De gratitud mi corazón rebosa
por vocación tan grande y hermosa,
que asombro me produce y hasta espanto.

Por siempre, Icono de JESÚS, viviente,
yo “daré mucho fruto y permanente”
si, como ella me exige, soy un santo.


ENSEÑA


Soy mensajero de la “buena nueva”
pues eso es el EVANGELIO para todos;
sin aguarlo con falsos acomodos,
la salvación al mundo entero lleva.

Predico su verdad, que es atractiva,
mas la muestro cual es: muy exigente;
para aquel que la acepta plenamente
inagotable “fuente de agua viva”.

Para mi grey doctrina, la más sana,
válida para ayer, hoy y mañana,
en siglos por la IGLESIA, transmitida.

Para librarlos del error, les muestro
siempre a JESÚS, el único MAESTRO,
que es “el CAMINO, la VERDAD, la VIDA”.

 

 

GOBIERNA


Quiero pastorear a mi rebaño,
AL BUEN PASTOR teniendo por modelo;
me preocupo de él con todo celo,
velando por que nadie le haga daño.

Me muestro con los lobos vigilante;
corro tras la ovejuela descarriada
y trato de volverla a la majada
con dulce voz, con el mejor talante.

La suavidad con la firmeza empleo
según el caso; y de manera clara
a las ovejas débiles me entrego.

Icono, en fin, del BUEN PASTOR, deseo
que en vez de miedo a mi cayado y vara
halle en ellos mi grey dulce sosiego.


 

YO SE, JESÚS; QUE EN EL...


Yo se , JESÚS, que en el Sagrario moras,
en vecino perpetuo convertido;
y que esperas las almas, horas y horas,
con la paciencia del amor sufrido.

Y aunque percibo, a veces, la valía
del regalo, sin par, de tu presencia.
confieso con pesar que todavía
no es muy grande en mi vida su influencia.

Yo te ruego, SEÑOR, que en adelante
seas TU, en el Sagrario, el sol radiante
que ilumine mi vida toda entera.

¡Y atráeme como un imán de modo
que, siempre que lo pueda, deje todo
para volar, veloz, hasta tu vera!


YO NO PUEDO DORMIR...

Yo no puedo dormir en esta hora,
SEÑOR, cuando agonizas en el HUERTO;
quiero esforzarme por estar despierto,
cuando todo tu Cuerpo sangre llora.

Velar, orar y compartir contigo
el acerbo dolor de tu agonía
y así, con mi presencia y cercanía
demostrarte que soy tu fiel amigo.

A tu vera seguir, aunque impotente,
sin miedo a los soldados ni a la gente,
cuando a tu encuentro, decidido acudas.

¡Y de manera tal quiero besarte,
que puedas ,recordándolo, olvidarte
del beso infame que te va a dar Judas!

YO DESEO, SEÑOR---


Yo deseo, SEÑOR, que hasta dormido
sólo por TI mi corazón palpite
y que en cada latido te musite
un: TE QUIERO, sincero y encendido.

Llevo tiempo perdido en demasía
dispersa mi atención en muchas cosas
y el corazón volando por las rosas
que solo aroman lo que dura un día.

Recuperar el tiempo que he perdido
amándote de prisa, intensamente
ha de ser, desde hoy, mi ardiente empeño.

 Y, pues resulta el día reducido.
no te extrañe, oh AMOR, que amarte intente
también de noche, mientras dura el sueño.


 “YO  VIVO  EN  LO  ETERNO”

   Jorge  Santayana, filósofo)

  Sufro, SEÑOR, porque mi pensamiento
inconstante divaga por las cosas
como de flor en flor, las mariposas
van saltando en continuo movimiento.

  ¿Qué puedo hacer para aquietar sus alas
y hacia un objeto dirigir su vuelo?
¡Oh campanario, inmóvil bao el cielo,
que un punto siempre en el azul señalas!

  Yo me veo incapaz, pero TU puedes.
Si de tu amor me atrapas en las rdes,
mi pensamiento quedará cautivo.

 Cualquiera distracción así impedida,
frente  al río fluyente de la vida
podré decir que ya “en lo eterno vivo”.

YO  CREO, JESÚS...

Yo creo, JESÚS mío, firmemente
 por esta FE que TU me has regalado,
que en la HOSTIA consagrada estás presente,
convertido en JESÚS SACRAMENTADO.

Eres MANA del CIELO y PAN de VIDA
para el hombre, cansada peregrino,
que, hambriento y bajo el sol, va de camino
en busca de la TIERRA PROMETIDA.

PAN partido, que a todos se reparte:
al bueno, malo, rico o pordiosero,
pues no quieres que a nadie se le excluya.

Yo, que comulgo, quiero así imitarte:
¡dándome a mis hermanos por entero,
en entrega de amor como la tuya!

 

YO   TE   PERDONO


Coronaré de espinas o de rosas
a las almas según yo se lo diga;
que el mismo DIOS a obedecer se obliga
mis órdenes, ya amables, ya penosas.

Puedo romper cadenas resistentes
como si fueran delicado lazo,
si en el espacio, perdonando, trazo
la cruz, sobre contritos penitentes.

Las puertas del infierno, a mi palabra,
se han de cerrar, por más que el Enemigo
lance sus rayos de furor y encono.

¡Y mando al Cielo que las suyas abra,
y obedece al instante, cuando digo:
sencillamente así:¡YO TE PERDONO!



YA CON MIRARTE....

Ya  con mirarte de la CRUZ colgado
inerte, ensangrentado  el CUERPO santo,
dolor se agrupa en mi costado
que al punto rompo en amoroso llanto.

 A mi conciencia afloran de  repente
uno tras otro los pecados m míos,
verdugos tuyos, VICTIMA inocente,
no la inquina feroz de los judíos.

Lloro, JESÚS, del todo arrepentido;
lloro por tu PASIÓN y por tu MUERTE
y a tu bondad sin límites apelo.

Y me siento del todo sorprendido,
porque, el amargo llanto al ofrecerte,
me brindas TU dulcísimo consuelo.



  YA  ESTOY   AQUÍ   PARA...

Ya estoy aquí para el encuentro diario
a brindarte, JESÚS, mi compañía,
irresistible imán del alma  mía,
prisionero de amor en el Sagrario.

El mundo enloquecido quedó ahí, fuera,
con sus luchas, sus prisas y sus gritos...
¡Qué bien los dos, JESÚS, aquí solitos
TU, en tu cárcel de amor y yo a tu vera!

Ya sabes mi saludo:”Buenas tardes”
Y mi ruego encendido:”Que me guardes
y cada día que mi amor aumente”

Y ahora hablemos los dos, sin decir nada.
Y amémonos también con la mirada
sin prisa alguna, sosegadamente...


...”Y VIO DIOS QUE TODO ERA BUENO”

En la azucena, la encendida rosa
no envidie  nunca la sin par blancura;
ni aquella crea que es menos hermosa,
porque un color audaz no la empurpura.

No quiera el ruiseñor ser cardelina
y esta, siendo lo que es, esté contenta.
La garganta  de aquel si es peregrina,
es lindo el colorido que ella ostenta.

 Viento, no , la brisa, brisa sea.
Y guarden las espinas a las rosas,
sin que, por  no ser ellas, tengan penas.

 Amor  merece cuanto nos rodea,
DIOS,  que un día creó todas las cosas,
vio que estaban bien hechas y eran buenas.



Y SEGUIRÁ  MI  CORAZÓN....

Y seguirá mi corazón latiendo
y correrá la sangre por mis venas,
aunque no gozaré ni tendré penas,
cuando en brazos del sueño esté dormido.

Sin posible control, la fantasía
de sueños los más varios será fuente
y dejará de ser certera guía
la conciencia, dormida totalmente.

Triste es la noche que la luz me roba
y al silencio me empuja de la alcoba,
en la que, sin querer, al sueño cedo.

¡Y demasiado largo, SEÑOR mío;
que en tanto tiempo para mí baldío
ni en TI puedo pensar ni amarte puedo!


...” Y PASABA LA NOCHE EN ORACIÓN”...
  (Habla JESÚS)

“Amé la soledad mientras vivía
 como el pájaro el aire para el vuelo;
 y la noche callada, en que podía
conversar a mis anchas con el CIELO.

En la cumbre de n monte solitario.
 en el silencio de la noche pura,
 desgranaba mi férvida plegaria:
 testigos, las estrellas n la altura.

Hablaba con mi PADRE. Y en su seno
 más inmenso que el mar, me sumergía,
 entregado a su amor de PADRE bueno.

Y al despertar la luz del nuevo día,
 de nueva luz y fuerza nueva lleno
 a mi labor de SEMBRADOR salía...”

“Y EL VERBO SE HIZO HOMBRE

Y ACAMPO ENTRE  NOSOTROS”

                        (S. Juan, I, I4)

Fue su amor a los hombres sin medida,
aunque la mente humana no lo entienda,
pues entre ellos EL plantó su tienda
para vivir así su misma vida.

De su inmensa grandeza soberana
por obediencia al PADRE, despojado,
apareció en la tierra, disfrazado
-traje servil-de la pelliza humana.

Por esa humillación y por su muerte,
que hizo dichosa nuestra triste suerte,
“DIOS le dio un nombre sobre todo nombre”.

Tu, alma, no tengas miedo a nada,
porque el VERBO, recuerda, se hizo hombre
y puso entre nosotros su morada.


  Y ACAMPO ENTRE NOSOTROS...

--Y acampó entre nosotros...JESÚS quiso
compartir por entero nuestra vida,
desde el día fatal del paraíso
con abrojos y espinas maldecida.
 
¡Y acampó entre nosotros Y JESÚS vino
a ser uno de tantos, todo un hombre;
tuvo un nombre concreto y ese nombre
expresa claramente su destino.

  En el trabajo encalleció sus manos
y dejó para todos los  humanos
un mensaje de amor, claro y profundo.

  Haciendo el bien pasó su vida entera.
¡Y coronó su límpida carrera
muriendo en cruz para salvar al mundo!

 

 

“VIVO YO, NO YO, ES CRISTO QUIEN  VIVE EN MI”

(S. PABLO)

 

Quiero tener el pensamiento mío

de TI, mi buen JESÚS, siempre pendiente.
Y por que TU lo llenes plenamente
tener también el corazón vacío.

Creer en TI, VERDAD, CAMINO y VIDA;
amarte con amor tierno y profundo
y estar crucificado para el mundo,
que sólo al goce, sin cesar, convida.

Y lograr, con tu gracia y con mi empeño,
derribar, sin tardar en demasía,
el torreón de mi egoísmo, altivo.

    Así se hará realidad mi sueño
y diré lo que PABLO repetía:
“QUIEN VIVE EN MI ES JESÚS, YO YA NO VIVO”

 

 

VIERNES     SANTO


Esta tarde, JESÚS, de VIERNES SANTO,
he besado con besos encendidos
tus pies con clavos a la Cruz cosidos
y los mojé con recatado llanto.

Dí tu Cruz a besar, luego, a la gente:
hombres, mujeres, también algún  niño:
Y todos  la besaron con cariño
y más de uno apasionadamente.

Me emocioné, pensando, JESÚS  mío,
que a través de la Cruz, tu poderío
aún sigue conquistando corazones.

Que en TÍ creen, esperan y te aman
y tu victoria  singular  proclaman.
que César no logró con sus legiones.

 

     VIDA   OCULTA

  (--“Se volvieron a su ciudad de NAZARET. El niño
      iba creciendo y robusteciéndose y se llenaba de
 sabiduría y la gracia de DIOS lo acompañaba.-Lc. 2, 4º)

Esa tu vida en NAZARET, oculta
tantos años, SEÑOR, y tan callada,
siendo de DIOS PALABRA y encarnada,
es sorprendente y bella me resulta.

 Moras, DIOS de los cielos, en la tierra,
pero en una ciudad pobre y pequeña;
y ARTIFICE de todo, se te enseña
el uso del formón, azuela y sierra-

Encalleces tus manos en la dura
labor en el taller, día tras día.
Con tu sudor enjoyas la madera.

Y creciendo en edad y en estatura,
 te vas llenando de sabiduría,
 ¡con la gracia de DIOS por compañera!

 

 

 “VENID A MÍ, YO OS ALIVIARE”


Con el alma cansada hasta TI vengo,
herida en los  caminos de la vida;
y ante tu altar, de hinojos, me detengo
ante el cual brilla lámpara encendida.

Yo no te veo y TU nada me dices;
pero estando contigo, me parece
que cerrando se van mis cicatrices
y nuevamente la ilusión florece.

Que nunca me hables, que jamás te vea
de modo alguno impide que yo crea
firmemente, SEÑOR, en tu presencia.

Sí; estás ahí, oh MEDICO DIVINO,
que siempre con amor y tacto fino
curas mi alma de cualquier dolencia.

 


¡VENID A MI!


 “VENID a MI –dijiste cierto día.
los que os halláis cansados y agobiados;
YO tengo los remedios adecuados
para alivio, de toda garantía.

YO conozco a las almas, una a una
y los motivos de las penas veo,
y un bálsamo especial –MI PAZ- empleo
medicina eficaz como ninguna.

No mendiguéis alivio en los humanos,
que todos sus empeños serán vanos
y quedará vuestra ilusión  fallida.

¡VENID a MI! Soy médico divino,
y YO tengo el poder  y tengo el tino
para curar, al punto, toda herida.

 

 

UN DESEO IRREALIZABLE

Clava en la cruz, sayón, estas mis manos
por demás egoístas y cerradas
y no las del MAESTRO, perfumadas
de tanta buena acción con los humanos-

Clava mis pies, que aún tienden hacia esas
sendas por que anduve extraviado:
y no los del MAESTRO, fatigado
buscando ovejas, en las zarzas presas.

Y atraviesa mi pecho con la lanza,
no e. pecho de JESÚS, en el que alcanza
el amor, expresión la más subida.

Haya justicia una vez siquiera:
¡que el pecador, por sus pecados muera,
y el CORDERO inocente tenga vida!


A DIFUNDIRSE SIEMPRE... (111)

A difundirse siempre el amor tiende
como la flor expande  sus olores;
el alma que en amor de DIOS se enciende
amando, se dará, como las flores.

A los hombres amaste, por ti vistos
como la imagen de JESÚS viviente.
Y a los enfermos, doblemente cristos,
de manera muy tierna y preferente,

Para ellos, con la ayuda de almas pías,
-hijo del POVERELLO- elevarías
la CASA del ALIVIO al SUFRIMIENTO.

¡La niña de tus ojos en lo humano,
claro milagro  y del amor cristiano
grandioso y permanente monumento!

 

 

 

A P A S I O N A D A M E N T E


TU has venido a traer fuego a la tierra
y otra cosa no quieres sino que arda.
Entonces, en arder, ¿por qué así tarda,
dadas las ansias que tu pecho encierra?

 Mientras el mundo te hace  resistencia
del desamor sumido en el pecado,
total es entre los dos la coincidencia:
TU en abrasar y yo en ser abrasado.

Una chispita manda de tu hoguera
a este mi corazón que no está frío,
pero al que quiero ya volcán ardiente.

 Así yo te amaré mi vida entera,
¡apasionadamente, JESÚS mío,
sí, sí, JESÚS, apasionadamente!


ABISMO DE HUMILDADES...

Abismo de humildades infinitas,
cuando en la oblea cándida te ocultas
y en el copón dorado te sepultas
y en el sagrario solitario habitas-
 
No me sorprende que encubrir quisieras
tu soberana Majestad divina;
sí, que a un poquito de nevada harina
tu condición humana redujeras.

¿Por qué, SEÑOR, tu Majestad se humilla,
obrando la increíble maravilla
de vivir, hecho PAN, junto a mi vera?

 “Pues, porque es mi delicia, no te asombres,
el estar con los hijos de los hombres.
¡Los amo con locura... es mi manera!


¡AHORA TE QUIERO, AMOR!

¡Ahora te quiero, AMOR, ahora te quiero!
No hay en mi corazón ninguna fibra
que no te pertenezca. Todo entero
-lo sabes bien- por TI suspira y vibra.

 Me ha costado romper -TU bien lo sabes-
aquellas finas, dulces ligaduras,
que impedían mi vuelo a las alturas
como la liga impídelo a las aves.

 Libre, por fin, de todo humano lazo,
a TI como a su centro mi alma vuela,
lo mismo que la flecha busca el blanco.

 Hasta el momento en que cumplido el plazo,
se realice lo que tanto anhelo:
¡el dulce encuentro y el abrazo franco!

JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS
(Al artista que esculpió  el paso;)

 Feliz de ti, oh AUTOR, que manifiestas
tanta unción como arte en la escultura
-paso procesional-que es la figura
de JESUCRISTO CON LA CRUZ A CUESTAS.

 Bellísima su cara, relicario
de la pena más honda y más serena;
igual que su mirada. de paz llena,
aunque vea, a lo lejos, el CALVARIO.

¡Feliz de ti, que tal prodigio hiciste,
pues tal como, sin duda, deseaste
sentimientos dulcísimos despierta.

¡Y aún más feliz, pues EL:¿DÓNDE ME VISTE
-te dijo- QUE TAN BIEN ME RETRATASTE?
¡Y así vemos su boca siempre abierta!


AL CONTEMPLAR....

Al contemplar, pendiente del madero,
tu cuerpo ensangrentado, frío, inerte,
inocente y mansísimo CORDERO,
que expías mis pecados con tu muerte;

Una gran confusión cubre mi rostro,
mis ojos se convierten en dos ríos
y de rodillas, ante TI, me postro
para llorar mejor mis extravíos.

Y de nuevo, a pesar de mi quebranto,
siento una dulce paz, fruto bendito
del árbol de mi humilde penitencia.

¡Que no hay llanto más dulce que ese llanto,
que a tus pies vierte un corazón contrito
y le devuelve al alma su inocencia!

 

AL SEÑOR CON ADMIRACIÓN


JESÚS de Nazaret, RABÍ divino,
REY de reyes, SEÑOR de los señores,
y LUZ de luz, y AMOR de los amores
y la VERDAD, la VIDA y el CAMINO...

Aunque todo lo puedes y lo sabes.
me  encantan esos gestos tan humanos;
de  rameras amigo y publicanos,
de los niños, los lirios y las aves.

Sembrador de milagros y perdones
-LÁZARO y MAGDALENA lo han vivido-
pasaste haciendo el bien hasta la muerte.

Conquistador genial de corazones,
yo soy feliz de haberte conocido
¡Y CON PASIÓN –JESÚS- QUIERO  QUERERTE!

   
 AMOR  DESINTERESADO

Al servirte, JESÚS, con todo esmero
poniendo mucho amor en lo que hago,
no busco tus regalos como pago,
que tenerte contento es lo que quiero.

Yo quiero que mi amor sea muy puro,
exento totalmente de egoísmo;
amarte por loo que eres, por TI mismo,
sin atender al galardón futuro.

Lo mismo que las flores y las aves
vierten aromas y gorjeos suaves,
dádiva rica, pero no pagada.

Y como TERESITA, esa alma ardiente,
que te amó-¡TU lo sabes!-locamente,
sin pensar en el Cielo para nada.


AMOR INCREÍBLE


Hay ALGUIEN que me quiso sin medida,
haciendo la mayor de las locuras;
pues soportando insólitas torturas,
en cuerpo y alma, dio por mí la vida.

Yo no era su hermano ni su amigo,
sí grande pecador y delincuente.
Y EL con su muerte víctima inocente,
CORDERO SANTO, me evitó la muerte.

Pensando un día que me quisiera tanto,
roto mi corazón, sumido en llanto,
ante su CRUZ juré solemnemente:

“Tuya ha de ser desde hoy mi vida entera.
Y te he de amar, JESÚS, a tu manera;
¡con toda el alma, corazón y mente!


AMOROSO  ACIERTO


Consciente, dije NO al amor humano,
que es lo más bello que en la vida existe;
mas no estoy solo ni tampoco triste;
al contrario, me siento  muy ufano.

Ni el amoroso  sentimiento ignoro
ni está mi corazón frío o vacío;
su DUEÑO tiene ya el corazón mío,
al que yo, con pasión, quiero y adoro.

Amigo siempre fiel, no me abandona,
me comprende, me orienta, me perdona,
y con su paz me colma  y sus favores.

Por su infinito amor correspondido,
¡decidme si he ganado o si he perdido
con mi entrega al AMOR de los AMORES!


AMOROSO RECUERDO


Tu recuerdo amoroso, JESÚS mío,
de modo permanente me acompaña
y en una luz alegre mi alma baña
como baña a las flores el rocío.

Podrá el cielo tal vez estar sombrío;
mi claridad interna no se empaña;
y si la espina del dolor me daña,
no se altera mi gozo..¡y aun sonrío!

Frente a la adversidad me  hace valiente;
a la virtud me induce dulcemente
y la ilusión primera me renueva.

Por él, JESÚS, TU siempre estás conmigo,
porque en todo momento, dulce AMIGO,
aquí y allí, mi corazón te lleva.


ANONADADO...  

 

Anonadado de momento y mudo

al mirarte en la Cruz, SEÑOR, me quedo;
quisiera hablarte, pero nunca puedo;
que en la garganta se me forma un nudo.

Ese tu CUERPO, destrozado, inerte,
hasta el fondo del alma me entristece;
en las sienes me punza tu corona
y me muero de pena con tu muerte.

Mis pecados recuerdo. compungido,
que te hicieron morir. Pero no olvido
que TU, SEÑOR, la misma BONDAD eres.

Se ablanda el alma como cera al fuego...
¡Y en abundantes lágrimas me anego
por mí y por TI, que por amores mueres!


ANTE   EL  MONUMENTO

Constelación de ardientes corazones
quemándose en las llamas de los cirios,
férvida emulación de tus delirios,
pelícano que anidas en copones.

Mueren de amor, vertiendo exhalaciones
perfumadas, las roas y los lirios
para endulzar la hiel de tus martirios,
en esa soledad de tus prisiones.

Así, de esta mi vida hasta hoy helada,
cirio y flor, a la vez, hacer quisiera
por que fuese una vida enamorada.

¿Por qué fuese en tu vida carcelera,
una rosa a tus planas deshojada,
como un cirio, quemándose a tu vera!


ANTE  TU  CRUZ, HINCADO....

Ante tu CRUZ, hincado de rodillas.
con los ojos clavados en el suelo,
roto mi corazón de desconsuelo
y humedeciendo el llanto mis mejillas,

Vienen a mi memoria los desvíos
con que, rebelde, me atreví a ofenderte;
que fueron causa de tu injusta muerte
y no el odio feroz de los judíos.

Estoy, SEÑOR, del todo arrepentido
e igualmente del todo decidido
a desterrar de mí todo pecado.

Y pues TU mueres por los pecadores,
yo te brindo una ofrenda no de flores:
¡MI CORAZÓN CONTRITO Y HUMILLADO!


ANTES QUE ANULE....

Antes que anule mi conciencia el sueño,
mi corazón en tu Sagrario queda.
TU lo sabes, SEÑOR, para que pueda
latir y amar junto a su dulce DUEÑO.

Y al advenir  la luz del nuevo día,
dando a las cosas su perfil entero,
en mi pecho otra vez lo recupero
para seguirte amando por el día.

Quiero de día y noche, JESÚS mío,
amarte con pasión, con ese brío
con que se aman los finos amadores.

¡Y a ver si así compenso avaramente
el desamor y olvido negligente
de tiempo atrás, AMOR de los AMORES!

 
AÑO 2.005. DEDICADO A LA
EUCARISTÍA Y A LA INMACULADA

Ese tu CUERPO, oh CRISTO, PAN de VIDA,
en dorados copones conservado,
en su seno, con sangre, fue amasado
por tu MADRE, sin mancha concebida.

Esa CARNE bendita, fue a sus pechos
con indecible amor amamantada.
¡La EUCARISTÍA con la INMACULADA
unida está por lazos muy estrechos

Tu CARNE, oh CRISTO es CARNE de MARIA,
con que me nutres en la EUCARISTÍA,
prenda feliz de la futura gloria.

Yo te recibo con amor rendido.
Y ves que siempre, muy agradecido,
de u MADRE, sin mancha, hago memoria.


APASIONADAMENTE....(II)

Apasionadamente, con delirio,
amabas a JESÚS SACRAMENTADO
y horas y horas le hacías compañía
para  endulzar la hiel de su martirio.

Cuando te hallabas en apuros graves,
golpeabas a la puerta  del SAGRARIO
y tu AMADO DIVINO, casi a diario,
te sacaba de ellos, bien lo sabes.

Cita, -la COMUNIÓN, -siempre anhelada
de indecibles deleites era fuente
para tu alma de rosa y azucena.

¡No pasabas sin ella! Y si privada
te hubieras visto un día solamente,
¡seguro que te mueres de la pena!


AVERGONZADO

 De veras que me siento avergonzado
y a mi rostro se asoman los colores,
cuando pienso,   JESÚS, en los favores
que TU, con profusión me has regalado.

De que no los merezco soy consciente,
oveja, en tu rebaño la postrera;
pero también conozco la manera
con que TU amas: gratuitamente.

Siento rubor, pero a la vez yo siento
enorme gratitud y gran contento,
por ser querido como TU me quieres.

En pago ya, corresponderte quiero
con el amor más tierno y verdadero,
porque el mejor de los amantes eres.


BE TANIA


Era BETANIA, humilde y blanca aldea,
un oasis de paz y de ventura
para el dulce RABI de Galilea,
en medio de su luchas, diaria y dura.

Allí había un hogar que ofrecía
la ansiada paz, con el amor más puro.
¡En el hogar de MARTA y de MARIA
se sentía a sus anchas y seguro!

Apenas traspasados los umbrales,
como una pompa de jabón al viento
se esfumaba su gesto preocupado.

¡Y allí pasaba días ideales,
con muchísima paz e igual contento,
plenamente querido y adorado!


B E T A N I A II


 Hay un lugar que el EVANGELIO cita,
cálido hogar, a la amistad abierto;
oasis  apacible en el desierto,
en día  de calor sombra bendita.

Viandas selectas, siempre el pan más tierno,
con el vino mejor de la bodega
son para EL, cuando a BETANIA llega;
el fuego se acrecienta si es invierno.

Si MARTA le ama, adórale MARIA;
su amor es tan ardiente, fiel y puro
que JESÚS otro igual no ha conocido.

Con esa deliciosa compañía,
a sus anchas se siente y tan seguro
que  penas y temores da al olvido.


BESARÍA TUS PIES...

Besaría tus pies, si te encontrara
que se cansaron, oh JESÚS, antaño
cuando, perdida, me buscabas para
devolverme, amoroso, a tu rebaño.

Cubriría de besos tus pies bellos,
que el polvo mancilló de los caminos
y perlaron de sangre los espinos,
cuando, atrapada, me sacaste dellos.

Con mucha  fuerza los abrazaría
como en el huerto aquel hizo MARIA,
BUEN PASTOR, al rebaño siempre atento:

Que vas tras la ovejuela descarriada,
la vida diste por tu grey amada
y hoy tu CARNE le das en alimento.

   
 TUYOS  SERÁN SEÑOR...

Tuyos serán, SEÑOR, los ojos míos

cuando en Ministro tuyo me convierta,
ante cualquier necesidad alerta,
para toda miseria siempre píos.

Las quejas de la viuda y huerfanito
oiremos los dos con igual celo;
y nuestras manos brindarán consuelo
al perdonar al pecador contrito.

Mis pies-tuyos-irán por las quebradas
en pos de las ovejas descarriadas,
a las que TU, con dulces silbos, llamas.

-¿Y el corazón?- ¡El mío hazlo tan puro,
que sin zozobra alguna, en TI seguro,
ame siempre, SEÑOR, como TU amas!


¿UN  SONETO IDEAL?

 Con los catorce versos de un soneto
componer un poema  yo querría
y que fuera el más bello y más completo,
a JESÚS, el amor del alma mía.

Mi SALVADOR, que todo me perdona.
Mi MAESTRO, VERDAD, CAMINO y VIDA.
Mi AMIGO fiel, que nunca me abandona
y que  me da su CARNE  por comida.

Con EL estoy  íntimamente unido.
Sin EL, la vida no tiene sentido
y confiado en EL la eterna espero.

“SOLO JESÚS” es mi constante lema.
De este modo concluyo mi poema,
porque el verso catorce es el postrero.



 ÚLTIMA    ENTREVISTA...

Brilla el blanco mantel sobre la mesa
del fresco locutorio reducido,
donde Pedro de Alcántara es servido,
gran amigo de su alma, por Teresa.

Ha preparado, muy agradecida,
platos sabrosos, hábil cocinera,
para el Siervo de DIOS, de vida austera,
tanto, que duro pan es su comida.

Mientras come Fray Pedro, hablan del Cielo,
de DIOS, de la reforma del Carmelo,
del poco apoyo, de enemiga  tanta...

unas monjas fisgonas, apostadas
tras las rejas, contemplan, asombradas,
¡que es JESÚS quien le sirve y no la SANTA!


TRES  VECES, TRES 

 Tres veces, tres te he visto derrumbado
de la pesada CRUZ bajo el madero,
que inocente CORDERO, vas cargado
con las culpas sin fin del mundo entero.

¡Oh doliente JESÚS! Ve mi deseo
y entrégame tu CRUZ...¿Qué te detiene?
Despide, por favor, al de Cirene,
porque no te conoce y yo en TI creo,

¡Si fuera realidad! La llevaría
con gran amor al GÓLGOTA y querría
en esa cumbre, odiosa entre las cimas,

morir para expiar mis desvaríos.
¡Y mostrarte la fe y el amor míos,
a tu vera, en mi cruz, y como DIMAS!

   
TRAHE  ME... POST TE CURREMUS...

Atráeme, atráeme, Amor mío,
y al olor correré de tus ungüentos
en pos de TI...Es en estos momentos
lo que con todo el corazón ansío.

Si me atrajeras como imán potente
nadie tu acción contrarrestar podría
y de tu huella en pos yo correría
al modo e gacela, velozmente.

No quiero me distraigan ni las flores
ni los arpegios de los ruiseñores
ni el vuelo, un haz de luz, de las palomas.

Quiero sentir tu fuerza seductora
y correr y correr ya desde ahora
en pos de TI, al olor de tus aromas.


TRANSVERBERACIÓN  de....

La que a tierra de moros ir quería
para ganar el Cielo con presteza,
llenó de fantasías su cabeza
con las novelas de caballería.

Y la amiga de galas mundanales,
que acrecían su espléndida hermosura,
hoy vive del Carmelo en la clausura,
persiguiendo sublimes ideales.

Enamorada en todo de su AMADO,
sentirá el corazón transverberado,
entre alma y DIOS suavísimo requiebro,

Y fuente de gozoso sufrimiento.
¡Yo, con este soneto lo celebro,
Bernini, con un bello monumento!


RES  DICHOSOS


Dichosa tú, mujer samaritana,
cansada del amor, mas de él cautiva,
que en TI, halló, JESÚS, una mañana
para apagar su sed · el agua viva-

También, por el derroche MAGDALENA,
el frasco caro para TI quebrado;
y JUAN, tu predilecto, que en la CENA
reclinó su cabeza en tu costado.

Aquellas escucharon tus perdones
y tu amor encendió sus corazones
en un amor tan puro como ardiente.

  A tu APÓSTOL, que oyera tus latidos,
revelaste Misterios escondidos,
por amante, por fiel , por inocente.


¡TODO    PARA TI!

 ¡Oh BUEN JESÚS, mis ojos para verte
y admirar despacito tu belleza,
también para llorar y con tristeza,
pues tuve la osadía de ofenderte.

 Para escuchar tu voz suave mi oído
y para hablar contigo estos mis labios
y bendecirte y repararte agravios
y tus loas cantar, enardecido.

 Para pensar en TI tengo mi mente
y para ser tu servidor prudente
a TI mi voluntad tengo rendida.

 ¡Y está mi corazón para  quererte
con un amor apasionado y fuerte
instante a instante, así, toda mi vida!

 

TENGO PRISAS, SEÑOR


¡Tengo  prisas, SEÑOR! Me era sabido
que el tiempo vuela y que jamás se para;
pero jamás  como ahora me he sentido
impresionado por verdad tan clara.

¡Tengo prisas, SEÑOR! ¡Cómo lamento
el tiempo que perdí, yendo tras cosas
vanas del todo, en apariencia hermosas,
que se esfumaron como el humo al viento!

 Oro es el tiempo para TI vivido.
Y nada vale como el alma ceda
a una frívola vida, sin sentido.

¡Dame tino, SEÑOR, para que pueda
recuperar el tiempo que he perdido
y aprovechar el tiempo que me queda!


¿TE  VAS,  SEÑOR?


Te vas, SEÑOR, definitivamente
del mundo que tan mal trato te diera;
todo será desde ahora diferente,
aunque no faltará la primavera.

¿Quién calmará en el lago las tormentas?
¿Quién saciará con pan a los hambrientos
y apagará la sed de los sedientos
con agua viva, pues que TU te ausentas?

Nunca más,¡ay veremos tu hermosura

ni oiremos, ¡ay! tu voz consoladora.
Sucede a la riqueza la indigencia.

Sólo nos queda en esta desventura,
mirar al Cielo, tu mansión ahora
y llorar como huérfanos tu ausencia.


¡TE  AMO¡

Si me preguntas como a PEDRO, un día,
junto al lago, JESÚS, si yo te amo,
rápidamente, la respuesta  mía
un SÍ será como Miguel me llamo.

 TU, que conoces bien mi vida entera,
sabes que desde niño te he querido;
si no siempre te amé de igual manera.
mi amor, en general, ardiente ha sido.

 De todo afecto terrenal vacío
el corazón es tuyo, por entero,
AMADO  de mi alma, DUEÑO mío.

Y feliz, muy feliz, me considero,
porque sin lamentar ningún desvío,
puedo decirte, con verdad: ¡TE QUIERO!


TARDE APACIBLE

 Fue una tarde clara de la primavera,
una clara tarde del abril florido:
bajaba despacio del azul esfera
el sol en las glorias del campo embebido.

Traía la brisa perfumes muy suaves,
perfumes de rosas de huertos cercanos,
rumores de río, gorjeos de aves
y lentos tañidos de bronces lejanos.

 La tarde abrileña, de plácida calma,
tan bella y alegre, regaló a mi alma
un goce muy dulce, emoción muy pura.

 Y súbitamente recordé a mi AMADO:
¡sin duda ninguna por aquí ha pasado
y todo vestido dejó de hermosura!


T U S  J U E G O S


Acostumbrado estoy a esos tus juegos
de alejarte de mí, sin previo aviso
y de volver, mi AMADO, de improviso,
sumida el alma en lágrimas y ruegos.

¡Qué paz tan deleitosa me procura
y qué goces tan puros tu presencia!
Pero, ¡ay! todo se esfuma con tu ausencia,
sumiendo mi alma en triste “noche oscura.”

Así, entre sequedades y fervores,
es mi amorosa relación contigo,
desde la primavera de mi vida-

Sabio dador de espinas y de flores,
eres muy libre de jugar conmigo,
que tengo a TI mi voluntad rendida.


¡ T O D A V Í A! ( I)


¡Vivo, JESÚS! Y me complazco ahora
contemplando este cielo azul, bruñido
y este campo del todo verdecido,
que un sol hermoso con sus rayos dora.

 ¡Vivo, JESÚS! Y hallo deleite suave
aspirando el aroma de las flores
y  escuchando,  si no a los ruiseñores,
sí el alegre gorjeo de algún ave.

 Una intensa alegría me procura
al pensar que estos campos, de hermosura
los vestiste, al pasar con pie ligero.

  Y mucho más se  aviva mi alegría,
porque puedo decirte todavía:
¡QUE TE QUIERO, AMOR MÍO, QUE TE QUIERO!

SÚPLICA ESPECIAL


De tu bondad y comprensión fiado,
 un deseo, SEÑOR, quiero exponerte:
¡que demores un poquitín mi muerte,
y te olvides del día señalado!

Ansío darte esa  aquella  prueba hermosa
de amor, que no te he dado todavía.
Y a esa alma que TU sabes, hija mía,
la quiero ver feliz, siendo tu Esposa.

Deseo terminar ese poema
-broche de oro- con tu amor por lema,
que mi quehacer poético concluya.

¡Así podría acrecentar mi paga
un poquitito más....MAS NO SE HAGA
MI VOLUNTAD -SEÑOR- SINO LA TUYA!

SUAVE DELEITE...

Suave deleite siento, JESÚS mío,
al decirte a menudo, que te amo;
que TU también lo sentirás, confío,
oyendo complacido mi reclamo.

La flor manda, efusiva, su fragancia
y el ruiseñor, feliz, trinos desgrana;
también se hace locuaz la lengua humana,
si el corazón rebosa de abundancia.

El mío, hace  tiempo enamorado,
vibra solo por TI, mi dulce AMADO;
es tuyo, bien lo  sabes, por entero.

Mas no busco mi propia complacencia
y sí, la tuya, cuando con  frecuencia
te digo dulcemente...¡QUE TE QUIERO¡



SOY  DE JESÚS

Soy de JESÚS, mi soberano DUEÑO.
EL es objeto de mi amor  ardiente.
Lo conocí cuando era adolescente
y con amarle hasta la muerte sueño.

Puse en mi dedo con su nombre un sello
para que nadie amarme pretendiera,
como la cierva que del Céras era
y lo decía un cartelito al cuello.

Va pasando la vida y no lamento
mi juvenil entrega ilusionada,
aunque espinas hollara más que flores.

Hoy, a su tarde, la esperanza aliento,
cuando sea en amor examinado,
que apruebe JESÚS, AMOR de AMORES...


SOÑANDO CON EL TABOR

Quiero al TABOR subir, de acompañante,
como tus tres amigos preferidos
y ver resplandecientes tus vestidos
y tu rostro bellísimo radiante.

Gozar, aunque de forma pasajera
la dicha por tu apóstol proclamada;
y oir la voz del PADRE, autorizada,
que escuchar a ti, HIJO, nos impera.

Ya con mi fe más firme y más segura
bajaré a trabajar en la llanura.
clavado ese Misterio en mi memoria.

Sin olvidar en el quehacer diario,
que es verdad que al TABOR siguió el CALVARIO,
pero a la CRUZ tu gloria y tu victoria.


TARDE   APACIBLE


 Fue una tarde clara de la primavera,
una clara tarde del abril florido:
bajaba despacio del azul esfera
el sol en las glorias del campo embebido.

Traía la brisa perfumes muy suaves,
perfumes de rosas de huertos cercanos,
rumores de río, gorjeos de aves
y lentos tañidos de bronces lejanos.

 La tarde abrileña, de plácida calma,
tan bella y alegre, regaló a mi alma
un goce muy dulce, emoción muy pura.

 Y súbitamente recordé a mi AMADO:
¡sin duda ninguna por aquí ha pasado
y todo vestido dejó de hermosura!


 SUPLICA ESPECIAL

De tu bondad y comprensión fiado,
 un deseo, SEÑOR, quiero exponerte:
¡que demores un poquitín mi muerte,
y te olvides del día señaladao1

Ansío darte esa  aquella  prueba hermosa
de amor, que no te he dado todavía.
Y a esa alma que TU sabes, hija mía,
la quiero ver feliz, siendo tu Esposa.

  Deseo terminar ese poema
-broche de oro- con tu amor por lema,
que mi quehacer poético concluya.

`¡Así podría acrecentar mi paga
un poquitito más....MAS NO SE HAGA
MI VOLUNTAD-SEÑOR-SINO LA TUYA!


SUAVE     DELEITE.....

Suave deleite siento, JESÚS mío,
al decirte a menudo, que te amo;
que TU también lo sentirás, confío,
oyendo complacido mi reclamo.

La flor manda, efusiva, su fragancia
y el ruiseñor, feliz, trinos desgrana;
también se hace locuaz la lengua humana,
si el corazón rebosa de abundancia.

El mío, hace  tiempo rnamorado,
vibra solo por TI, mi dulce AMADO;
es tuyo, bien lo  sabes, por entero.

Mas no busco mi propia complacencia
y sí, la tuya. Cuando con  frecuencia
te digo dulcemente...¡QUE TE QUIERO¡


¡SOY  DE JESÚS!

Soy de JESÚS, mi soberano DUEÑO.
EL es objeto de mi amor  ardiente.
Lo conocí cuando era adolescente
y con amarle hasta la muerte sueño.

Puse en mi dedo con su nombre un sello
para que nadie amarme pretendiera,
como la cierva que del Céras era
y lo decía un cartelito al cuello.

Va pasando la vida y no lamento
mi juvenil entrega ilusionada,
aunque espinas hollara más que flores.

Hoy, a su tarde, la esperanza aliento,
cuando sea en amor examinado,
que apruebe JESÚS, AMOR de AMORES...


SIENTO MIEDO, SEÑOR...

 Siento miedo, SEÑOR, cuando medito
en el poder inmenso que poseo
dado por TI de modo gratuito
y no para cumplir ningún deseo.
 
 Cierro con él las puertas del infierno,
siempre que al alma pecadora absuelvo
y la gracia perdida le devuelvo
y a la abundancia del hogar paterno.

 Obra asombrosa, sin igual portento,
como poner un mundo en movimiento,
sacado de la nada por tu mano.

 Tan grande que los ÁNGELES del cielo,
si ardieran de las almas por el celo,
y perdonar quisieran, fuera en vano.


SIENDO  EL  HOMBRE...

Siendo el hombre más libre que ha existido,
estás en el sagrario prisionero,
puesto que libremente lo has querido,
siendo el amor tu propio carcelero.

Olvidas por los hombres tu albedrío
a fin de estar con ellos, noche y día,
brindándoles tu amor, oh JESÚS mío,
y tu dulce y constante compañía.

Siempre hallarán en TI tierna acogida
y serás el amigo y confidente
de cuanto el corazón humano encierra.

TU eres así el SOL de nuestra vida,
DIOS del amor....¡Por eso, ciertamente
no es tan valle de lágrimas la tierra!


SIEMPRE CONMIGO, ¡SIEMPRE CONTIGO!

Te buscaré, SEÑOR, en la alborada
cuando la luz primera me acaricie;
y sin prestar oído a la molicie,
empezaré en tu nombre la jornada.

Haré un alto pequeño al mediodía

para avivar de nuevo tu memoria,
rezando el ÁNGELUS para honra y gloria
de la VIRGEN, tu MADRE y también mía.

Vendrá la noche; TU estarás conmigo
y te hablaré como al mejor amigo,
sin prisa alguna, sin ponerme plazo.

Y al llamar a mis párpados el sueño,
sintiéndome como un niño pequeño,
me dormiré, feliz, en tu regazo.


¡SIEMPRE   AMIGOS!

¿Qué has visto en mí, JESÚS, para que quieras
con todo afán, tenerme por amigo,
pues a mi puerta, de mi amor mendigo,
llamando insistes y a que te abra esperas

 Halagado me siento, JESÚS mío,
y corrido también, porque presente
se me hace mi pasado delincuente
y de mí todavía desconfío.

Pero me rindo al fin; voy a quererte
con un amor de amigo, fiel y fuerte,
poniendo a PEDRO y JUAN como testigos.

Mi vida olvida, por favor, de otrora.
¡Y en dulce intimidad vivamos ahora,
juntos los dos y para siempre  amigos!


SERENIDAD ANTE LA MUERTE


Mi saludo sereno desde ahora
-por insolente, MUERTE no me tengas-
para el día, en que fiel ejecutora,
el hilo de mi vida a cortar vengas.
    
Por mi gran fe, no puedo yo tenerte
como tirana o enemiga mía;
al contrario, te llamo: HERMANA MUERTE
al modo del poeta de la UMBRÍA.

Cuando vengas, serás bien recibida,
aceptando de grado la condena
que por mis culpas tengo merecida.

Y aun te daré las gracias, porque buena,
tu me abrirás las puertas de la VIDA,
de amor, de luz y de ventura llena.


SEGURIDAD EN EL AMOR

Yo sé que TU me quieres, JESÚS mío,
lo se con la certeza y alegría
con que mis ojos ven la luz del día
y se baña la flor en el   rocío.

 Podrás manifestarme tu desvío,
siendo insensible a  la  llamada mía;
podrá mi alma sin TI quedarse fría,
mas no mi corazón quedarse frío.

Fuertes como la muerte son los lazos
que forja amor. Y en  buenos amadores
no es vencido el amor por la demora.

Y por eso, yo espero tus abrazos.
¡Que el rocío jamás  falta a  las flores
y no hay noche tan  larga sin aurora!


SEGUIMIENTO DE JESÚS


 “Cargado con la cruz de cada día”
 como dice el MAESTRO, yo le sigo.
 Creo en EL firmemente. EL es mi amigo,
 mejor, es el amor del alma mía.

No me herirá la espina si la beso;
mas, si la piso, sí. Por eso creo
que el amor, convertido en Cirineo,
hace más leve de la cruz el peso.

El mundo por la Cruz fue redimido.
Y por eso, JESÚS enaltecido
con gloria tal que otra ninguna iguala.

A los que siguen al SEÑOR, doliente,
su cruz llevando con amor paciente,
con la gloria del Cielo les regala.


SANTA  ENVIDIA


Fue para JUAN, sin duda, gran ventura
en la mañana azul de primavera,
ver a JESÚS, radiante de hermosura,
sobre la cumbre del TABOR, señera.

Y más aún, la de la noche aquella,
al hundir la cabeza en su costado,
señal de una amistad, íntima y bella,
con la que por AQUEL fue regalado.

Dicha sin par y suerte cual ninguna,
siempre envidio yo a JUAN sinceramente,
pero con una envidia santa y buena.

No por la del TABOR. ¡Por la fortuna
de oír latir su Corazón ardiente
de su JESÚS, la noche de la CENA!

S E Q U E D A D E S  (I I I )

Desde que te alejaste de mi lado
y estás, SEÑOR, ausente todavía,
más se a pareciendo el alma mía
a un terreno reseco y agostado.

  Y al pájaro que, solo, en el tejado,
ha tiempo, lastimero, pía y pía,
suspirando por una compañía:
¡la tuya siempre deliciosa, AMADO!

Ven pronto, ven. Pon término a tu ausencia,
vencido por mi amor y mi paciencia
y mis ruegos, suspiros y mis llantos.

Y será mi erial un jardín nuevo,
teniendo las endechas por relevo
la alegría vibrante de mis cantos.


S E Q U E  D A D E S  (I I)

Gemiré como tórtola doliente,
sola a la sombra de la verde rama,
que bebe el agua turbia, según fama,
y no la limpia, de la clara fuente.

Te llamaré, fatigaré tu oído,
dando mis quejas y tu nombre al viento;
así verás cuánto tu ausencia siento
y que yo jamás sé lo que es olvido.

Comiendo el pan de la aridez amarga,
como aguarda la aurora el centinela
y la flor el rocío, yo te espero.

¡No hagas tu ausencia demasiado larga;
y vuelve pronto, que aún estoy en vela,
porque, sin TI,”adolezco, peno y  muero.”

 

S A C R I F I C A D O ...

Sacrificado, de la CRUZ pendiente,
el CORDERO PASCUAL, el verdadero,
con su sangre purísima, inocente,
los pecados lavó del mundo entero.

Tal sacrificio se repite ahora
en todo el mundo, en todos los altares.
No se vierte su sangre redentora,
mas son en eficacia similares.

Ruegos, gracias rendidas, alabanza
que a vivos, muertos y hasta el CIELO alcanza
con profusión la SANTA MISA vierte.

Al verse, así, la IGLESIA enriquecida,
se da a DIOS-como CRISTO. agradecida
por completo, sin miedo ni a la muerte.


RESURRECCIÓN


Con su risa cruel y su guadaña
el mundo entero sometió a sus leyes:
ricos y pobres, sabios, papas, reyes,
¡Nadie se escapa a su implacable saña!

¡Ni  a CRISTO perdonó! Osada y loca,
truncó su joven vida en el Calvario
y rió, cuando envuelto en un sudario,
lo sepultaron en la fría roca.

 

Triunfo fugaz. Desconocía ella

que otra vida, plenísima y más bella
latiría en el Cuerpo aquel inerte.

¡Y que EL, resucitado al tercer día,
nuestra vida mortal repararía
tras vencer a la muerte con su MUERTE!


RENDIDA     VOLUNTAD

           
Te confieso sincera, humildemente
que un tanto a tus consuelos apegada,
la sequedad, JESÚS, me desagrada,
aun sabiendo que me es muy conveniente.

¡Eso de no sentirte sino ausente!
¡Eso de hacerte sordo a mi llamada!
¡Y que no goce en tu servicio nada,
porque todo me deja indiferente!

Pero sé que tu ausencia es bienhechora
para bruñir mi amor y me limite
a buscar solo a DIOS como TU hicieras.

Así, humilde, te digo:”Desde ahora
puedes jugar conmigo al escondite,
cuando quieras, AMADO, cuando quieras. 

 

RECUERDO    FELIZ


El recuerdo feliz de aquellos días
claros, de mi lejana primavera
-apenas penas, muchas alegrías-
fresco está en mí igual que si de ayer fuera.

Al mundo de las almas variopinto
curioso me asomé e ilusionado.
Y lo hallé fascinante, algo distinto
a como yo lo había imaginado.

Se hicieron mis entrañas paternales,
derramando ternuras a raudales
en consejos, consuelos y perdones...

Años hermosos y de gran provecho,
al evocarlos, brotan en mi pecho
las más dulces y puras emociones.


  (QUISISTE ANONADARTE...)

 

Quisiste anonadarte hasta el extremo

de no mostrar ni tu apariencia humana
en la HOSTIA diminuta, soberana
demostración de amor, de amor supremo.

Aunque el amor humano hace locuras,
pues razonar y calcular no sabe,
¿mayor locura que la tuya cabe
cuando te ocultas en las HOSTIAS puras?

Pasmo me causa humillación tan grande
y rubor, por mi orgullo desmedido
en su avidez de glorias y de incienso.

No te sorprendas, pues, que te demande
humildad, humildad y amor subido,
profundo como el mar, como él inmenso...


QUÉ ES DE TI, ALMA...

 

¿Qué es de ti, ALMA, sin tu AMADO ahora
cuando la noche ha sucedido al día
-El pajarillo soy que pía y pía
y solitario en el alero mora.

¿Cómo lo llevas?- Resignadamente,
practicando en silencio la paciencia;
sufriendo a diario, con igual frecuencia
con que, evoco nostálgico al AUSENTE.

¿Desalentada Trato de ser fuerte,
igual que lo es mi amor, como la muerte,
sabiendo que el crisol lo hace más puro.

Y sé también que, al fin, mi dulce AMADO,
por mi paciencia y lealtad ganado.
ha de volver a mi...¡Te lo aseguro!


QUE  A  TI  ME  LLEGO....

Que a TI me llego; y sin hablarte apenas
apoyo mi cabeza en tu costado,
es algo que a menudo lo he soñado
y me produce sensaciones buenas.

Escucho los latidos amorosos
de ese tu Corazón, humilde y manso;
el que ofrece consuelos y descanso
a los que están cansados o llorosos,

Me acuerdo de tu apóstol  preferido,
por quien fuiste muy bien correspondido,
TU, de su virgen corazón el Dueño.

Y le envidio con una envidia buena,
porque en la noche aquella de la CENA,
él vivió la realidad con que yo sueño.


PROVIDENCIA  DIVINA


 Si DIOS -lo dijo- “de los lirios cuida
y también de los pájaros del cielo”,
¿no lo hará con el hombre, con más celo,
pues es su criatura preferida?

Yo creo en su amorosa PROVIDENCIA
y de un modo total de ella me fío.
Yo sé que cuanto pasa en mi existencia,
disponiendo lo va para bien mío.

Dolores, goces, éxitos, fracasos,
salud, enfermedad, bienes escasos,
cuando me alaban, cuando se me humilla...

¡Y cierto estoy que se ha compadecido,
cuando en esta mañana me he caído
y se ha dañado un poco mi rodilla!


PRIVILEGIADOS


Feliz   AQUEL que hundiera  en tu regazo
su cabeza en aquella CENA triste;
y aquel humilde Siervo, al que TU diste
desde la CRUZ, cordial y estrecho abrazo.

Dichosa la mujer que te oyó un día,
“SOY JESUS DE TERESA” decir, sonriente.
Y aquella que besaste TU en la frente,
cuya huella conserva todavía.

Corazones los cuatro apasionados
por TI, JESÚS; y en premio regalados
con la amistad más íntima y más fina.

Yo evoco con envidia esos tus gestos
y a los protagonistas que son estos:
¡JUAN, FRANCISCO, TERESA y CATALINA!


PRESENCIA    DIVINA


Veo el cielo de estrellas tachonado,
en las noches serenas del estío
y el mar inmenso, en calma o enojado.
 y recuerdo, SEÑOR, tu poderío.

Cuando a bellos paisajes hago caso,
de flores, aves y árboles henchidos
descubro allí las huellas de tu paso
que  de hermosuras los dejó vestidos.

A tu imagen creado, muy cercano
te veo yo en el hombre, que es mi hermano,
como PADRE de todos, providente.

Y si vuelvo los ojos hacia dentro
con indecible gozo ahí te encuentro:
1conmigo estás, mi corazón te siente!


PRESENCIA  DIVINA (II)

No me es difícil descubrir tus huellas
en las cosas- SEÑOR- que TU creaste;
todas me hablan de TI, pues que dejaste
algo de tu hermosura en todas ellas.

La imagen tuya veo en el hermano
en su cuerpo o en su alma malherido,
si por tu ejemplo y por tu amor movido,
hago con él de BUEN SAMARITANO.

Y si cierro mis ojos, de momento,
y atiendo a mi interior, allí te siento
de manera sutil, distinta y nueva.

Y oigo que TU me hablas a la mente,
sin rudo de palabras, quedamente...
¡Sí, estás ahí...mi corazón te lleva!


PREFERENCIAS DIVINAS


Los pobres, los humildes, los pequeños
despreciados del mundo o preteridos
fueron por TI, SEÑOR,-los preferidos
y siguen siendo de tu amor los dueños-

No fue  reina tu  MADRE ni princesa
y un pesebre de bestias fue tu cuna:;
unos hombres sin letras ni fortuna
los socios fueron de tu gran empresa.

Breves horas gozaste con el brillo
de la gloria, sentado en un asnillo
y no en carroza, en tu triunfal entrada.

Yo, como ser tu preferido quiero,
la grandeza, la gloria y el dinero
no serán para mí desde ahora, nada.


POR QUERERTE...

Por quererte, tan solo por quererte
mucho más que a mí mismo y a las cosas,
al hechizo del oro y de las rosas
yo renuncié del todo, al conocerte.

Por quererte, tan solo por quererte,
yo te entregué lo que era lo más mío:
mi voluntad -AMOR- con su albedrío,
lo que en esclavo tuyo me convierte.

Por quererte, tan solo por quererte,
lloro mientras el mundo se divierte
y a la gloria y placer  la CRUZ prefiero.

Solo y sin nada me hallará la muerte
igual que a TI, pendiente del madero...
¡POR QUERERTE, TAN SOLO POR QUERERTE!


POR  TI, JESÚS...

Por TI, JESÚS, AMOR de los Amores
que dulce imán para las almas eres,
al mundo dije adiós y a sus placeres,
mundo cuajado de preciosas flores.

El entusiasmo férvido de antaño
que ingenua juventud tanto propicia,
intacto y fresco se conserva hogaño.
cuando mi vida su declive inicia.

Gracias, SEÑOR, por no haber conocido
otro amor sino el tuyo y haber sido
fiel a este amor de Esposo y Dueño mío.

“No han podido las aguas caudalosas
anegarlo jamás..” ¡Frescas las rosas,
sonrío a TI y al porvenir sonrío!

PONME   ALMAS

Ponme almas, JESÚS, en mi camino,
como lo hiciste cuando joven era;
que conecte con ellas de manera
que sepa hablarles con fervor y tino.

Llena de encantos, de bondad portento,
mostrar ante sus ojos tu figura,
como el único que tiene el agua pura
de la dicha total para el sediento.

Prender en ellas de tu amor el fuego
y que en hoguera se convierta luego,
cada día más grande y más ardiente.

Como las hijas que en lejano día
yo te llevé y hoy te aman todavía
¡oh BUEN JESÚS, apasionadamente!


PIENSO    EN   JESÚS


PIENSO EN JESÚS. mi celestial amigo,
que, aquí, en la tierra, en los sagrarios mora;
con EL, puedo tener a cualquier hora
mis confidencias, sin ningún testigo.

PIENSO EN JESÚS. Y su recuerdo instante
el fuego de mi amor hace más vivo.
¡Es tan dulce del suyo estar cautivo,
siendo su fiel y su rendido amante!

PIENSO EN JESÚS. Y mi pesar se esfuma
si es que lo tengo, como al sol  la bruma
y me da luz y fuerza y alegría.

Y antes que venga, por la noche, el sueño,
con más intensidad que por el día
PIENSO EN JESÚS, mi  AMIGO y dulce DUEÑO.


PENDIENTE DEL MADERO...

Pendiente del madero, la cabeza
dulcemente inclinada sobre el hombro,
y en su rostro visible la tristeza,
mírale-alma-con pesar y asombro.

Mira su cuerpo destrozado, inerte;
mira bien las espinas y los clavos.
Tus culpas son la causa de su muerte
y es DIOS quien muere en vez de los esclavos.

Por su sangre `preciosa, redimida,
profusamente por tu amor vertida,
llena de pena, por tus culpas llora.

Su muerte te procura nueva vida,
¡pues emplea la tuya, agradecida,
amándole sin límites desde ahora.


PETICIÓN   AL  SEÑOR

¿ Como, mi buen JESÚS, que en la cruz mueres
con muerte ignominiosa, entre ladrones,
conquistas día a día corazones
de innumerables hombres y mujeres?

Para ellos el amor supremo eres,
en tu servicio están sus ilusiones,
sordos a la sutiles seducciones
del amor, de la gloria y los placeres.
  
Por TI-divino imán- siempre atraído,
soy feliz, muy feliz...Y ahora te pido
un gran favor, AMOR de los amores:

“Haz de mi corazón volcán ardiente,
para que así, en el numero me cuente
de tus grandes y finos amadores”


PASCUA DE RESURRECCIÓN


“Todo se ha consumado” Ya estás muerto,
colgado de la CRUZ,  oh CRISTO mío¡
Ya  está a tu CUERPO, destrozado y yerto,
esperando un sepulcro, oscuro y frío.

 Y apagada tu voz. Voz tan potente
que al mar airado devolvió la calma;
dulce para los niños y elocuente
para el oído de cualquier buen alma.

 Mas no es fracaso, REDENTOR del mundo,
grano de trigo que eres, que en fecundo,
enterrado en la tierra se convierte.

 Ni habrá a la tuya gloria semejante,
cuando vivo otra vez, te alces radiante
¡VENCEDOR DE LA MUERTE CON TU MUERTE!


OTRO   PUBLICANO


 Lejos de tu ara, en lágrimas deshecho.
a levantar los ojos no me atrevo;
arrodillado, me golpeo el pecho
y hasta las gotas de mi llanto bebo.

 Te confieso, SEÑOR, humildemente:
soy un gran pecador, de muerte reo;
pero también con viva fe yo creo
que eres TU compasivo y muy clemente...

 Ahora mismo me siento perdonado,
pues me veo de dulce paz colmado,
señal de tu perdón, segura y clara.

 Lloro sí, mas de gozo y alegría.
Y agradecido, pura el alma mía,
alzo, SEÑOR, los ojos a tu ara.


OTRO    DIALOGO

-Pronto vendrá JESÚS.- ¡Cómo deseo
tenerle nuevamente en nuestra casa!
-Vibra mi corazón cuando lo veo.
-El mío se convierte en una brasa-

-¡Es tan bueno JESÚS! –Jamás he visto
un hombre tan perfecto y tan profundo.
-Yo creo de verdad que es EL es el CRISTO.
-¡Es el HIJO de DIOS venido al mundo1

-Somos dichosas. Ahora con esmero
preparémosle todo.-Sí, yo quiero
hacerle inolvidable esta estadía...”

Lo lograrán! Que en este tibio nido,
el amado JESÚS dará al olvido
cuanto a su corazón sufrir hacía-


OTRA  BETANIA


Quiero hacer de mi alma una morada
como aquella de MARTA y de MARÍA,
que en oasis de paz se convertía
en tu vida-JESÚS-ajetreada-
 
Tienes que estar cansado y afligido,
al ver que tus afanes son baldíos;
el  mundo de hoy,- entonces los judíos-
te rechaza y persigue, descreído.

Pues yo te brindo un apacible asilo;
ven a mi alma a descansar tranquilo
y olvida de este mundo la vesania.

Te sentirás amado y comprendido
como lo  fueras en el tibio nido
de MARTA y de MARÍA, allí, en BETANIA.

OSCURA LA CAPILLA

 

Oscura la capilla silenciosa

en las últimas horas de la tarde;
con débil luz, a veces temblorosa
la lamparilla del Sagrario arde.

El silencio y la paz que en ella anidan,
la suave oscuridad amparadora
a recogerse en oración convidan
junto al que, oculto, en el sagrario mora.

Me arrodillé. sé que JESÚS me espera.
¿O es que no ha dicho con pasión sincera
que con 1os hombres, por estar, suspira?

En el Sagrario clavé mi mirada;
y sin decirle ni decirme nada,
¡yo LE MIRO, LE MIRO. . .y EL ME MIRA!


ORACIÓN  CALLADA


Cierro la vista a cuanto me rodea:
mi cuarto en paz, ausente todo ruido,
puedo, atento, escuchar cada latido
con que mi pecho el corazón golpea.

Oro, mas sin palabras, JESÚS  sabe
lo que los dos tenemos concertado:
cada latido, cuando estoy callado.
equivale a un TE QUIERO, tierno y suave.

En mi apacible habitación oscura,
dice mi corazón pausadamente
-tic-tac; tic-tac- de amor la letanía.

Del mundo real se esfuma la figura
y, amoroso JESÚS, se hace presente,
inundando de luz el alma mía.


ORACIÓN   PERSEVERANTE


Esos silencios tuyos tan frecuentes
y largos muchas veces, JESÚS mío,
indican que mis ruegos persistentes
no los oyes y caen al vacío?

Sabiendo que eres, sin medida, bueno
¿voy a darles del todo por perdidos?
A tu callada pertinaz ajeno
¿seguiré fatigando tus oídos?

Sí que lo haré y sin recelo alguno.
Al fin me oirás y me darás tu ayuda,
apoyado en tu amor y mi paciencia-

Me animan el amigo inoportuno
y frente al juez inicuo aquella viuda,
triunfadores los dos por su insistencia.


OJOS QUISIERA SER...

Ojos quisiera ser para mirarte
y de tu hermosa faz quedar prendido;
y quisiera tan solo ser oído
para tener la dicha de escucharte.

Brazos quisiera ser para abrazarte
y contigo quedarme así fundido;
y con besos de ardor, el más subido,
labios quisiera ser para besarte.

Un solo corazón no me bastara
y tampoco, con todos alcanzara
a quererte, SEÑOR, como yo ansío.

Sólo podría ver mi ansia cumplida
si tuviera tu amor, que es sin medida,
¿tu propio corazón,¡oh DUEÑO mío!


(OBRA DE TU PODER ...)

 

Obra de tu poder omnipotente

y de tu inmenso amor, la EUCARISTÍA,
con ella TU le ofreces al creyente
tu constante presencia y compañía.

TU Majestad excelsa -¡que portento
de humildad!- a una oblea reducida
se convierte del alma en alimento,
porque es maná del cielo y pan de vida.

En la cárcel oscura del sagrario
habitas, prisionero voluntario,
de noche y día. con calor y frío.

¿Y que logran tu entrega y tu presencia?
Ingratitud, Ovidio, indiferencia...
¡Así tu amor pagamos, JESÚS mío!


!NUNCA SOLA!

¡Que dichosa -SEÑOR- fui aquellos días
cuando TU, en el sagrario recluido
de mi lindo oratorio reducido,
día y noche conmigo convivías!

¿Lo recuerdas, JESÚS? -Siempre a tu vera,
unos momentos MARTA, otros MARÍA
con toda mi ilusión yo pretendía
que mi hogar para TI Betania fuera.

Hoy no te tengo ya en el SACRAMENTO;
pero lo mismo que a la luz te siento,
de manera cordial, intensa y nueva.

Y percibo que dentro de mi moras;
y así puedo decirte a todas horas:
¡CONMIGO ESTAS; MI CORAZÓN TE LLEVA.


NO HAY ANONADAMIENTO....

No hay anonadamiento semejante
SEÑOR JESÚS, al de tu EUCARISTÍA;
más completo, total y rebajante
que aquel otro, en el seno de MARIA.

Hombre te vieron, en prodigios largo.
No tu divinidad, siempre latente.
En la HOSTIAS consagrada, sin embargo,
ni un rasgo humano tuyo está presente.

Todo ahí estás, pequeño e infinito.
Invisible y real es tu presencia,
la maravilla de tus maravillas.

Yo soy dichoso cuando te visito.
Y TU ves que con toda reverencia
te venero y adoro de rodillas.


NO   ME   ATREVO...

No me atrevo a decirte que te quiero,
aunque en deseos vehementes ardo;
callar un tiempo, por pudor, prefiero
mientras el día con que sueño aguardo.

Confieso que mi amor, si verdadero,
 aún arrastra egoísmos como un fardo;
 no es puro todavía como un nardo
y el corazón no es tuyo por entero.

Amar las cosas sin quedar prendido,
y mi yo no importarme ni un ardite
si TU me ayudas, alcanzar espero.

Y cuando, al fin, lo tenga conseguido
y el corazón por TI sólo palpite
a toda boca, te diré:¡TE QUIERO!


NIÑO    PEQUEÑO


Volví, JESÚS, a ser niño pequeño
como el consejo tuyo nos advierte;
hoy siento como nunca tu cariño,
gratuito, eterno, delicado y fuerte.

Nada soy, nada valgo, nada puedo;
y en ello me complazco en cierto modo.
¿Quién me puede turbar o infundir miedo,
si me amas TU y TU lo puedes todo?

Asido de tu mano, yo imagino
que voy contigo. Me da igual que el camino
vaya por un paraje, bello o yermo.

Y por las noches, cuando viene el sueño,
a mis anchas, feliz, niño pequeño,
creo que en tu regazo yo me duermo.

 

NI LEVANTAR LOS OJOS...


Ni levantar los ojos osaría
hacia tu CRUZ bendita, dulce DUEÑO,
si no supiera de tu noble empeño
por granjearte la confianza mía.

Por quien te mata al PADRE comprometes
y das por madre a JUAN la que era tuya.
Y antes que la tragedia se concluya,
al Buen Ladrón tu Reino le prometes.

Ve, pues, SEÑOR, que están mis ojos rojos
cómo mi alma sus pecados siente
y el último me cuento entre tus hijos.

¡Y mira bien! No sólo alzo los ojos,
pues que, moroso y amorosamente,
¡los tengo en TI, como en mi norte, fijos!


NADIE COMO EL HABLO...

Nadie jamás habló como EL...dijeron..
Su diáfana palabra arrebatada
con avidez  por muchos fue escuchada
pero, ¿cuántos de veras le siguieron?

 ¿Y los milagros, por su amor obrados,
aumentaron su número de amigos?
¿No los vieron también sus enemigos
y en sus odios siguieron obstinados?

Pero elevado en CRUZ, en cambio, al modo
como MOISÉS alzara en el desierto
el estandarte  aquel de la serpiente,

atrajo a todos hacia EL y a todo,
porque  es JESÚS, crucificado y muerto
irresistible imán, de vida fuente.

 

 

N O S T A L G I A


Volvamos nuevamente, JESÚS mío.
a la entrañable intimidad de otrora.
‘Con qué nostalgia la recuerdo ahora,
ahora que estoy desangelado y frío1

La culpa es mía. TU  habrás sufrido tanto
por este paulatino enfriamiento1
Que me duele en el alma y me arrepiento
bien te lo dice mi amoroso llanto.

A mi deseo de intimar contigo
y a mi empeño de ser tu fiel amigo
una también mi petición sincera:

“Ya no me des consuelos; sí un amor fuerte
TU, que por mí has sufrido, de tal suerte
que nunca más me aparte de tu vera.


MURIÓ  EN  LA  CRUZ....

Murió en la CRUZ, clavados pies y manos,
soportando terribles sufrimientos.
Insensibles a ellos los humanos,
no lo fueron, así, los elementos.

Con su preciosa sangre redentora,
-del CORDERO de DIOS sangre inocente,
hizo la paz definitivamente
entre el Cielo y la tierra pecadora.

¡Murió por ti! Y solo por quererte,
para proporcionarte con su muerte
la VIDA verdadera con sus bienes.

Si no le amas con pasión, de modo
que para TI JESÚS lo sea todo,
¡ni tienes corazón ni perdón tienes!

MISIÓN   DE   PAZ...

Misión de paz entre los hombres llevo;
igual que el de JESÚS es mi mensaje.
Y hablo siempre con diáfano lenguaje,
válido para el mundo antiguo y nuevo.

“Hermanos sois, de uno al otro polo,
esclavo y libre, el griego y el judío.
De la vida el final no es el vacío
sino gozar de DIOS, el BIEN SUPREMO.

De todos los humanos soy amigo;
todas sus cosas como mías siento;
para todo pesar tengo consuelo.

Al que lo ha menester doy pan y abrigo.
Soy Ministro de DIOS, todo momento.
¡piso la tierra, pero miro al cielo!

MIS  ILUSIONES


Mis encendidas ansias  misioneras
y aquellos mis fervores juveniles
no fueron ilusiones pasajeras,
pues perduran igual que los marfiles.

Si no fui misionero en las MISIONES,
a voluntad ajena fue debido;
pero a lo TERESITA, siempre je sido
con mis gotas de sangre y oraciones.

El servir al SEÑOR años y años
nunca jamás causóme desengaños.
,y sí  una dicha, plena y verdadera.

Todas las flores,, en verdad, perecen.¡
¡No las mías, que al sol de su amor crecen
y gozan de una eterna primavera!


MIRANDO A LA CRUZ

Alzo, SEÑOR, los ojos para verte
con duros clavos a la CRUZ cosido,
rendida la cabeza y TU vencido,
¡oh inocente CORDERO¡ por la muerte.

Y te contemplo compasivamente,
veladas mis pupilas por el llanto
y roto el corazón por el quebranto
del que con toda su alma se arrepiente.

Por ese amor que no tiene medida,
y con tu muerte, haberme dado vida,
amigo fiel, amigo verdadero,

Sólo quiero decirte mi mirada,
“que,-mi vida en la CRUZ tuya clavada-,
yo deseo vivir y morir quiero.”


MI GRATITUD MAS HONDA....

Mi gratitud más honda y más sentida,
SEÑOR por su sagrada EUCARISTÍA,
amorosa presencia y cercanía,
y MANA celestial y PAN de vida.

En ella eres mi mejor amigo,
dispuesto a recibir mis confidencias;
ante el Sagrario, conversar contigo
es la más dulce de las experiencias.

Alimento del alma que sostiene
la vida espiritual y que contiene
“todo deleite” y la mayor dulzura.

Sacro convite, TU, por alimento;
de tu PASIÓN,  recuerdo. Y ¡qué contento,
de la GLORIA sin fin prenda segura!


(MI CORAZÓN, LLEVADO...)

Mi corazón, llevado por mi mente,
vuela hasta tu Sagrario, JESÚS mío,
como van los arroyos hacia el rió
inexorable y jubilosamente.

Si TU eres el imán de mis amores
que me atrae más fuerte cada día,
yo gozo con hacerte compañía
al lado de la lámpara, y las flores.

¡Siempre quisiera estar! Para aliviarte
esa tu soledad, para pagarte
ese tu amor tan fino y sin medida.

Como lámpara fiel que se consume,
como flor que te ofrece su perfume
y a tu vera, de amor, muere rendida.


“ MI  VIDA ES  CRISTO”

            (S. Agustín)

Siempre -JESÚS- recuerdo que TU vives
en el sagrario permanentemente,
mi vecino ideal, jamás  ausente,
que, a gusto, a cualquier hora me recibes.

No necesito concertar audiencia
ni tampoco observar un protocolo.
Y, aunque eres REY de REYES, pides solo
que crea yo en tu real presencia.

Leal amigo, con tu compañía
alivias mis cansancios y pesares.
Y eres, el PAN de VIDA, mi alimento.

¡Gracias sin fin! Que yo no viviría
sin TI- JESÚS- presente en los altares,
en ese  tu admirable SACRAMENTO!


MI GRAN AMOR


Con frecuencia te digo, JESÚS mío,
que eres el gran amor que hay en mi vida;
mas la frase, si bien muy repetida,
no pierde nunca su calor y brío.

TU el corazón me llenas de manera
que el mundo me resulta indiferente;
siento que algo prendido en su aliciente,
tuyo completamente ayer no fuera.

Libre del todo,  mas de TI cautivo,
por TI, JESÚS y para TI yo vivo
y mil pruebas de amor quiero ofrecerte.

A tu divina voluntad rendido,
humildemente, desde ya te pido
que acto de amor también sea mi muerte.


M I     B E T A  N I A


No vengas a buscar en tu quebranto
solaz de amores en el pecho mío;
que está, SEÑOR, mi corazón vacío
como el Sagrario tuyo en Viernes Santo.

TU sigues siendo mi supremo encanto
y rendido te tengo mi albedrío,
pero que vengas a un albergue frío
ni a TI, ph AMOR, te va ni yo lo aguanto.

A que  renueva la ceniza espera
y verás cómo al fin brota una hoguera
del rescoldo que queda todavía.

Y cuando tenga el corazón caliente
-TU lo sabrás muy bien- rápido vente
¡que BETANIA será la casa mía!



“LOS CIELOS CANTAN  LA GLORIA DE DIOS”


Si tu gloria, SEÑOR, los cielos cantan,
la proclaman aquí las criaturas,
que himnos de todas ellas se levantan
formando uno gigante, en las alturas.

El ruiseñor, la rosa, la arboleda,
el monte, el mar, el llano, el grillo, el viento
Todo ser participa en tal concento,
nadie excluido de esa loa queda-

Yo quiero de ese coro formar parte
y con gusto, SEÑOR, para brindarte
el verso humilde, mi cantar sencillo.

Sin pretensión de ruiseñor o rosa,
me contento, SEÑOR, con poca cosa:
¡con ser sencillamente un jilguerillo!


(LLAMA DE AMOR...)

LLAMA de amor, pequeña compañía
del solitario HUÉSPED a la vera,
centinela perpetua que no espera
relevo algún, al despuntar el día;

Infalible RADAR, LENGUA de fuego
que, sin hablar, proclamas su presencia;
TESTIGO fiel de tanta confidencia:
dolor y amor y lágrimas y ruego...

¡Cómo deseo, al verte, que mi vida
en amorosa llama compartida
sea la copia exacta de tu ejemplo!

Igual que tu, prodigio de fervores
al lado del amor de los amores,
LÁMPARA fiel, en la quietud del templo...


LIBRE    Y    FELIZ


Perdió su fuerza para mi el hechizo
del amor. Y de la gloria y oro el brillo
izado tengo el puente levadizo
y así nadie penetra en mi castillo.

Ahora me siento libre como el ave
que no halla impedimento para el vuelo.
Mi espíritu, sin trabas, muy bien sabe
lo que es gozar la placidez del cielo.

Tuyo,-SEÑOR-, mi corazón entero,
de otro modo te digo QUE TE QUIERO,
amor de mi alma, mi adorado AMIGO.

Ahora sí que es completa  la alegría
que inunda como una ola el alma mía
¡PORQUE ES PURA VERDAD LO QUE TE DIGO!


LANZAS UN GRITO...

Lanzas un grito desgarrado y fuerte
y sobre el hombro blandamente inclinas
la cabeza rodeada por espinas,
rendida al poderío de la muerte.

O, más bien, del amor. Porque TU mueres
por salvarme y salvar al mundo entero;
que, CORDERO pascual, el verdadero,
sacrificado por amor, TU eres.

Gracias, JESUS, porque me amaste tanto;
gracias porque por mí diste la vida
y me abriste las puertas de los cielos.

Si desde hoy no trato de ser santo
y no te amo, DIOS mío, sin medida
`no me regales más con tus consuelos!


LADRÓN   DIVINO


Me libraste de lobos y de riscos,
PASTOR, con tus silbidos amorosos.
Me nutres con los pastos más sabrosos
y me guardas, seguro, en tus apriscos.

Con tu morral, cayado y tu pellico,
esa imagen me encanta y la venero;
pero hoy, a otra figura me refiero
que harto mi simpatía polariza.

¿No eres, JESÚS, ladrón de corazones?
Y a la manera tuya ¿quién emboba,
sin promesas de gloria y poderío?

Obra, pues, como lo hacen los ladrones:
y a este mi corazón de una vez, roba
¡y así siempre serás el DUEÑO mío!

LA EUCARISTÍA, TESORO DE LA  IGLESIA


El gran tesoro que la IGLESIA tiene
es el regalo de la EUCARISTÍA;
es única, infinita su valía,
pues al mismo SEÑOR en sí contiene.

“A su pequeña grey “ de ella le viene
su increíble y constante valentía
en las luchas que, un día y otro día,
aquí y allí, contra LUZBEL sostiene.

Centro es para la IGLESIA de su vida,
dulce presencia, celestial comida,
fuerza que atrae del imán al modo.

Ella adora al AMOR de los Amores.
Y vive, confiada y sin temores,
pues EL, desde el Sagrario, puede todo.

 

LA   MIRADA   DE   JESÚS


Gozo, SEÑOR, pensando en la  mirada
de los hermosos ojos que tenías.
porque, siendo tan clara y acerada,
lo profundo del  alma descubrías.

Especial, hacia el joven dirigida,
que era rico, al que  amaste por ser puro.
Triste, para el discípulo perjuro,
que le hizo llorar toda su vida.

Dura, con el fingido fariseo;
muy tierna con los niños. Compasiva
con la SAMARITANA y MAGDALENA.

De todas ellas para mí deseo
aquella al  joven rico: intuitiva,
prolongada, muy dulce y de amor llena.


¡JESÚS MÍO, TE AMO!
   
 Cuando te digo; ¡JESÚS mío, te amo!
y mil veces lo digo por el día,
creo proporcionarte una alegría
y en tu divino amor yo más me inflamo.

Con esas cuatro voces te saludo,
al comenzar, SEÑOR, cada jornada.
Y son el colofón, finalizada,
pues al ir a dormirme, a ellas acudo.

Son la jaculatoria que, derecha,
va hasta tu CORAZÓN como una flecha,
   mi amor te dice y te repara agravios.

Palabras, tantas veces repetidas,
siempre sinceras y jamás manidas.
¡quiero morir con ellas en mis labios!


JESÚS LO ES TODO PARA MÍ


 JESÚS lo es todo para mí... Algún día
estuve prisionero de las cosas;
mas ninguna, dinero, fama, rosas
pudo ofrecerme lo que yo quería.

 Hallé en EL al amigo verdadero,
que  tal y como soy me acepta y ama;
mi cariño hacia EL es viva llama
y mil veces le digo que  le quiero.

  Tengo la casa limpia y bien cerrada.
Cuando escucho en la aldaba su llamada,
sé lo que quiere, que es cenar conmigo.

  Olvidados de todo, nos miramos
y sin decir palabra, nos amamos...
¡No hay mejor cena ni mejor AMIGO!


JESÚS  DE   NAZARET


JESÚS  de  NAZARET, VERBO encarnado,
el más hermoso de los hombres eres;
el AMADO, a quien   han idolatrado
la flor y nata de hombres y mujeres.

Yo soy inmensamente afortunado
sencillamente porque  sé me amas;
y esto hace que ya me haya olvidado
de la gloria, riquezas y placeres.
 
Y quiero amarte apasionadamente,
con toda el alma, corazón y mente
como aquellos tus finos amadores.

Darte  amor, solo amor y sin medida;
y si es posible, hasta la misma vida.
¡BELLEZA SUMA, AMOR DE LOS AMORES!


J U E V E S     S A N T O


Aunque de sol la tarde se engalana,
al celebrar JESÚS la Última Cena.
hiere su corazón profunda pena
ante la despedida ya cercana.

¡EL partirá! Y solos en el mundo
quedarán sus discípulos amados.
A su dulce presencia acostumbrados
su vacío, sin EL, será profundo.

Del todo, no. Su amor y omnipotencia
eterna harán entre ellos su presencia
con el prodigio de su EUCARISTÍA.

 Pan vivo que a las almas alimente,
y Amigo, para todo confidencia.
en cordial, entrañable cercanía.


INSONDABLE  MISTERIO...

Insondable Misterio es a mi mente
que TU, SEÑOR, el SOBERANO mío,
te sometas, humilde, a mi albedrío
y mis órdenes cumplas, obediente.

Bajas por mí del CIELO hasta mis manos,
cuando sobre el altar el pan consagro
y por este magnífico milagro,
te doy en alimento a mis hermanos.

Tu MADRE, OMNIPOTENCIA suplicante,
no puede hacer una obra semejante,
aunque esto su poder no disminuya.

Por eso, tembloroso, yo te pido
que con tanto poder enriquecido,
jamás defraude la confianza tuya.


INNUMERABLES VECES...

Innumerables veces yo te había
contemplado, pendiente del madero;
y un sentimiento de piedad sincero
brotaba en mí, pero era flor de un día.

Cierta vez, yo no sé de qué manera
mirarían mis ojos tu figura
que una inmensa, suavísima ternura
bañó como una ola mi alma entera.

Caí a tus pies; con lágrimas de pena
te los ungí como otra MAGDALENA,
cuando quebró su frasco perfumado.

Desde entonces, tu imagen va conmigo.
Y muerto al mundo, que era ayer mi amigo
¡YO TE AMO A TI, A TI CRUCIFICADO!


IMAGINANDO


Cuando imagino tu figura esbelta,
la varonil belleza de tu cara.
tus ojos de mirada intensa, clara,
y tu trigueña cabellera suelta

Oír tu voz, para los niños suave,
autoritaria para el mar airado,
cálida  en el MAESTRO que, iletrado
todas las ciencias de los Cielos  sabe;

Tan bueno y manso como humilde y fuerte,
perdonador de hombres y mujeres,
sólo con los hipócritas severo;

Yo me siento feliz de conocerte
y muchísimo más, pues TU me quieres,
y quieres que  te quiera...¡y yo te quiero!


HUMILLACIÓN Y EXALTACIÓN DEL SEÑOR

Te despojaste del divino rango
y del pellico humano te vestiste
y al hombre, en todo semejante fuiste,
aunque jamás te salpicara el lodo.

Débil apareciste, siendo fuerte.
SEÑOR de todo  y todos, obediente
hasta una muerte horrible, deprimente,
que en cruz y entre ladrones fue  tu muerte.

Mas DIOS que exalta a todo el que se humilla,
te ha dado un nombre sobre todo nombre,
pues no hubo humillación  como la tuya.

¡Que se doble ante EL toda rodilla
en cielo, tierra, abismo y diga el hombre
que JESÚS es el SEÑOR...¡Aleluya!


“HABLA, SEÑOR, QUE TU SIERVO ESCUCHA”


Los ojos a la par que mis oídos
cerrar quiero a las cosas exteriores,
por que no me distraigan los colores,
para que no me estorben los ruidos.

Ya, sin la esclavitud de los sentidos,
estaré en condiciones, las mejores,
de asomarme a esos mundos interiores
en los que hablas TU, mas sin sonidos.

En mi desierto de silencio y calma.
aguardaré a que hables a mi alma,
con vivo anhelo y esperanza mucha.

Diciéndote, a la vez, fervientemente,
aquello de SAMUEL, adolescente:
“HABLA SEÑOR, PORQUE TU SIERVO ESCUCHA.”


¡GRACIAS, JESÚS!

Gracias, JESÚS, porque tan dulcemente
llegó tu invitación a mis oídos,
cuando era todavía adolescente
y  se abrían al mundo mis sentidos.

Gracias, JESÚS, porque en mi primavera
en vez de rosas escogí azucenas
y no cedí al placer, por más que oyera
el canto seductor de las sirenas.

 Muchas gracias, JESÚS, pues por tu gracia
vi siempre claramente la falacia
de cuanto el mundo brinda de halagüeño.

Y gracias mil, con humildad rendida,
pues, aunque débil, en mi larga vida
te he sido siempre fiel, mi AMOR y DUEÑO.


¡GRACIAS, SEÑOR!

Gracias, SEÑOR, por esa tu venida,
de la humana pelliza revestido;
y gracias por habernos redimido
y darnos con tu muerte nueva vida.

Y gracias por tu blanca EUCARISTÍA,
de amor prodigio y de humildad portento,
prenda de gloria y celestial sustento,
y amorosa presencia y compañía.

Por tu MADRE también, puerta del cielo,
salud de los enfermos y consuelo
del afligido en todas sus desgracias.

Por tu IGLESIA Acogedor aprisco,
cuna de JUAN, TERESA y de FRANCISCO
y otros SANTOS sin fin, rendidas gracias.


GRACIA  EXTRAORDINARIA   (II)

No hay amante que tenga parecido
con quien es el AMOR de los AMORES,
que regala, mimoso, sus favores
y aun milagros, cuando es correspondido.

MIGUEL lo amaba apasionadamente,
ya que en su pecho ardiente hoguera ardía.
Mas ¡ay! su amor no era el que pretendía,
como el de AQUEL, que ama infinitamente.

Viendo su pena, anhelos y oraciones,
trocó JESÚS entrambos corazones,
prodigio que no tiene paralelo.

Ya poco prolongóse su existencia.
¡Y a la edad de JESÚS-¡qué  coincidencia!-
MIGUEL, de tanto amar, volaba al Cielo!


FUE PARA JUAN...

Fue para JUAN dulcísimo ventura

en la mañana azul de primavera,
ver a JESÚS, radiante de blancura,
sobre la cumbre del Tabor, señera-

Y aún más la otra, en la CENA aquella,
cuando hundió la cabeza en su costado,
prueba de una amistad, íntima y bella,
como lo son el beso y el abrazo.

No hubo como la suya suerte alguna...
Por eso, envidio a JUAN sinceramente,
pero con una envidia santa y buena.

No por lo del Tabor...¡Por la fortuna
de oir latir el Corazón ardiente
de su JESÚS, la noche de la CENA.


FIESTA  del  CORPUS

(Pensando en la procesión)

¡De rodillas, oh hermanos, de rodillas,
que estáis ante JESÚS SACRAMENTADO,
la maravilla de las maravillas
que en su amor infinito EL ha inventado!

¡DIOS está ahí! En la Custodia Santa;
creed  en su amorosa cercanía
y por tan gran amor y humildad tanta,
rendidle, emocionados, pleitesía.

¡Que se llenen los aires de estampidos
de cánticos sonoros y tañidos
y de aromas de juncias y de flores!

Y tu, alma, venera, agradecida,
al que es MANA del Cielo y PAN de Vida,
a JESÚS HOSTIA, Amor de los Amores.


¡FELICIDAD!

Soy feliz, muy feliz, porque temprano
viene hasta mi JESÚS cada jornada;
siendo REY de los cielos soberano,
hace -huésped- de mi alma su morada.

Yo procuro llevarla siempre llena
de amor y de ilusión para esas citas;
pienso que así MARIA MAGDALENA
esperaba en BETANIA sus visitas...

Alimentada con el PAN de VIDA
y en sagrario viviente convertida,
los Ángeles me envidian en loa cielos.

Rebosa de contento el alma mía,
pues JESÚS en su blanca EUCARISTÍA
mis esperanzas colma y mis anhelos.


EUCARISTÍA

Gracias -JESÚS- porque tu amor al hombre
te hizo inventar la santa EUCARISTÍA,
prodigio sin igual, pues no hay nombre
con que pueda expresarse su valía.

Por ella, TU te has hecho mi vecino
que no se va jamás, siempre a mi vera;
y el maná celestial para el camino
en busca de la Patria verdadera.

En ella, eres amigo que me invitas
a contarte mis penas y mis cuitas
con la promesa de una paz segura.

¡Gracias -JESÚS- pues tu presencia en ella
hace mi vida luminosa y bella
como día con sol, sin noche oscura!


ESTO  ES  MI  CUERPO


Débil mi voz, se torna omnipotente
en las cuatro palabras de esa frase,
que hacen que DIOS, en un instante pase
del Cielo al pan y al cáliz reluciente.

Humilde el pan y humilde el vino puro,
DIOS los convierte en velo y en corteza
Conque encubre su gloria y su grandeza,
de mi palabra al mágico conjuro.

En el principio floreció la nada
en mundos mil, la voz obedeciendo
de un DIOS amante que, cuando quiere, crea.

¡Pues a ese mismo DIOS, mi voz sagrada
lo encierra a voluntad,-¡poder tremendo!-
en el círculo breve de una oblea!


ESTE MI CORAZÓN...

Este mi corazón, en sí pequeño
del  que quisiera hacer hoguera ardiente,
hace tiempos que solo tiene un DUEÑO,
en quien cree, a quien ama, en quien espera.

REY de mi corazón, tras la bandera
que tu nombre-JESÚS-  lleva bordado,
combato con ardor, leal soldado,
dispuesto a todo, aunque en la lucha muera.

Lejos de mí la deserción cobarde
o la traición infame. ¡DIOS me guarde1
Yo no quiero jamás entristecerte.

 Sí, brindarte a granel, día tras día,
lo que tu amante CORAZÓN ansía:
¡AMOR, AMOR, AMOR HASTA LA MUERTE!


ESTAS  MANOS, SEÑOR...

Estas manos, SEÑOR, estas mis manos,
que el crisma santo consagrara un día,
siguen distribuyendo a mis hermanos
el pan de tu SAGRADA EUCARISTÍA.

Y pródigas, derraman los perdones
en el nombre del PADRE más amante.
¿Puede haber algo más gratificante
que el de sanar contritos corazones?

¡Mis manos! Las admiro y me las beso.
Es grande y bella su misión...Por eso,
canto mi gratitud en aleluyas.

Por mis manos, SEÑOR, yo te suplico:
¡Guárdalas puras... pero rectifico..
¿Las manos mías no son también tuyas?


ESTA AHÍ, SEÑOR...

Estás ahí, SEÑOR. ALFA y OMEGA,
PRINCIPIO y FIN de todo lo creado,
a tu oficio de siempre consagrado:
una amorosa y permanente entrega.

ESTAS ahí.-Así todo el que llega
es por TI recibido y escuchado
y al corazón herido o conturbado
tu bálsamo le cura y le sosiega.

ESTAS AHÍ.- PAN que del cielo viene
y que toda dulzura en sí contiene,
firme sostén para los viadores.

ESTAS AHÍ.-De tu PASIÓN, memoria,
seguro aval de la futura Gloria,
¡oh dulce imán, AMOR de los amores!


ESA LLAMA, PEQUEÑA...

 Esa llama, pequeña y vacilante
que arde cabe tu altar, de noche y día,
es la dulce señal gratificante
de un Misterio de amor: LA EUCARISTÍA.

  Es ofrenda de amor su breve vida
a QUIEN, con preferencia, el amor quiere;
e instante tras instante consumida,
junto al mejor de los amantes muere.

 Cuando la miro en la quietud del templo,
atraído me siento por su ejemplo
y copiarlo en mi vida yo quisiera.

 Haciendo de ella llama de amor viva.
Y permanente lámpara votiva,
ardiendo por JESÚS hasta que muera.

¡ES VERDAD, ES VERDAD ¡...

¡Es verdad, es verdad! Está presente
el mismo HIJO de DIOS y de MARÍA,
oculto en la Sagrada EUCARISTÍA,
de su infinito amor claro exponente.

¡Es verdad, es verdad! Omnipotente,
cosa no pudo hacer de más valía
siendo infinita su Sabiduría,
no supo hallar un don más excelente.

A una oblea pequeña reducido,
en un pobre Sagrario recluido,
mora el SEÑOR JESÚS, días y días.

 “Son mis delicias -para que te asombres-
habitar con los hijos de los hombres”
¡Estar con EL será también las mías!


ERES EL MÁS HERMOSO...

El más hermoso de los hombres eres
y en tus labios la gracia se derrama.
¡Cuán feliz será aquel, a quien TU amas
y cuán feliz también el que te ama1

Prendido en el imán de tu hermosura,
te quiero con amor de enamorado;
y sin dudarlo un punto, estoy seguro
que por TI de igual modo soy amaso.

Como flor rebosante de rocío,
pleno está de contento el pecho mío,
lugar para la pena en él no queda.

Amarte-JESÚS mío- es gran fortuna,
pues como tu hermosura no hay ninguna
ni amor que al nuestro compararse pueda.


ERES EL MAS HERMOSO... (II)

El más hermoso de los hombres eres
y en tus labios la gracia se derrama;
y es más dulce tu amor para quien te ama
que el dulcísimo amor de las mujeres.

¡Qué luz la de tus ojos; qué dulzura
en la profundidad de tu mirada!
¡Qué noble esa tu frente inmaculada,
luna llena en la paz de una llanura!

Tu boca, de oro. Tu sonrisa, un cielo.
Áureo  marco la mata de tu pelo
de tu rostro, perfecto y ovalado.

Atraes hacia TI todas las cosas
y te adoran las almas más hermosas.
¡Sencillamente... eres TU, el AMADO!


ERA  BETANIA...

Era BETANIA, humilde y blanca aldea,
un oasis de paz y de ventura
para el dulce RABÍ de Galilea,
en medio de su lucha, diaria y dura.

Allí había un hogar que le ofrecía
la ansiada paz con el amor más puro.
¡En el hogar de MARTA y de MARIA
se sentía a sus anchas y seguro!
 
Apenas traspasados los umbrales,
como una pompa de jabón al viento
se esfumaba su gesto preocupado.

¡Y allí pasaba días ideales,
con muchísima paz  y gran consuelo,
planamente querido y adorado!


ENVIDIA SANTA

     
Me alegro mucho que hombres y mujeres
JESÚS. te hayan amado con locura.
¿No eres TÚ la  mismísima HERMOSURA
y la BONDAD, sin límites, no eres?

Nada les importaron los placeres

y el oro vil que, fácil, los procura.
Y lo demás, fuera de TI, basura
lo fue para sus sabios pareceres.

 ¡Los envidio! Por eso, yo te pido
que cambies ahora mismo a su medida
tanto mi corazón como mi mente.

 Que es mi anhelo, SEÑOR, más encendido
quererte por el resto de mi vida
como ellos te quisieron...¡locamente!


ENVIDIA  SANTA    (III)

Cuando pienso, JESÚS, en tantas almas
por las que fuiste amado con delirio
muchas, blandiendo victoriosas palmas,
por confesar tu nombre en el martirio.

Siento por TI vivísima alegría
pero de  mí me siento avergonzado,
porque de esa locura todavía
nada, hasta el  día de hoy de me ha pegado.

 ¡Oh, te ruego que de este amor tan  flojo
todas las impurezas elimines
y tus llamas en él dejes impresas.

  Así podré pensar y sin sonrojo
en esos JUANES, PABLOS y AGUSTINES,
MAGDALENAS, CECILIAS y TERESAS.


ENTRE MIS  DEDOS...

Entre mis dedos, en la FORMA naces,
cada vez que en la MISA la consagro;
no veo, pero creo que  un milagro
cuando en tu CUERPO la conviertes, haces.

Mi humilde barro, mi modesta arcilla
en vaso de elección TU has convertido;
y de mi voz y voluntad servido
al realizar tamaña maravilla.

Que yo soy TU; mi voluntad, la tuya.
Tuyas mi voz como las manos mías,
humildemente y con temblor prestadas.

Jamás mi dignidad yo prostituya.
¡Y TU guarda mis manos, puras, pías
que un día tuvo blanca cinta atadas!


ENTRE EL CIELO  Y...

Entre el Cielo y la tierra suspendido,
rechazado por ambos, a porfía,
y apurada la hiel de la agonía,
la muerte, CRISTO mío, te ha vencido.

Te rechazó la tierra en su locura
y se hizo sordo a tu clamor el Cielo.
Abandonado, sin ningún consuelo,
fue horrible para TI la noche oscura.

¡Todo se ha consumado! Desde ahora,
será tu CRUZ bandera protectora
que salva al hombre y al infierno aterra.

¡Todo se ha consumado! De tal suerte
que tu sangre purísima y tu muerte
reconcilian el Cielo con la tierra.


EN VIGILIA PASO...

En vigilia pasó la noche entera
sumida en el dolor, llora que llora;
así que apenas despuntó la aurora,
salió para el Calvario muy ligera.

De amor y de dolor enloquecida,
vacía contempló la sepultura;
más negra aún se hizo su noche oscura
y más sangró su corazón herido.

Todo se cambiaría en un instante:
su noche oscura en un día radiante
y su pena en la máxima alegría.

Cuando en el huerto de JOSÉ, aromado,
JESÚS, de jardinero disfrazado,
muy dulcemente la llamó_¡MARIA1


EN HOSTIA DIMINUTA...

En HOSTIA diminuta te convierte
tu amor hacia los hombres, sin medida.
Y de este modo, para dar la vida
la forma adoptas de la misma muerte.

Sin voluntad ni voz ni movimiento
oculto en el Sagrario permaneces,
sin protestar jamás, por muchas veces,
que te saquen a dar en alimento.

Siempre a merced de pecadoras manos,
TU, a quien el pueblo con cabal sentido
AMOR de los AMORES te proclama.

Y perdonando siempre a tus hermanos
su desamor, su frialdad, su olvido...
¡ESO ES AMOR! ¡Y NADIE COMO TU AMA!


EN ESTADO LETÁRGICO...

En estado letárgico pareces
en el frío Sagrario prisionero;
ni voz ni movimiento, el más ligero,
señal de vida, al que se acerca ofreces.

La fe me enseña, claro y sin dobleces,
que estás ahí, DIOS Y HOMBRE verdadero.
Lo creo firmemente y te venero
con la humildad y amor que te mereces.

Contra toda apariencia, sé que vives
y que amas y que esperas y recibes
feliz, el homenaje de tus fieles.

Gracias por tu presencia recatada.
¡Y ahora, prenda de mi alma enamorada,
aquí tienes, SEÑOR, estos claveles!


EN EL SILENCIO...

En el silencio del recinto santo
cuando ante tu Sagrario me arrodillo,
no es su estética forma ni su brillo
lo que me atrae, de momento, tanto.

Es, SEÑOR, tu silencio permanente,
día tras día, en siglos mantenido;
es tu vivir oculto, sin latido
que solo débil luz hace patente.

¿Por qué te abajas a tan hondo abismo?
¿y por qué como si esto fuera poco
renuncias a tu voz y a tu albedrío?

Y yo creo escuchar siempre lo mismo:
“Cuando es grande el amor, calla y espera.
¡Y no hay amor tan grande como el mío!”


EN EL SAGRARIO ESTAS...

En el Sagrario estás, en el Sagrario,
oculto y silencioso, JESÚS mío,
convertido en recluso voluntario
por tu inmensa bondad y poderío.

Sin que tu humana condición se vea.
ni la divina; entrambas escondidas
en una diminuta y blanca oblea,
únicamente por la fe creídas.

Nada más familiar y más cercano
que el pan, que lo partimos con la mano
y es alimento usual de cada día.

PAN para el alma, celestial y puro;
de la gloria celeste aval seguro..
¡ESO ERES TU. ESO ES LA EUCARISTÍA


EN EL LECHO, SEÑOR..
 (En el lecho me acuerdo de TI y
velando medito en TI” –Salmo 82)

En el lecho, SEÑOR, si me desvelo,
al punto, con mi halada fantasía,
hasta el SAGRARIO, donde moras, vuelo,
irresistible imán del alma mía.

Lo mismo hago a menudo por el día.
porque cesar en mis tareas suelo,
para hacerte un ratito compañía,
que es mi constante y amoroso anhelo.

Alguna vez te hablo de mis cosas;
las más, lo sabes bien, quedo callada.
Estoy sencillamente, estoy contigo.

Me son estas visitas provechosas,
pues salgo más y más enamorada
y a TI te siento más y más amigo.

 

EN  LA  ASCENSIÓN


Te vas, SEÑOR, mas no estoy apenado
hoy que retornas a tu hermoso CIELO.
Saber que allí serás nuestro ABOGADO
me da mucha confianza y gran consuelo.

Te vas, SEÑOR, Te vas, mas no del todo;
te quedas en los pobres, los que lloran.
Allí donde hay amor. Y de igual modo
con los que, juntos, en tu nombre oran.

También una presencia has prometido
hasta el final del mundo duradera
en medio de tus fieles seguidores.

¡Oh, yo te quiero ver, DIOS escondido.
Y a lo menos sentirte, a la manera
como noto el olor, sin ver las flores!

EN GETSEMANÍ


Me agrada de JESÚS verme a la vera,
cuando reza a su  PADRE, allí, en el huerto;
y al verlo de tristeza medio muerto,
pena mortal mi corazón lacera.

Me acerco con piadoso atrevimiento.
tal gesto de TERESA me separa-
y de sangre y sudor limpio su cara
con mucho amor, con  mucho miramiento.

¡Está tan débil! ¡Lo veo tan cercano!
Aquí es donde me parece más humano
con una humanidad más verdadera.

“Esta es la puerta, este es el camino
que lleva  a  DIOS, nuestro feliz destino.
¡No creo que EL otro distinto quiera!”


EL ULTIMO BESO


Infinidad de veces he besado
y lo haré mientras viva, CRISTO mío,
las llagas de tus pies, manos, costado
y tu semblante, demacrado y frío.

Clara señal de mi arrepentimiento;
con mis besos piadosos y encendidos
yo quiero suavizar el sufrimiento
por mis culpas causado y mis olvidos.

Darte pruebas de amor en cada beso
que en tus llagas bermejas deje impreso
y en tu rostro, de encanto desprovisto.

¡Y la definitiva, la postrera,
yo te la quiero dar, cuando me muera,
mi dulce REDENTOR, mi amado CRISTO.


“EL SACERDOTE, OTRO  CRISTO”

(Pablo)

Icono de JESÚS, por sacerdote,
yo no soy de este mundo, aunque en él vivo.
Mi amor para JESÚS es exclusivo
y “EL solo es de mi heredad el lote”

EL me llamó y le seguí al momento.
Y cuando, al fin, amaneció el gran día,
gozosa y libremente asumiría
las exigencias de su seguimiento.

De gratitud mi corazón rebosa
por vocación tan grande y tan hermosa,
que asombro me produce y hasta espanto.

Por siempre icono de JESÚS viviente,
yo “daré fruto y fruto permanente”
si, como ella me exige, soy un santo.


EL SAC. SANTIFICA


Mi amadísima grey se santifica
por medio de los Santos Sacramentos,
que son maravillosos instrumentos,
con los que DIOS su gracia comunica.

MINISTRO de estos dones excelentes,
“en la persona de JESÚS actúo “;
los dos formamos entrañable dúo

La santidad de mis ovejas quiero
-“el peculiar adorno de su TEMPLO-“
y se la pido en mi oración instante.

La misma y mucha para mí requiero
para que siendo de la misma ejemplo,
vaya de mis ovejas por  delante.


EL NOMBRE DE JESÚS


Tan solo con oírlo o verlo escrito.
el alma se me  llena de contento;
y de ningún  empeño necesito
para evocar su imagen, al momento.

  La del dulce RABÍ de Galilea,
que pasó haciendo el bien y predicando;
del pobre, amigo; con los niños blando,
mas duro con la clase  farisea.

  Nombre -JESÚS- gratísimo a mi oído,
más suave aún que “aceite derramado”.
y más dulce que todas las dulzuras.

  ¡JESÚS, JESÚS, mi nombre preferido.
¡JESÚS, JESÚS, el nombre del AMADO.
¡No hay  otro  igual entre las criaturas!


EL AMOR DE CRISTO NOS APREMIA

(S. Pablo)

Tu caridad, oh CRISTO, me urge ahora
como  jamás habíalo sentido;
en sus llamas divinas  encendido,
el celo por las almas me devora.

La FE, que es luz y luz consoladora,
en muchísimas almas se ha extinguido
y el mundo, que no te ama, está sumido
en una frialdad desoladora.
 
¿Qué hacer, entonces, cuando yo quisiera
que todo corazón fuera una hoguera,
abrasado en tu amor, oh JESÚS mío?

Amarte y rezar más... ¡has...¡ sin consuelo.
llorar como lo hacía el POVERELLO
por tanto desamor y desvarío!


EL AMOR A LOS TUYOS...

El amor a los tuyos fue supremo;
eso fue la constante de tu vida.
Con amor siempre fiel y sin medida,
los amaste, SEÑOR, hasta el extremo.

Lavas sus pies como si esclavo fueras.
Y para no dejar su compañía,
inventas la sagrada EUCARISTÍA.
momentos antes que por ellos mueras.

Amar es combatir el egoísmo,
no dando cosas, dándose a sí mismo
como TU, que te rompes y te entregas.

Y amas es perdonar humildemente
como TU que, en la CRUZ, siendo inocente,
por los verdugos a tu PADRE ruegas,


EL ALMA SE CONFIESA  (VIII)

Humildemente a tu presencia vengo,
inútil siervo tuyo, dulce AMIGO;
mas como en TI plena confianza tengo,
ahora un favor de tu bondad mendigo.

He de confesarte, MAESTRO mío,
que se evapora mi interior descanso
como al sol las gotitas de rocío,
cuando no soy humilde o no soy manso.

¡Y yo lo quiero ser! Aprender quiero
esa hermosa lección, RABI divino,
que nos impartes TU tan dulcemente.

A tu Bondad apelo; de ella espero
hallar por fin el único camino
al ansiado descanso permanente.


EL ALMA SE CONFIESA  (V)

Amo a JESÚS, el HIJO de DIOS vivo,
en NAZARET  humilde carpintero,
que al morir de la CRUZ en el madero
al mundo liberó, del mal cautivo.

Mis pecados son suyos, ya no míos,
pues por ellos pagó precio muy alto;
 sin embargo, yo creo no le falto
si en paz lamento y lloro mis desvíos.

Dolencia, enfermedad, la misma muerte
han sido de igual forma redimidas
y en su resurrección resucitadas-

Gracia grande será, será gran suerte
si estas verdades son por mí creídas
y a la vez, a la práctica llevadas.


EL  TERCER   DIA
 (Habla  un  apóstol)

Al fin, la muerte alzóse victoriosa
disputando a la vida el señorío
del CUERPO del SEÑOR que, inerte y frío,
en el sepulcro de JOSE reposa.

Hurtóle a nuestros ojos dura losa
y huérfanos quedamos, CRISTO mío.
¡Qué amargura tan honda y qué vacío
sin verte más ni oír tu voz hermosa!

Testigos de tu vida y de tu muerte,
partícipes también de tu fracaso,
¿qué será de tu grey, sin TI, de guía?

--Y se escuchó una voz suave y fuerte:
“¡HOMBRE DE POCA FE Y DE MEMORIA ESCASO
ESPERA SIN DESMAYO AL TERCER DIA!”

 


EL  SEÑOR  JESÚS


 Era manso y humilde, no cobarde;
amigo de  rameras  y muy puro;
pasaba junto al fango, sin alarde
y al  mismo tiempo sin ningún apuro.

 Como un esclavo apareció vestido,
siendo SEÑOR del cielo y de la tierra.
Vino a servir, no para ser servido
y a traer  no la paz sino la guerra.

  Su amor hacia los niños era tierno;
a la oveja buscó que iba perdida
y al afligido prodigó consuelo.

  l rico sin piedad, mandó al infierno.
¡Y al pobre aquel, que tanto sufrió en vida,
en el gozo sin fin, lo entró, del CIELO!


EL  SAGRARIO  Y  EL  PESEBRE


DIOS se hizo hombre por amor al hombre,
cubriéndose con la pelliza humana;
siendo EMMANUEL  su verdadero nombre,
fue para todos su presencia, arcana.

Obra de amor también la EUCARISTÍA,
entraña otro increíble ocultamiento.
¿Quién puede ver en ese SACRAMENTO
como en BELÉN, al HIJO de MARIA)

¡Pero está ahí! SU CARNE convertida
en Maná celestial y Pan de vida,
con que el hombre mortal es sustentado.

Como antes, tu también, conmigo, ahora
lleno de amor, en el Sagrario, adora
a su huésped, JESÚS  SACRAMENTADO.


EL  CENTURIÓN


Oscurecíose el sol, cuando a los ojos
del BUEN JESÚS, la luz quitó la muerte,
trocándose en tiniebla, espesa y fuerte,
el cielo azul, con sus celajes rojos.

De horror tembló la tierra estremecida.
Y en el Templo rasgóse en dos el velo;
de su sepulcro, en repentino vuelo,
muchos muertos surgieron a la vida.

Frente al mundo que así su muerte siente,
¡qué pena la de un pueblo indiferente,
 que tanto don a su SEÑOR debía!

Tan solo el Centurión, allá en la cumbre,
con fe viva y sincera pesadumbre
¡EL HIJO DE DIOS ERA! repetía!


EL  BUEN  LADRÓN


“GENIO y FIGURA”... El dicho castellano
que avala la experiencia cada día,
cumplimiento, de modo meridiano
en la cumbre del GÓLGOTA tenía.

Hombre sin ley, de vida desgarrada,
ahora se la mostraba la conciencia
como tortuosa senda, señalada
por robos, por pillajes, por violencia.

Entonces, a las puertas de muerte
compartiendo con DIOS la misma suerte
dio el golpe de su vida y de la Historia.

Confesando su culpa humildemente
y a JESÚS como REY y hombre inocente
¡con el botín se hizo de la GLORIA!


CUANDO LA FORMA---


  Cuando la FORMA pequeñita veo,
sabiendo por la FE que a DIOS oculta,
asombro me produce lo que creo
y al mismo tiempo, el corazón exulta.

  Asombro me produce que yo crea
sin dudarlo jamás, niño inocente,
que el SOBERANO DIOS esté presente
en una blanca y diminuta oblea.

  Y el corazón exulta y se acelera
porque ese mismo DIOS esté a mi vera
AMIGO fiel y PAN que da la vida.

  Haciendo llevadero mi camino
para llegar, triunfante, a mi destino:
¡la verdadera Tierra prometida!

CUANDO PENDIENTE...

Cuando pendiente de la CRUZ te miro
y arrodillado tu perdón imploro,
arrepentido, mis pecados lloro
y la clemencia de tu peco admiro.

Amarga pena el corazón me abruma,
pues Pedro y Judas, a la vez he sido.
¡Pero, SEÑOR, SEÑOR, cómo he podido
ofenderte yo a TI, la BONDAD misma!

Sé que me has perdonado totalmente;
y me perdonarás, haga lo que haga,
siempre que, humilde, acuda a tu clemencia.

Así y todo, te hará siempre presente:
¡Oh, quién hubiera sido un LUIS GONZAGA,
feliz y agradecido en su inocencia.


¿CUÁNDO PODRÉ DECIRTE...

 ¿Cuándo podré decirte que  te quiero
sin vacilar -SEÑOR-: rotundamente
y que tal expresión sea exponente
de un afecto profundo y verdadero?

  El ansia con la pena se encadena,
al no poder decirlo todavía.
El corazón, con ilusión, lo espera;
y contrariado, el corazón se apena.

   Renunciaré a  las rosas desde ahora;
mi gloria y mi interés daré  al olvido,
cumplir tu voluntad es lo que espero.

  Y estoy seguro que veré la aurora
del día, en  que  TU escuches complacido
que yo te digo y es verdad:¡TE QUIERO!


CUANDO POR LAS RENDIJAS...

Cuando por las rendijas de mi alcoba
se insinúa la luz del nuevo día,
va despertando la conciencia mía
y el dulce sueño de mis ojos roba.

Despierto, al fin. Y pienso con ternura
en el SEÑOR que en el Sagrario mora;
es lo primero que a mi mente aflora
y lo postrero que, al dormir, perdura.

¿LA EUCARISTÍA! vendrá a mi pecho
calladamente como siempre suele,
porque el amor más grande es el callado.

Alborozado, salto yo del lecho,
deseando que el tiempo corra y vuele
para estar y gozar con el AMADO.


CUANDO TE MIRO...

Cuando te miro, de la CRUZ colgado,
tras inauditos sufrimientos muerto,
seca la sangren sobre el Cuerpo inerte
CORDERO, por mis culpas inmolado;

mi corazón de pena se estremece,
un nudo se me forma en la garganta,
y mi vergüenza y confusión es tanta
que el llanto mis mejillas humedece,

Lloro por mí, por mis pecados lloro.
Y tu perdón, arrepentido, imploro
dulcísimo JESÚS, SALVADOR mío.

Y siento que a mi alma, dulcemente,
desciende tu perdón, amplio y clemente,
como a la flor las gotas del rocío.



CUANDO BIENES...

Cuando vienes, SEÑOR, a mi morada,
como HUÉSPED y AMIGO te recibo.
Y TU sabes muy bien que me desvivo
para tenerla limpia y adornada.

Para tenerla limpia y adornada
no preciso, en verdad, de otro motivo
que saber que TU, el HIJO de DIOS vivo,
entras, humildemente, en mi morada.

La adornan siempre flores muy hermosas
¨lirios, claveles, azucenas, rosas,
con tu gusto en perfecta sintonía.

Yo me siento feliz de estar contigo,
Y deseo que a TI, HUÉSPED y AMIGO,
te resulte muy grata la estadía.


CUANTAS  VECES, SEÑOR...

Cuantas veces, SEÑOR, la EUCARISTÍA
en comida a tus fieles distribuyo,
me identifico con el gesto tuyo;
ser como TU mi corazón anhela.

Ser como TU mi corazón ansía,
que con amor sin límites te entregas
sin reserva ninguna y no te niegas
jamás a nadie, ni aun al alma impía.

En pan igual que TU trocarme quiero
para darme también a cada hermano
pordiosero de amor, siempre indigente.

Que no fuera tu siervo verdadero,
si dándote en comida con mi mano,
yo no me doy también gratuitamente.



CUANDO, SEÑOR, ME VEO...

Cuando, SEÑOR, me veo arrodillada

en la augusta quietud del santuario,
clavo al punto mi vista en el sagrario
y digo mi plegaria acostumbrada:

 “¡Cuánta envidia me causa esa morada
donde TU permaneces noche y día;
y qué dolor, pues en el alma  mía,
sólo un ratito estás cada jornada!

Mira, SEÑOR, ya no desnudo y frío,
sí, adornado y caliente el pecho mío,
apto para sagrario permanente.

Tiene lirios y rosas encendidas.
Y pues que son tus flores preferidas,
¡VENTE A MI PECHO PARA SIEMPRE, VENTE!


CUANDO EL SAGRARIO CIERRO...

Cuando el Sagrario cierro y nuevamente
te devuelvo a tu vida carcelera,
la misma pena el corazón lacera,
la misma aspiración el alma siente.

La misma aspiración el alma siente
de hacerse a una contigo prisionera;
la misma pena, al no hallar la manera
de encerrarse contigo eternamente.

“Adiós, te digo,-adiós de quien te ama
A la vida me voy que me reclama,
con mi anhelo. SEÑOR, y con mi pena.-

Pero  aquí queda el pensamiento mío.
Y con él amarrado mi albedrío
¡igual que perro fiel a su cadena!


CUANDO EN LAS NOCHES...

 Cuando en las noches entregado al sueño,
me despierto de pronto, a cualquier hora,
es tu recuerdo el que a mi mente aflora,
sin que tenga que hacer ningún empeño.

  Veloz, más que la luz vuelo a la vera
de tu Sagrario, AMOR de los AMORES,
donde late con tenues resplandores
la lámpara, tu eterna compañera.

  Te hablo, JESÚS, como al mejor amigo.
Te hago mis confidencias; y te digo
esos requiebros que tu pecho anhela.

  Retorna el sueño... Y sin querer, me alejo,
mas no del todo... ¡Pues en el ara dejo
prenda de amor, mi corazón en vela!


CUANDO EN MIS MANOS...

Cuando en mis manos, oh SEÑOR, te elevo
y de hinojos te adora el pueblo santo,
de mi tremenda potestad me espanto
y hasta el fondo del alma me conmuevo.

Te sostengo en mis manos temblorosas,
DIOS que, a mi vez, hasta la FORMA vienes,
cuando eres TU, en verdad, el que sostienes
en tus manos de amor todas las cosas.

Si yo te tuve en tantas ocasiones,
si mil veces mis ojos asombrados
te miraron, sin verte, en la HOSTIA PURA;

En el día final no me  abandones.
¡Y haz que mis ojos vean extasiados,
cara a cara, sin velos, tu HERMOSURA!


CUANDO EN SILENCIO...

Cuando en silencio recogido, pienso
qué es el Ministro de la Nueva Alianza,
me causa asombro su poder inmenso
que hasta los cielos y el infierno alcanza.

 Pronuncio unas palabras. Y obediente
del Cielo bajas a la FORMA blanca.
“YO TE ABSUELVO” diré. Y el penitente
de entre las garras e Satán arranca.

Que TU, del hombre pecador te fíes
y poderes tan grandes le confíes,
asombro me produce y casi espanto.

¡Y se truecan en un gozo tremendo
y en gratitud la más profunda. viendo
que tanto amas al hombre, tanto, tanto!


CONQUISTADOR DE CORAZONES
  
Fueron conquistadores de naciones
empleando su fuerza y poderío;
pero no conquistaron corazones
ni ALEJANDRO ni CESAR ni DARÍO.

Hay ALGUIEN, sin embargo, en nuestra historia,
que derrotado estrepitosamente,
hizo de su derrota una victoria,
la más bella, fecunda y sorprendente.

Nadie como EL ha sido nunca amado;
y por su amor, a todo han renunciado
infinidad de almas, las más bellas.

Este es JESÚS, REY de conquistadores,
que triunfa en incontables corazones,
que hechizados por EL, siguen sus huellas.

 

CONSEJO EN  NAVIDAD


Este JESÚS que, como NIÑO llega
y la primera NOCHEBUENA hace,
es el HIJO que DIOS al mundo entrega
por SALVADOR y sobre pajas yace.

Es su amor a los hombres tan subido
que encubre su grandeza soberana
vistiéndose con la pelliza humana,
inerme NIÑO, pobre y desvalido.

Ante tan gran amor y abatimientos,
que tu pecho rebose sentimientos
de gratitud, asombro y de cariño.

Y nunca más en ser rico te empeñes
ni con honores o grandezas sueñes
cuando DIOS se te muestra como un NIÑO.


CREO, SEÑOR, QUE EN EL SAGRARIO...

Creo, SEÑOR, que en el Sagrario moras,
esa cárcel s amor, oscura y fría,
en la que, a veces, ves pasar las horas
sin que llegue ninguna compañía.

Tremenda soledad la que padeces
y paciencia sin límites tu espera.
¡Y todo por amor!  Bien te mereces
que todo el mundo, en pago, te quisiera,

Como incontables almas han amado
tu santa EUCARISTÍA y aliviado
esa tu soledad con su presencia

Entre las cuales siéntome incluido,
pues bien sabes, JESÚS, que, agradecido,
mi corazón ahí tiene su querencia.


CRISTO ABRAZA

( A  S. FRANCISCO)


Amó a JESÚS de modo apasionado
y con total entrega el POVERELLO,
que lloraba en las noches, sin consuelo,
repitiendo:¡¡”El AMOR ya no es amado”!!

Con tanto llanto y amarguras tales,
sus ojos se enfermaron de por vida,
mientras era su alma enriquecida
poco a poco con luces celestiales.

Y un día... El AMADO y el AMANTE
se funden en estrecho y dulce abrazo,
que su íntima amistad, sin voz, proclama.

Al Serafín de ASÍS tenéis delante
y a CRISTO, que desclava el diestro brazo,
gesto sin par, hacia quien tanto ama.


CONFESIÓN DEL ALMA  (I I )

A TI, JESÚS, mi gratitud sincera
por esta luz tan viva que me has dado;
gracias a ella, he visto que yo era
como un huerto sin flores, descuidado.

También tras mi tremendo desencanto,
que es soberbia y grandísima falacia
querer ser uno con su esfuerzo santo.
cundo es  obra exclusiva de tu gracia.

Confiado en TI, desde ahora totalmente
y ayudado por TI, voy , diligente,
a limpiar y mullir mi pobre huerto.

¡Ya  brotarán las flores! Yo lo espero.
gracias a TI que me amas, JARDINERO.
que en un vergel conviertes un desierto.


CONFESIÓN DEL ALMA (IV)

Muchos tiempos.-SEÑOR,-he trabajado
para lograr ser santo; mas baldíos
han resultado los esfuerzos míos,
pues apenas Contigo si he contado-.

Fracaso, decepción; triunfo, ufanía
jalonaron hasta hoy mi trayectoria
y TU me has hecho ver que  la victoria
final, jamás así la lograría.

De mi impotencia radical consciente.
hoy te pido - SEÑOR- humildemente
la gracia con que todo lo renuevas.

“Perfecto quiero ser  como lo  mandas
y podré conseguirlo, si en volandas
a la cumbre anhelada TU me llevas.

CONFESIÓN DEL ALMA (VII)

Humildemente, a tu presencia vengo,
inútil siervo tuyo, dulce AMIGO;
mas como en TI total confianza tengo,
ahora un favor de tu bondad mendigo.

Como al sol la gotita de rocío
desaparece mi interior descanso,
cuando no soy humilde o no soy manso
como lo fuiste TU, Maestro mío.

Pero manso y humilde yo ser quiero
al modo como TU lo eres y lo eras,
irresistible imán para la gente.

Apelo a tu bondad y de TI espero
que al fin me des, por lo que más quieras
el ansiado descanso permanente.


CONFESIÓN  DEL  ALMA   (XII)

No soy santo y tampoco lo procuro
a la manera como ayer lo hacía.
cuando alcanzarlo solo pretendía
con un esfuerzo continuado y duro.

A base de oración y sacrificios,
a la modestia y el silencio aunados,
frecuente confesión de los pecados,
sangra de disciplinas y cilicios...

Tardé años en ver su ineficacia.
La santidad es obra de la gracia
no del esfuerzo humano que es baldío.

Como hace con el barro el alfarero,
que actúe en mí la gracia es lo que quiero.
¡Santo deseo que tampoco es mío!


CONFESIÓN  DEL   ALMA   (XIII)

Sin vanidad, yo creo bienhechora

la labor que en tu viña he realizado,
desde que fui, entre muchos, contratado
por TI, SEÑOR, en la primera hora.

Trabajé con ahínco; y con paciencia
sufrí “del día y del bochorno el peso”;
y alguna vez -perdón- te lo confeso
no fue con la debida diligencia.

Para el día final, oh DUEÑO mío,
me anima tu BONDAD, porque es inmensa
y el trato que TU das a tus obreros.

No fui PABLO o JAVIER; pero confío
en que, al menos, será mi recompensa
“el denario” que diste a los postreros.


CONFESIÓN  HUMILDE  (VI)


No fui, SEÑOR, para mi afrenta y pena
un LUIS GONZAGA que ignoró el pecado;
ni tampoco los míos he llorado
como lo hizo MARIA MAGDALENA.

 No me consume el celo extraordinario
de FRANCISCO JAVIER, “el IMPACIENTE”.
En tu viña, confieso humildemente
soy de todos, el último operario.

Eso sí, yo te sirvo con esmero.
TU sabes que soy tuyo por entero
y que es mi amor como la muerte, fuerte.

Y admirando a las águilas reales,
yo me siento un pardal entre pardales,
con el solo deseo de quererte.


CON  PACIENCIA INFINITA...

Con paciencia infinita y modos suaves
me fuiste desligando de las cosas;
sordo estoy para el canto de las aves,
ciego para el encanto de las rosas.

TU hiciste que, sin darme cuenta apenas,
lo afectos que amaba el pecho mío
en vez de goces me causaran penas,
cansancio luego y al final, hastío.

Hoy me siento del todo independiente
como el ave que vuela libremente,
con olvido de jaula, trampa o liga.

En tu campo de acción ya prisionero,
dichoso porque a TI, tan solo quiero
deja, DIVINO IMÁN, que te bendiga...


COMO EL PUBLICANO


No me atrevo, SEÑOR, a contemplarte
clavado en esa CRUZ y escarnecido;
no me atrevo, SEÑOR, pues yo he tenido
por mis pecados, en tu muerte, parte.

Mientras, postrado ante ella, de rodillas,
de tu PASIÓN los pasos considero,
a que se ablande el corazón espero
y a que en llanto se empapen mis mejillas.

Entonces, SEÑOR mío, fijamente
te he de mirar, humilde penitente,
que sus pecados, con dolor, lamenta.

Te miraré, del todo confiado.
¡Que el corazón, contrito y humillado
con tu perdón y con tu olvido cuenta!


¿CÓMO ERA, DIOS MÍO...

¿Cómo era, DIOS mío,  cómo era
aquel RABI, de Nazaret salido,
de toda gracia celestial ungido,
que llevaba tras sí la primavera?

¿Era guapo? ¿Sus ojos eran bellos?
¿Cómo era , decidme, su mirada.
si el alma más hermosa y delicada
a ver el mundo se asomó por ellos?

Y ¿cómo era su voz: potente,, suave?
NADIE HABLÓ COMO EL... También se sabe
que en el lago calmó tormenta fiera.

Todo es ¡ay! conjetura en este  asunto.
Y sin embargo, una vez  más pregunto:
¿CÓMO ERA DIOS MÍO, COMO ERA?


COMO EL APÓSTOL JUAN


Feliz aquel tu Apóstol JUAN, que un día,
reclinó su cabeza en tu costado,
sintió tu corazón de amor llagado
y oyó de su latir la melodía.

Cansado estoy, SEÑOR, triste y maltrecho
por los duros combates de la vida
y quiero dar con tu amoroso pecho
donde todo pesar tiene acogida.

Cerrar los ojos confiadamente,
hundir en tu regazo mi cabeza
y olvidarme de todos y de todo.

 ¡Y huirá mi cansancio de repente
 y el gozo acabará con mi tristeza
 y miraré la vida de otro modo!


COMO  VAN  LOS  ARROYOS...

Como van los arroyos a los ríos
y discurren los ríos a los mares,
en los goces igual que en los pesares
van hacia TI los pensamientos míos.

Si rebosa mi alma de alegría,
en TI pienso, SEÑOR, como en su fuente;
y en TI como en alivio permanente,
cuando el dolor lacera el alma mía.

Como el mar viene y va sobre la arena,
vengo y voy de la dicha hacia la pena,
en un vaivén continuo que no elijo.

Y en este alternativo movimiento,
¡TU eres el faro de mi pensamiento,
de mi frágil barquilla el norte fijo!

 

COMO  LA  HEMORROISA


“Si la orla de su manto a tocar llego,
-se dijo la mujer- estoy curada”.
Y entre la muchedumbre, apretujada,
abrióse paso hasta el RABÍ de fuego.

Rozóla solo, de esperanza llena.
Y al punto, una apacible mejoría
su enfermizo organismo recorría,
sintiéndose del todo sana y buena.

SEÑOR, tu CUERPO toco diariamente
y aún tengo enferma el alma, pues se siente
proclive al mal y a la virtud remisa.

¡Dame fe, dame amor, dame confianza.
Y sáname del todo y sin tardanza,
SEÑOR, SEÑOR como a la hemorroisa.!


COMO  JUAN


Lejos de mí venderte con un beso
como el traidor de Judas,-JESÚS- mío.
¿Qué locura, qué extraño desvarío
pudo empujarle a semejante exceso?

No quiero ser tampoco, lo confieso,
como PEDRO, que lanza  un desafío
y te niega después, cobarde y frío,
y  por  tres veces, cuando estabas preso.

Ni como los demás que se escaparon
apenas en el huerto te esposaron...
Quiero ser como JUAN, a quien querías.

Que, siempre fiel, serenamente fuerte,
comparte tu dolor hasta la muerte,
¡SOLO ENTRE TODOS, CON LAS TRES MARÍAS!


COMO   EN   BETANIA


¡Con qué esmero. JESÚS, las dos mujeres
su mansión te dejaban preparada,
suavemente de  espliego perfumada,
todo ordenado y limpios los enseres!

Un tantico impacientes y nerviosas,
tu llegada esperaban. Y hospedado,
te sentías feliz, viéndote amado
y ellas también, sirviéndote, dichosas.

Como MARTA y MARIA, yo procuro
tener, SEÑOR, el corazón muy puro
al comulgarte todas las mañanas.

Yo me siento feliz de estar contigo.
¿Y TU, JESÚS, lo estás también conmigo,
como en BETANIA, con las dos hermanas?


CLAVA  EN  LA  CRUZ...

Clava en la cruz, sayón, estas mis manos
por demás egoístas y cerradas;
y no las del MAESTRO, perfumadas
por tanta buena acción con los humanos.

Clava mis pies, que aún tienden hacia esas
sendas, por las que anduve extraviado.
Y no los del MAESTRO, fatigado,
buscando ovejas, en las zarzas presas.

Y atraviesa mi pecho con la lanza,
no el pecho de JESÚS, en el que alcanza
el amor, expresión la más subida.

Haya justicia una vez siquiera:
¡que el pecador, por sus pecados muera
y el CORDERO sin mancha, tenga vida!


 CENA  INTIMA

Tendré, JESÚS, la casa enjalbegada
y aromada con un poco de espliego;
en las noches de invierno, vivo el fuego,
para que  esté la estancia caldeada.

Con el oído atento, estaré alerta,
viviendo con la espera y la esperanza,
para correr a abrirte, sin tardanza,
cuando suenen tus golpes en la aldaba.

Cerrada bien a todo lo de  fuera,
llenará con su luz la casa entera
tu presencia, JESÚS, mi dulce  amigo.

¡Y solitos los dos, dichosamente,
envejecido el vino, el pan caliente
¡TU CENARAS CONMIGO Y YO CONTIGO!


CALLAD, CALLAD...

Callad, callad...Entrad sin hacer rudo,
pasito a paso, sin pisar las flores;
y aspirad un momento sus  olores,
que embargan y suspenden el sentido.

¡Y  mirad  en silencio. Está dormido
dulcemente el AMOR de los AMORES,
que tras de recorrer valles y alcores,
en busca de la oveja, está dormido.

Sentaos y esperad a que despierte.
Y aunque tarde semanas, meses o años,
no desmayéis en la anhelante espera.

“Fuerte sea el amor como la muerte”
No lo venzan jamás los desengaños..
¡Verá su despertar quien persevera!


BIENVENIDO, AMOR MÍO...

¡Bienvenido, AMOR mío, bienvenido
a este mi corazón, tu casa ahora.
Ve que fuera de TI, nadie en él mora,
siente al instante su calor ahora.

Como “lirio -te llamas- de los valles”
y apacentarte entre azucenas sueles,
con ellas lo he adornado y con claveles
para que, a gusto y a tus anchas, te halles.

Gracias, SEÑOR, porque a mi casa vienes
cada día y en ella te detienes,
pues te sabes amado y comprendido.

Yo soy feliz, feliz con tu visita.
Por eso, déjame que te repita:
¡BIENVENIDO, AMOR MÍO, BIENVENIDO!


BIEN SABES, TU, SEÑOR...

Bien sabes TU, SEÑOR, cómo procuro
siempre que de tu altar subo las gradas,
llevar las manos, limpias y aromadas,
y el corazón, lo más que puedo, puro.

Y sabes que no existe madre buena
que trate a su bebé con la ternura
con que yo a TI, presente en la HOSTIA pura,
cuando te tomo y dejo en la patena.

Hacerte descender hasta mis manos,
tocarte y repartirte a mis hermanos
es un honor que el más excelso estimo.

Agradecido quiero estar a todo.
Y esto te lo agradezco de este modo:
¡TRATÁNDOTE, SEÑOR, CON TODO MIMO!

BETANIA  (II)

No llega aquí el fragor de la batalla
que con JESÚS sostienen los judíos;
tanto sincero amor en ella halla,
que olvida penas y recobra bríos.

Para EL se guarda la mejor estancia.
perfumada de espliego levemente.
La comida, excelente; el pan, crujiente.
MARTA en su vaso el vino añejo escancia.

De ambas hermanas solo amor recibe.
Una, por regalarle se desvive,
pues el amor como servicio entiende.

MARIA, mientras, a sus pies rendida,
de su boca de oro suspendida,
a ser mujer contemplativa aprende.

BESARÍA TUS PIES...

Besaría tus pies, si te encontrara
que se cansaron, oh JESÚS, antaño
cuando, perdida, me buscabas para
devolverme, amoroso, a tu rebaño.

Cubriría de besos tus pies bellos,
que el polvo mancilló de los caminos
y perlaron de sangre los espinos,
cuando, atrapada, me sacaste d ellos.

Con mucha  fuerza los abrazaría
como en el huerto aquel hizo MARIA,
BUEN PASTOR, al rebaño siempre atento:

Que vas tras la ovejuela descarriada,
la vida diste por tu grey amada
y hoy tu CARNE le das en alimento.


AMISTAD   DIVINA


Cuando me llamas dulcemente “amigo”,
una gran alegría experimento,
tu amor admiro, tu  bondad bendigo
y mi infinita pequeñez lamento.

¡Mi amigo TU, Pureza y Poderío!
¡TU amigo yo, debilidad y lodo!
¡Tu amigo yo, ruin en extremo y frío!
¡Mi amigo TU, amor por sobre todo!
  
 Yo sé que TU me amas infinito,
tal como soy, de  modo gratuito;
y que has hecho por mí muchas  locuras.

Amigo fiel, amigo verdadero,
estar contigo siempre es lo que quiero
¡a las duras -JESÚS- y a las maduras!


AL SAGRADO CORAZÓN


Ese tu CORAZÓN envuelto en llamas
por corona de espinas taladrado,
y herido por la lanza del soldado
me dice, sin palabras, cuánto me amas.

Por mí la lanza te causó la herida
y sufriste por mí burlas crueles;
y después de probar amargas hieles,
por mí, tu muerte en Cruz, me dio la vida.

¡Eso es amor, amor del verdadero!
Por eso, en paga, yo quererte quiero
con un amor ardiente, puro y fuerte.

¡No he de tener el corazón partido!
Pues para TI ha de ser todo latido.
CORAZÓN de JESÚS, hasta la muerte.

 

AL   CRISTO  DE  JAVIER


He visto de JESÚS CRUCIFICADO

algunos rostros de sin par belleza,
mas todos reflejando gran tristeza
y a la par, un dolor muy acerado.

Mas cuando visité por vez primera,
vi algo en JAVIER, que nunca había visto;
¡un CRISTO sonriente, el Santo CRISTO
que en el viejo castillo se venera!

¿Qué pretendió el autor con el detalle
de dibujar una sutil sonrisa
en un rostro con paz, no dolorido?

Aunque yo, lo que pienso me lo calle,
a ver si tu, pensándolo, sin prisa,
descifras su enigmático sentido.


C O N S T E L A C I O N...

Constelación de ardientes corazones
quemándose en las llamas de los cirios,
férvida emulación de tus delirios,
pelícano que anidas en copones.

Mueren de amor, vertiendo exhalaciones
aromadas, las rosas y los lirios
para endulzar la hiel de tus martirios,
en esa soledad de tus prisiones.

Así, de esta mi vida hasta hoy helada,
cirio y flor, a la vez, hacer quisiera
por que fuese una vida enamorada.

Porque fuese en tu vida carcelera,
¡una rosa, a tus plantas deshojada,
como un cirio, quemándose a tu vera!


“CONMIGO VAS, MI CORAZÓN TE LLEVA


En las obras salidas de tus manos
no me es difícil, no, verte presente;
más cerquita te veo en mis hermanos,
sobre todo en el débil e indigente.

Cuando, amando, me doy como las flores
regalan gratis su sutil esencia,
siento aún mejor, AMOR de los amores,
de manera inefable tu presencia.

¡Y aún más en mí! Mi alma es tu morada
pues guardo tu palabra, fiel amante 
lo que mi huésped seas TU, conlleva.

Así vivo feliz y enamorada,
porque puedo decirte a cada instante:
¡Conmigo vas, mi corazón te lleva!


¡DE  RODILLAS, OH ALMA...

¡De rodillas, oh alma, de rodillas,
que estás ante JESÚS SACRAMENTADO,
de muchas y brillantes lucecillas,
y de oloroso incienso rodeado!

Es el mismo JESÚS, a quien dio vida
en su seno purísimo MARIA,
cuya carne de NIÑO fue nutrida
con leche virginal, pura ambrosía.

ELLA, ostensorio del recién nacido,
lo mostró, PAN del Cielo descendido,
para ser adorado a los pastores.

¡Tenlo presente siempre! ¡Y tu. ahora
con el mayor fervor y amor, adora
a su HIJO, el Amor de los Amores!


DE HOMBRE TE DISFRAZASTE...

 De hombre te disfrazaste y de hortelano

para mostrarte al mundo y a MARÍA.
¿Quién, de esa guisa, descubrir podía
lo que eras de verdad DIOS SOBERANO?

Aquí, queda escondido hasta lo humano
en un poco de pan.¿Quién lo diría?
Todo es grandioso en tu EUCARISTÍA,
mas para los sentidos está arcano.

Sólo la FE descubre tu presencia,
dulce JESÚS, en ese SACRAMENTO,
prodigio de tu amor omnipotente.

Yo te adoro, a pesar de la apariencia,
MANA del Cielo, espiritual sustento,
dulce HUÉSPED, amigo y confidente.

DELANTE DE LA CRUZ...

Delante de la CRUZ, los ojos míos
con lágrimas de pena se humedecen
y todas mis entrañas se estremecen ,
viendo que pagas TU mis extravíos.

Viendo que pagas TU mis extravíos,
me lacera la pena más amarga.
Y una infinita compasión me embarga
convirtiendo mis ojos en dos ríos.

A través de mis lágrimas te veo,
espejo que me acerca y magnifica
tu imagen de bondad y de clemencia.

¡Y no sufro espejismo cuando creo
que el llanto del dolor me purifica
y devuelve a mi alma la inocencia!

 


DESEO  ARDIENTE


Deseo amarte  apasionadamente
desde  ahora, mi JESÚS, como los SANTOS
y prendido en la red de tus encantos,
ser a toda belleza  indiferente.

Amarte por lo que eres, por TI mismo,
sin esperar, a cambio, tus favores,
pues solo son auténticos amores
los que están desprovistos de egoísmo.


Amarte a TI, que tanto me has amado,
;haciendo todo hasta lo más pequeño
con el único fin de complacerte.

Y redimir el tiempo malgastado
con toda mi ilusión, con todo empeño
¡hasta la muerte, AMOR, hasta la muerte!


DESEO  EN  EL  PASADO


No bajaron los ÁNGELES del cielo

a paliar el dolor de su agonía;
JUAN, las santas Mujeres y MARÍA
sí le dieron un poco de consuelo-

¡Si hubiera estado allí! Yo habría sido
de ese grupo de finos amadores
y habría suavizado tus dolores
   con mi cariño a la piedad unido.

TU ves que mi deseo es verdadero;
y lo viste-¿verdad?- desde el madero
nacer en esta hora y este instante.

Pues, si te consolé, según yo creo,
formularé a menudo este deseo,
¡oh REY de amor, JESÚS agonizante!

 

 

DESEOS  IMPOSIBLES


SEÑOR, como tu JUAN, querido hubiera
reclinar mi cabeza en tu costado
y verter en tu hermosa cabellera
como MARÍA, ungüento perfumado.
   
Otro JAVIER, navarro y misionero,
que el sobrenombre de “Impaciente” lleva,
ir predicando por el mundo entero
tu doctrina de amor, “la BUENA NUEVA

Cual PABLO, ·”el ermitaño”, al mundo,
rezar y trabajar en el desierto,
mucho cilicio y mísera comida.

Y como JUANA de ARCO, en viva hoguera,
decir;¡JESÚS, JESÚS!, por vez postrera,
cerrando, broche de oro, así mi vida.


DIALOGO  IMAGINARIO

(JESÚS  y  un  pastor)

Por fortuna no se ha hecho mucho daño,
entre zarzas y espinos atrapada;
la más pequeña es de la manada
y la única “galana”(1) del rebaño.

Bastante; vengo andando desde el alba
por una zona de maleza llena;
pero el cansancio se esfumó y la pena
con el gozo de hallarla, sana y salva.

En fuentes de aguas vivas las abrevo,
a los pastos más fértiles las llevo
y sestean, pasado el mediodía.

Mi amor es tal que llegará el momento
en que será mi CARNE su alimento
y les daré a beber la SANGRE mía..
  (I) Galana, res manchada con algún color


EL ÁUREO TRIGO...

El áureo trigo, sin piedad, tritura
el molino y lo trueca en blanca harina;
luego, mi amor inmenso lo destina
a ser EL CUERPO  mío, en la HOSTIA pura.

La uva madura en el lagar se estruja
hasta que fluye el delicioso vino,
que mi SANGRE será, néctar divino,
que a toda dulcedumbre sobrepuja.

A PAN y VINO reducido quedo;
mayor prueba de amor daros no puedo,
que es abismo de amor mi EUCARISTÍA.

Venid: YO quiero ser vuestra comida.
Venid: YO quiero ser vuestra bebida.
¿VIVID POR MI, TENED LA VIDA MIA!


D E S P E D I D A


-¿Te vas, AMOR?- Me voy, Amada mía.
-¿Así tan de repente?- -Ya te dije,
apenas vine, que tu bien exige
no prolongar mi estancia en demasía.

-¡Era tan deliciosa tu presencia
que los días pasaban como un vuelo.
-Serán eternos ahora, en que al consuelo
sucederá la mirra  de la ausencia.

 -Me apena tu partida.- Ten presente
que es una estratagema solamente
para probar tu amor más todavía.

 Adiós, mi Amada.- Adiós, AMADO mío.
-Adiós.- Adiós, siento esta noche frío-
-¡A LA NOCHE- no olvides- SIGUE EL DIA!


EL CRISTO DEL CACHORRO


TRIANA... Caminaba por el puente
un rumboso calé, digno de un friso,
cuando fue apuñalado de improviso
por individuos de su misma gente.

Quiso el azar que por allí pasara
un famoso escultor, de alma muy fina,
que captó de inmediato en su retina
todo el dolor que reflejó su cara.

Fue aprisa a su taller. Y sin ahorro
de tiempo, fe y esfuerzo fue tallando
un CRISTO, con el rostro dolorido

 del gitano que viera agonizante...
¡Y con el mote igual del fallecido,
a ese CRISTO llamaron: EL CACHORRO!

 


HIJO DE DIOS, PIMPOLLO---


HIJO de DIOS, PIMPOLLO de MARÍA,
que el heno del pesebre embelleciera,
hábil trabajador de la madera,
con que ganaba el pan de cada día..

RABI, predicador de una doctrina
que es “la Buena noticia” para el mundo,
mensaje tan sencillo cual profundo,
de enseñanzas sublimes rica mina..

Para salvar al mundo del pecado
fue en el madero de la CRUZ clavado
para mayor baldón entre ladrones.

Esta derrota se trocó en victoria,
pues de su CRUZ arranca su gran gloria
¡conquistar un sin fin de corazones!


HIJO DE DIOS, PIMPOLLO---   (I I)


Yo me siento feliz inmensamente,
sabiendo que tu nombre, JESÚS mío,
lo conocen de Oriente hasta Occidente
y desde el Polo Sur al Norte frío.

En mil lenguas las gentes lo pronuncian,
más dulce que la miel de los panales.
Y al mundo, carne y Satanás renuncian
a ese nombre bendito por ser fieles.

Nombre por mí querido y adorado...
Según mi vida hacia el ocaso avanza,
más es su sol y su sostén más fuerte.

Y será por mis labios pronunciado,
el único consuelo y esperanza,
en el supremo trance de la muerte.


DORMÍA YO, MI CORAZÓN VELABA...

Dormía yo, mi corazón velaba,
al mismo tiempo que de amor latía,
cuando oigo que mi AMADO me llamaba:
“Ábreme, mi PALOMA, AMADA mía.

Que tengo, del relente de la noche
empapados mis rizos..” –“¿Puedo, acaso
vestirme con mi túnica de raso,
ya dobladita, con su cinta y broche?

 Mis pies hace un momento que he lavado.
¿Los mancharé  otra vez? Oigo en la llave
-la  paz  rompiendo de la  noche en calma-

la porfía constante del AMADO,
que a melodía en mis oídos sabe...
¡Al escucharle, se me escapa el alma!

JESÚS Y LA SAMARITANA


A la vera del pozo, una mañana
clara y azul, el campo un mar de trigo,
la inquieta, la infeliz Samaritana
se convirtió con solo hablar contigo.

Creyó, ¡qué ingenua!, que el amor sería
de plena dicha inagotable fuente;
se equivocó, pues cuanto más bebía
su sed crecía inexorablemente.

TU le diste a beber “el agua viva”
que de forma, sació, definitiva
  la de aquella mujer, inquieta y bella.

Que, convertida en una mujer nueva,
voló a Sicar...¡Y de su cambio, prueba
fue ganar para TI muchos en ella


L A CITA


¿Dónde estabas ayer, AMADO mío,
que no acudiste a nuestra  cita diaria.
al asomar la estrella solitaria,
ya atardecido, en el azul  sombrío?

En el instante mismo en que salía
llegaba  ilusionada yo a la fuente,
de nuestro amor testigo; balbuciente
su monótona, eterna melodía.

 Largo rato esperé, mas no viniste;
yo para hacer la espera llevadera,
contando las estrellas me entretuve-

Volví, mi AMADO, decepcionada y triste...
Cuando al cielo miré por vez postrera,
velaba a VENUS cenicienta nube...

 

ME SIENTO MUY QUERIDO...

 

Me  siento muy querido, hasta  mimado

por TI, JESÚS, AMOR de los amores;
¿no me has hecho muchísimos favores
y de tantos peligros me has librado?

No me engañó el amor con su espejismo
ni cantos de sirenas seductores,
que a otras almas muchísimo mejores
arrastraron - qué   pena - hasta el abismo.

Solo por TI, que tanto me has querido,
teniendo en cuenta la flaquea mía.
te he sido fiel y sin ningún desvío.

Hondamente por ello agradecido,
te quiero con más fuerza cada día,
humilde siempre, amado JESÚS mío.


ME PARECE -SEÑOR-...

 

Me parece -SEÑOR- que te pasaste

cuando, llevado de tu amor ardiente,
HOMBRE cabal y DIOS omnipotente 
en un trozo de pan fe disfrazaste.

En un trozo de pan te disfrazaste

para darte a los hombres en comida
antes de que en la CRUZ dieras la vida,
con lo que de la muerte los libraste.

Y,¿qué te ha dado el hombre agradecido?
 Bastante desamor y mucho olvido,
AMANTE fino, que de amor te abrasas...

Deja, pues, y perdona mi osadía
que yo te diga, al ver tu EUCARISTÍA,
¡QUE TE PASAS EN ELLA, QUE TE PASAS!


DE  UN PRECIOSO JARRÓN...

De un precioso jarrón, a borbotones,
irrumpían claveles encendidos
lo mismo que si fueran corazones
ante el altar del Buen DIOS encendidos.

Blancos como la nieve de la altura,
cubrían el altar bellos manteles,
avivada su nítida blancura
por la rojez audaz de los claveles.

“A gusto el corazón arrancaría
-le dije a mi SEÑOR-y lo pondría
otro clavel, con los claveles rojos.

Para que fuera indefinidamente
tu adorador, tu amigo y confidente
¡imán de mi alma y lumbre de mis ojos!


ESTOS PÉTALOS, HIJA...

Estos pétalos, hija, que te envío
han estado a la vera del sagrario,
do vive, prisionero voluntario,
el BUEN JESÚS, tan tuyo como mío.

 Son de rosas; y algunos más incluyo
de gladiolos, que fueron juntamente
en hermoso jarrón, rico presente   
al BUEN JESÚS, tan mío como  tuyo.

Dichosas flores que, de noche y día,
le brindaron su aroma y compañía
al BUEN JESÚS, AMOR de  los amores.


¡Más tu y yo, que podemos, hija mía,
amarle y adorar su EUCARISTÍA,
lo que jamás podrán hacer las flores.


EL DIA AZUL, AZUL---


El día azul, azul, de primavera
con el sol embebido en los trigales.
El pozo de Jacob y la palmera
mirándose, coqueta, en sus cristales.

Sentado EL, la frente sudorosa,
cansado del camino y los judíos.
Ella, de pie, fresca como una rosa,
el corazón y el cántaro, vacíos.

Dialogan cordialmente de alma a alma.
“Del agua viva” EL-que la sed calma-
para siempre y que brinda eterno gozo.”

Ella se siente nueva criatura,
llena de paz y como el agua, pura,
cundo llena su cántaro en el pozo.










       










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